La
Excusas.
Padre, en el nombre de Jesús, guía mis pasos
a toda verdad, que de mi boca no salga ningún engaño hacia ti, ni hacia mi
prójimo.
Tú me has dado a tu Espíritu, gracias al
sacrificio de Jesús en la cruz, por lo tanto, quiero ofrecerte mi obediencia
como adoración, dame la fuerza y el poder para obedecer tus preceptos.
Padre amado y Justiciero, hoy te doy gracias
por todos los dones y talentos que has colocado en mí.
Guíame para guardar y hacer conforme a tu
Palabra de vida con toda diligencia, para ser hallado por ti en paz, sin mancha
e irreprensible. Amén. "
1Samuel
13:10-13 Precisamente cuando Saúl terminaba de sacrificar la
ofrenda quemada, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, pero Samuel preguntó:
—¿Qué has hecho? Saúl le contestó: —Vi que mis hombres me abandonaban, y que tú
no llegabas cuando prometiste, y que los filisteos ya están en Micmas, listos
para la batalla. Así que dije: “¡Los filisteos están listos para marchar contra
nosotros en Gilgal, y yo ni siquiera he pedido ayuda al SEÑOR!”. De manera que
me vi obligado a ofrecer yo mismo la ofrenda quemada antes de que tú llegaras.
—¡Qué tontería! —Exclamó Samuel—. No obedeciste al mandato que te dio el SEÑOR
tu Dios. Si lo hubieras obedecido, el SEÑOR habría establecido tu reinado sobre
Israel para siempre.
Saúl debía esperar a Samuel, obedeciendo y
confiando en el mandato de Dios.
Pero Saúl se desesperó y no obedeció la orden
que el profeta había dicho de parte de Dios.
Y como se dio a la desesperación por dudar de
la palabra del profeta, Saúl peco contra Dios.
Muchas personas actúan de esa manera hoy en
día.
No acatan la orden que el siervo de Dios trae
a su congregación, y por ende hacen lo que ellos consideran es mejor.
Eso se llama, rebeldía y es pecado.
El gran problema de Saúl no fue
sólo el pecado (igualmente muy grave), sino las excusas con las que trataba de
tapar su pecado.
Saúl siempre se excusaba, tratando de quedar bien con todo el
mundo, pero no con Dios. En
este pasaje intenta quedar bien, culpando a Samuel por la demora y justificando
que había actuado bien.
En otras palabras Saúl, no reconocía su falta
y esto lo llevaba al segundo pecado que es la obstinación y rebeldía ante el
profeta de Dios.
Cuantas personas hoy en día se están
excusando delante de Dios, con el propósito de no hacer su voluntad.
No solo se excusan, sino que minimizan a
Dios, involucrándolo en sus malas acciones y diciéndoles a otros: “Dios me
comprende y sabe mi situación”.
Y es cierto, Dios siempre nos da
las provisiones, y lo hace con el fin de que nosotros podamos cumplir con
nuestras obligaciones ante El.
Lo que sucede es que no cumplimos con Dios,
ni le damos lo que le corresponde, porque primero pensamos en nuestra
comodidad, vanagloria y no en nuestra eternidad.
Es muy común cuando fallamos.
Incluso somos expertos cuando nos excusarnos
y mostramos la falta de la otra persona, para que nuestro error parezca menos
grave.
Génesis 3:11-13 —¿Quién te dijo que estabas desnudo?
—le preguntó el SEÑOR Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que te
ordené que no comieras? El hombre contestó: —La mujer que tú me diste fue quien
me dio del fruto, y yo lo comí. Entonces el SEÑOR Dios le preguntó a la mujer:
—¿Qué has hecho? —La serpiente me engañó —contestó ella—. Por eso comí.
Es
muy fácil excusarnos para no tener responsabilidad.
Pero nos convertimos en mártir, cuando vemos
que los problemas del diario vivir nos alcanzan y es entonces que queremos
alzar nuestro rostro, con el propósito que Dios nos escuche y salga a nuestro
favor, sin obedecerlo, sin serle fiel y mucho menos sin hacer su santa
voluntad.
Por lo tanto, cuando fallemos ante Dios o ante nuestro semejante,
lo que logramos con esto es esencialmente ofender a Dios.
Por esa razón seamos completamente sinceros y
honestos en reconocer que fallamos, no nos aligeremos a contestar y a recurrir
a las excusas.
En este tiempo, Dios pone a su
siervo en la iglesia, para que este en el nombre de Jesús sea llevada su
palabra y amoneste, redarguya y corrija así al rebaño, para que este actuara
bien en todo el sentido de la palabra.
Por eso debemos seguir siempre el ejemplo de
David, Dios quiere en nosotros un corazón conforme al suyo, un corazón que
confiesa y reconoce su pecado, además de estar dispuesto a someterse a Dios en
obediencia.
Eso es lo que Dios desea de cada uno de
nosotros.
Yo
te pregunto:
¿A qué persona le llevaste la
palabra de Dios en esta semana y cuál fue su reacción?
¿Le comunicaste a tu pastor el
visitar a una persona para que este te guiara la forma de cómo hacerlo? o
¿simplemente te excusaste y no hiciste nada?
1Samuel
15:9 Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y
se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los
becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor o
que era de mala calidad.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Qué le
estas entregando usted a Dios y con que se está quedando usted?
Pero sigamos leyendo:
1Samuel 15:13-15 Cuando por fin Samuel lo encontró,
Saúl lo saludó con alegría. —Que el SEÑOR te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el
mandato del SEÑOR. —Entonces, ¿qué es
todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo?
—le preguntó Samuel. —Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de
las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al
SEÑOR tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.
Cuándo alguien descubre que no le es obediente a Dios, de inmediato
aparece el demonio de la excusa diciendo
que lo mejor está guardado para Dios, cuando sabemos que no es así.
Entonces
caemos en el más grave de los pecados, La Mentira.
Y es allí cuando estas personas se convierten en hijos de satanás, el
cual es el padre de la mentira.
Pero sigamos leyendo: 1Samuel 15:19-23 ¿Por qué no obedeciste al SEÑOR? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a
los ojos del SEÑOR? —¡Pero yo sí obedecí al SEÑOR! —Insistió Saúl—.
¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos
los demás. Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras,
del ganado y del botín para sacrificarlos al SEÑOR tu Dios en Gilgal. Pero
Samuel respondió: —¿Qué es lo que más
le agrada al SEÑOR: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su
voz? ¡Escucha! La obediencia
es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de
carneros. La rebelión es tan
pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a
ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del SEÑOR, él te
ha rechazado como rey.
Un verdadero cristiano se siente mal cuando no obedece ni hace la
voluntad de Dios.
Una persona del mundo, le da igual si no obedece a Dios.
En otras
palabras vive de la
excusas para tapar siempre su desobediencia.
Creyendo así que los demás no se dan cuenta y que su dios se complace
con lo que hace.
Pero cuando leemos estos versículos Bíblicos,
podemos decir con firmeza que los Amalecitas y varias tribus que luchaban en
contra de Israel, tenían practicas antinaturales y abominables.
En otras palabras, servían a muchos
dioses.
Y no solo servían a otros dioses, sino que pasaban
a sus hijos por el fuego, entre otras cosas.
Deuteronomio 20:16-18 En las
ciudades que el SEÑOR tu Dios te da como preciada posesión, destruye a todo ser
viviente. Tienes que destruir por completo* a los hititas, a los amorreos, a
los cananeos, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos, tal como el SEÑOR
tu Dios te ordenó. Así evitarás que
los pueblos de esa tierra te enseñen a imitar las costumbres detestables que
practican cuando rinden culto a sus dioses, lo cual te haría pecar
profundamente contra el SEÑOR tu Dios.
Lo que el Señor nos dice que debemos destruir
por completo son:
Las tradiciones mundanas, los malos deseos,
las malas costumbres, las excusas, las mentiras, la vanagloria, la idolatría,
la envidia, la fornicación, el adulterio, etc. Ya que todo esto nos hace pecar
contra Dios.
Ahora miremos:
Levítico 18:21 »No permitas que ninguno de tus hijos
sea ofrecido como sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre
de tu Dios. Yo soy el SEÑOR.
Pero quien era Moloc o
Moloch.
Este
era un Baal, fue un dios de origen canaanita que fue adorado por los fenicios,
cartagineses y sirios.
Según
ellos era considerado el símbolo del fuego purificante.
Tanto
los Griegos y Romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente.
¿Entonces como puede una persona ofrecer como sacrificio a su propio
hijo ante Moloc?
Muy sencillo, enseñándole por medio de las
acciones de los adultos en no obedecer ni sujetarse al Dios Todopoderoso.
En otras palabras si sus padres no hacen la
voluntad de Dios, estos no pueden esperar que sus hijos obedezcan a Dios.
Es decir lo que sembremos, eso recogeremos,
sin derecho a que lloremos.
Pasemos ahora a:
Levítico 20:1-8 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Da las
siguientes instrucciones al pueblo de Israel. Estas son aplicables tanto para
los israelitas de nacimiento como para los extranjeros que viven en Israel: si
alguno de ellos ofrece a sus hijos en sacrificio a Moloc, será ejecutado. Los
miembros de la comunidad lo matarán a pedradas. Me pondré en contra de esa
persona y la eliminaré de la comunidad, porque al ofrecer a sus hijos a Moloc
contaminó mi santuario y deshonró mi santo nombre. Si los miembros de la
comunidad hacen la vista gorda ante aquellos que ofrecen a sus hijos a Moloc, y
se niegan a ejecutarlos, yo mismo me pondré en contra de ellos y de sus
familias y los eliminaré de la comunidad. Esto le sucederá a todos los que
cometen prostitución espiritual al rendir culto a Moloc. »También me pondré en
contra de todos los que se entregan a la prostitución espiritual al confiar en
médiums o en los que consultan a los espíritus de los muertos. Los eliminaré de
la comunidad. Así que consagren su vida para ser santos, porque yo soy el SEÑOR
su Dios. Guarden todos mis decretos poniéndolos en práctica, porque yo soy el
SEÑOR quien los hace santos.
Como podemos ver, Dios había ordenado
ejecutar el castigo sobre estos pueblos que habían llegado al colmo de la
maldad.
Dios había dado un mandato claro, pero Saúl
lo interpretó a su acomodo y conveniencia, diciendo “yo
he cumplido la palabra de Jehová”, tratando de mostrar la parte buena
que había realizado.
¿Cuantos “cristianos” están actuando de esa forma hoy en día?
Es decir: No les importa la palabra de Dios, expresada por el
predicador, y llevada en el nombre de Jesús, sino que estos hacen su propia
voluntad.
Escuche esto: Una obediencia a
medias no es obediencia.
Dios envió a su propio hijo para que,
aceptándolo en nuestra vida, tuviéramos la capacidad, la fuerza interior, para
cumplir sus preceptos, para cumplir la ley de Cristo, y toda su palabra.
Sin embargo, muchos son los que aún se excusan.
Aunque estos muestran un intento por hacer la
voluntad de Dios, pero desafortunadamente culminan haciendo la voluntad del
mundo.
Y luego hacen sólo la parte que
consideran que han hecho medias, para tapar que no obedecemos en todo a Dios.
Dios quiera que este mundo se acabe
el día de mañana, para no tener oportunidad de pecar y caer en lo que Dios
aborrece.
Dios quiera que este mundo se acabe
mañana, para poder estar donde siempre quizá estar, en la presencia del padre
eterno y Todopoderoso.
Dios quiera que este mundo se acabe
mañana, para poder habitar la nueva tierra y vivir un nuevo amanecer sin
mentiras y engaños.
Iglesia tenga muy presente que la excusa es
un pecado grave y son resistencia a la obediencia a Dios.
Ya que obedecer no es obedecer
según como nos conviene o como pensamos que está bien, sino como Dios lo dice.
El Hijo de Dios, Jesús en Juan 14:15-16b,
nos dice:
Juan
14:15-16 »Si me aman, obedezcan* mis mandamientos. Y
yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor,* quien estará con
ustedes para siempre.
Observe lo que dice: Si me aman, obedezcan* mis mandamientos.
Es decir
que si cumplimos sus mandamientos escritos en la palabra de Dios, recibiremos
por parte de Dios Padre, su Poder de lo Alto.
Por eso cuando recibimos a Cristo,
somos sellados con el Poder del Padre, su Espíritu Santo y podemos en su poder
sobrenatural, seguir obedeciendo sus mandamientos.
Por
eso debemos identificar lo que causa nuestra desobediencia.
¿Cuáles son los enemigos internos o pecados que no hemos exterminado
de nuestra vida?
Solo el Espíritu Santo nos mostrará y nos
dará el poder para obedecer.
Mateo 24:45-51 »Un sirviente
fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de
dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. Si el amo regresa y encuentra
que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa. Les digo la
verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de todo lo que posee. ¿Pero qué
tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” y
comienza a golpear a los otros sirvientes, a parrandear y a emborracharse? El
amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, cortará al sirviente en
pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y
rechinar de dientes.
Mateo 25:24-30 »Por último se presentó el siervo que tenía una sola bolsa de plata y
dijo: “Amo, yo sabía que usted era un
hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no
cultivó. Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire,
aquí está su dinero de vuelta”. »Pero el amo respondió: “¡Siervo perverso y perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no
sembré y recogía lo que no cultivé, ¿por
qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener algún
interés de él”. »Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y
dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán
en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen.
Ahora bien, arrojen a este siervo inútil a la oscuridad de afuera, donde habrá
llanto y rechinar de dientes”.
¿Qué sucedería si al no obedecer a Dios, perdemos todo lo que él
nos da y no solo perdemos lo que teníamos, sino que vemos que otros surgen?
El problema está en que cuando creemos que
estamos siendo bendecidos, nos olvidamos de Dios, nos olvidamos de Jesús y nos
olvidamos de nuestra obligación con la iglesia.
Y cuando todo esto sucede, habrá
llanto y rechinar de dientes.
Entonces nos sale la popular frase:
“Es que no sabía”.
“Es que tuve miedo y dude”.
“Es que no estaba listo”.
Estas son algunas de las excusas para no
hacer las cosas conforme Dios nos enseña.
Es decir, hacer las cosas con toda
diligencia.
Así mismo como colocamos excusas
para justificar el error, también lo hacemos para no hacer lo que tenemos que
hacer.
Pero el Señor en su Palabra nos enseña, que
Él por medio de su Espíritu, coloca en nosotros diversos dones y talentos.
La expresión “cosecha lo que no sembró y
recoge las cosechas que no cultivó.” habla de que no es en nuestra fuerza que realizamos la tarea
encomendada por el Señor.
Ya para finalizar podemos decir que Dios
conoce la imposibilidad de que el hombre haga su voluntad en su propia fuerza,
por esto nos dota de poder para hacerla.
Pero debemos entender que en este punto
empieza nuestra responsabilidad.
En 2Timoteo 2:15-16 Esfuérzate para poder
presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien
que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de
verdad. Evita las conversaciones inútiles y necias, que sólo llevan a una
conducta cada vez más mundana.
Y en 2Pedro 1:10,15,
2Pedro 1:10-15 Así que, amados hermanos, esfuércense por comprobar si realmente forman
parte de los que Dios ha llamado y elegido. Hagan estas cosas y nunca caerán. Entonces
Dios les dará un gran recibimiento en el reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. Por lo tanto, siempre les recordaré todas estas cosas, aun
cuando ya las saben y están firmes en la verdad que se les enseñó. Y es justo
que deba seguir recordándoselas mientras viva.* Pues nuestro Señor Jesucristo
me ha mostrado que pronto tendré que partir de esta vida terrenal,* así que me
esforzaré por asegurarme de que siempre recuerden estas cosas después de que me
haya ido.
Y finalmente 2 Pedro 3:14
2Pedro 3:14-16 Por lo cual, queridos amigos, mientras esperan que estas cosas ocurran,
hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que
es pura e intachable a los ojos de Dios. Y recuerden que la paciencia de
nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro
amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio, al
tratar estos temas en todas sus cartas. Algunos de sus comentarios son
difíciles de entender, y los que son ignorantes e inestables han tergiversado
sus cartas, para que signifiquen algo muy diferente, así como lo hacen con
otras partes de la Escritura. Esto resultará en su propia destrucción.
Amada Iglesia, el Señor nos instruye, que
luego de haber sido rescatados gratuitamente de nuestros delitos y pecados, nos
ha dado innumerables privilegios y bendiciones, en las cuales debemos
persistir, ser esforzados y diligentes, para hacer tal y como Él nos ha
enseñado.
Si Jesús el Hijo de Dios, viniese
esta noche, a buscar a su Iglesia obediente y Fiel, ¿Cree usted que la forma
como ha estado llevando su vida, sus actos y obediencia, dan mérito para ir con
Él?
Iglesia, para Dios, No hay excusa que valga.
Si realmente tenemos a Cristo en nuestro
corazón, vivamos diligentemente, haciendo lo que agrada a Dios, en obediencia y
fidelidad.
De esa manera podemos presentarnos nosotros
mismos como vivos de entre los muertos y todo nuestro cuerpo como instrumento
de justicia.
Romanos 6:12-13 No permitan que el pecado controle la manera en que viven;* no caigan
ante los deseos pecaminosos. No dejen que ninguna parte de su cuerpo se
convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio,
entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora
tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para
hacer lo que es correcto para la gloria de Dios.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones en mi
vida, mi familia y a mis hermanos en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario