SINCERIDAD PARA OÍR Y OBEDECER LA PALABRA DE DIOS.
Oremos.
Padre celestial, ayúdame a escucharte y hazme obediente a tu
voz, cámbiame y dame poder para responder a tu llamado. Quiero caminar en la
dirección que me das. Dame un corazón sincero para amarte y adorarte. Que mis
labios expresen el gran amor que hoy siento por ti y que mis acciones sean el
reflejo de una fe verdadera que me lleva a la obediencia a tus mandatos.
Amén."
Busquemos en la palabra de Dios:
1Sa
3:10 Y el SEÑOR vino y llamó igual que antes: —¡Samuel! ¡Samuel! Y Samuel
respondió: —Habla, que tu siervo escucha.
¿Cuantas veces Dios nos habla y no prestamos atención a lo que Él
nos dice en nuestro corazón?.
Cuando
Dios pone un sentir en nuestro corazón al oír su Palabra debemos obedecer, ya
que cada vez que nos sumergimos en las cosas de Dios y que meditamos en sus
mandatos, no deberíamos preguntar: ¿Por qué?
Debemos hacer lo que nos pide aunque a veces sus instrucciones
nos parecen ilógicas y totalmente contrarias a nuestra razón.
Obedezcamos
como Samuel, que no le importó de donde venía la voz, sólo quiso escuchar
porque tenía una relación con Dios y se dispuso a obedecer.
El
simplemente dijo: “Habla, porque tu siervo oye”.
Si decimos que tenemos una relación personal con Dios, entonces debemos
aprender a escucharlo, para eso es muy importante vivir en perfecta comunión
con Jesús, su hijo, ya que por medio de El, podemos pedirle al Espíritu Santo
que nos haga sensibles a su voz.
Muchas
veces, cuando pasamos por momentos difíciles nos cuesta escuchar la voz de Dios
y no obedecemos sus instrucciones.
Pero
tenga muy presente que Dios se va a mover de manera sorprendente cuando no nos
dejamos llevar por nuestra lógica sino que simplemente obedecemos.
Noé, escuchó la voz de Dios y construyó un arca en plena sequía.
No estaba cayendo ni una gota de agua.
Y las personas lo trataban de loco y hasta se burlaban de él.
Sin embargo obedeció a Dios y fue bendecido.
Moisés estaba siendo perseguido por los egipcios y se encontró de
frente con el mar Rojo.
Este patriarca amigo de Dios, no sabía qué hacer, hasta que
escuchó la orden de Dios y alzó su vara, metió su pie en el agua y El Señor
obró poderosamente abriendo camino en el mar para que su pueblo pasara.
Josué vio los muros de Jericó impenetrables y cuando oyó la
instrucción de Dios de marchar y gritar, las murallas se cayeron.
Pero como usted puede observar en las
escrituras, ninguno de ellos hizo preguntas, simplemente obedecieron.
Si
tenemos una relación con Dios, debemos aprender a escuchar sus instrucciones y
a obedecer.
Jesús fue el mejor ejemplo de oír y obedecer.
Todo
lo que hizo y dijo fue siguiendo la voz del Padre.
Juan 6:38 Pues he descendido del
cielo para hacer la voluntad de Dios, quien me envió, no para hacer mi propia
voluntad.
La
meta de Jesús era obedecer al Padre.
Cada
uno de nosotros deberíamos tener el mismo propósito.
Por eso Dios nos pide sinceridad.
Escuche esto que está escrito en
la palabra de Dios.
Isaías 29:13-21 Así que el Señor dice: «Este pueblo dice que me pertenece; me
honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Y la adoración que me
dirige no es más que reglas humanas, aprendidas de memoria.* Por esa causa, una
vez más asombraré a estos hipócritas con maravillas extraordinarias. La
sabiduría de los sabios pasará, y la inteligencia de los inteligentes
desaparecerá». ¡Qué aflicción les espera a los que intentan esconder sus planes
del SEÑOR, a los que hacen sus malas acciones en la oscuridad! «El SEÑOR no
puede vernos —dicen—, no sabe lo que está pasando». ¿Será posible que sean tan
necios? ¡Él es el Alfarero y, por cierto, es mayor que ustedes, el barro!
¿Acaso la cosa creada puede decir acerca del que la creó: «Él no me hizo»?
¿Alguna vez ha dicho una vasija: «El alfarero que me hizo es un tonto»? Pronto
—y no pasará mucho tiempo— los bosques del Líbano se convertirán en un campo
fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. En aquel día, los sordos
oirán cuando se lean las palabras de un libro y los ciegos verán a través de la
neblina y la oscuridad. Los humildes se llenarán de una alegría nueva de parte
del SEÑOR; los pobres se alegrarán en el Santo de Israel. Los burlones ya no
existirán, los arrogantes desaparecerán, y los que traman el mal serán muertos.
Los que condenan a los inocentes con sus falsos testimonios desaparecerán. Un
destino parecido les espera a los que usan el engaño para pervertir la justicia
y mienten para destruir a los inocentes.
Ahora
nos preguntamos:
¿Qué tan sincera es nuestra
relación con Dios?
Iglesia,
recordemos que Dios no mira lo que mira el hombre, porque el hombre sólo ve lo
externo.
Pero
Dios, mira lo profundo del corazón.
Nuestra
fe puede ser aparente y carente de toda verdad.
Incluso
son muchos los que se acercan a Dios, solo por tradición.
Es decir: por cumplir mandamientos de hombres y
no de cristo.
Cuando
nuestra vida espiritual es así, la falta de fe nos impiden tener la visión
correcta del Señor.
David era
un hombre sincero conforme al corazón de Dios, porque su relación era genuina.
David
reconocía su pecado y no ocultaba su necesidad de Dios.
Este
varón le pedía constantemente a Dios que le enseñara a ser su voluntad y no la
suya.
En otras palabras: Quería depender absolutamente de Dios para no caer
en más errores.
Hoy
en día, tenemos la palabra de Dios más exacta y profética en la cual debemos
poner toda nuestra atención.
¿Pero lo está haciendo usted?
2Pedro 1:19-21 Debido a esa experiencia, ahora confiamos aún más en el mensaje
que proclamaron los profetas. Ustedes deben prestar mucha atención a lo que
ellos escribieron, porque sus palabras son como una lámpara que brilla en un
lugar oscuro hasta que el día amanezca y Cristo, la Estrella de la Mañana,
brille* en el corazón de ustedes. Sobre todo, tienen que entender que ninguna
profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los
profetas* ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien
impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.
Tenga
muy presente que se está hablando de los profetas que sus nombres están
escritos en la palabra de Dios, NO de estos falsos brujos proféticos modernos
de hoy.
Volviendo
al tema, tenemos que decir que la sinceridad de David es una cualidad que
debemos anhelar para llegar a ser gratos delante de Dios.
Siempre
nos dejamos llevar por lo que creemos que es mejor para nosotros.
Y
cuando actuamos así, no le permitimos a Dios participar de toda nuestra vida,
lo que nos impide obedecer la voluntad divina.
La ceguera espiritual viene
cuando nuestra relación con Dios se petrifica y se vuelve una religión basada
en ritos externos y fórmulas litúrgicas repetidas de memoria.
Cuando
volvemos el culto a Dios algo mecánico, entonces es cuando dejamos de buscar a
Dios con un corazón sincero, Jesús lo llamó “fariseísmo”.
Es
triste decirlo pero es una rotunda verdad, decimos que somos de Dios, y nos
llamamos “cristianos”, pero todo lo que decimos y hacemos muestran que no somos
obedientes a la Palabra de Dios.
En
otras palabras, estos son simplemente hipócritas que llevan una vida espiritual
rutinaria y aburrida, llena de mentiras y calumnias, en vez de tener una
relación real con el Señor fundamentada en el amor a Él y a los demás.
En otras palabras
estos Profesan ser sabios y no se dan cuenta que somos unos necios.
Por
eso es importante para el verdadero cristiano llevar una vida integra en la
presencia de Dios padre y de su Hijo Jesús.
Para
eso debemos tener sinceridad para con Dios y para con los demás.
Y
sobre todas las cosas, mantener el único fundamento que es cristo.
Efesios 2:19-20 Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos
ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son
miembros de la familia de Dios. Juntos constituimos su casa, la cual está
edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. (Es decir los primeros, los del A.T y el N.T.) Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo.
Como
podemos apreciar, el apóstol Pablo les dijo a los creyentes no judíos que
aunque ellos eran extranjeros y marginados, alejados de Dios, ahora la
situación ha cambiado.
Ellos
ya no eran extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, de los
miembros del cuerpo de Cristo.
Dicho
de otra manera, son miembros de la familia de Dios.
La
Biblia claramente enseña que Jesús y no Pedro es la piedra sobre la cual se
construye la iglesia.
Los
apóstoles y los profetas del Antiguo y Nuevo Testamento de la palabra de Dios, son
el fundamento por medio de quienes Dios declaró la salvación.
Y
escuche bien lo que diré.
La
iglesia primitiva construyó su doctrina sobre este fundamento.
No
existe otro fundamento, como lo han querido mostrar estos falsos apóstoles y
profetas modernos de hoy.
El
Apóstol verdadero Pablo, lo reitera cuando les dice a los Corintios:
1Corintios 3:11-15 Pues nadie puede poner un fundamento distinto del que ya
tenemos, que es Jesucristo. El que edifique sobre este fundamento podrá usar
una variedad de materiales: oro, plata, joyas, madera, heno u hojarasca. Pero
el día del juicio, el fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha
hecho. El fuego mostrará si la obra de alguien tiene algún valor. Si la obra
permanece, ese constructor recibirá una recompensa. Pero, si la obra se
consume, el constructor sufrirá una gran pérdida. El constructor se salvará,
pero como quien apenas se escapa atravesando un muro de llamas.
Cuando
usted lee el libro de Hechos, inmediatamente después de mencionar el día de
Pentecostés, dice que aquellos que habían sido añadidos a la Iglesia,
perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en
el partimiento del pan y en las oraciones.
Apreciados
hermanos, como miembros de la familia de Dios, para quienes Jesucristo es esa
Piedra Angular, sobre él debemos edificar nuestras vidas, familias, iglesia y
sociedad, y solo así seremos la morada de Dios en el Espíritu.
Es decir,
seremos el templo del Dios viviente.
Para
eso esta generación que se levanta, debe ser una generación de rectos
alabadores de Dios, para que puedan ser benditos.
Salmo 94:12-13 Felices aquellos a quienes tú disciplinas, SEÑOR, aquellos a los
que les enseñas tus instrucciones. Los alivias en tiempos difíciles hasta que
se cave un pozo para capturar a los malvados.
Salmo
112:1-4 *¡Alabado sea el SEÑOR! Qué felices
son los que temen al SEÑOR y se deleitan en obedecer sus mandatos. Sus hijos
tendrán éxito en todas partes; toda una generación de justos será bendecida. Ellos
mismos serán ricos, y sus buenas acciones durarán para siempre. La luz brilla
en la oscuridad para los justos; son generosos, compasivos y rectos.
¿Qué padre no anhela que sus hijos tengan éxito en la vida?
La
Biblia afirma que su descendencia será poderosa y bendita, pero hay que cumplir
unas premisas claras y precisas: “teme a Jehová”,
“en sus mandamientos se deleita en gran manera” y
“ser recto o justo”
También nos habla el salmista sobre la
enseñanza.
El
aprendizaje que consta de dos elementos importantes: la corrección y la instrucción,
esto es disciplina.
Tenga
en cuenta que la disciplina divina es señal de la paternidad de Dios sobre
nosotros.
No
se puede disciplinar a los que no son hijos.
Necesitamos
de la enseñanza y aplicación de lo enseñado.
Si
no lo hacemos, no traeremos las bienaventuranzas de Dios a nuestra vida, a la
familia y a la iglesia.
El
problema es que sin darnos cuenta hemos aprendido a medir el éxito en términos
completamente mundanos, no bíblicos.
Dice
la palabra de Dios en el libro de Oseas.
Oseas
4:6-10 Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes,
sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis
sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a
sus hijos. Mientras más sacerdotes hay, más pecan contra mí. Han cambiado la
gloria de Dios por la vergüenza de los ídolos.* »Cuando la gente lleva su
ofrenda por el pecado, los sacerdotes se alimentan. ¡Por eso se alegran cuando
el pueblo peca! “Y lo que hacen los sacerdotes, el pueblo también lo hace”. Así
que ahora castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus perversas
acciones. Comerán pero seguirán con hambre. Se prostituirán pero no lograrán
nada, porque han abandonado al SEÑOR
Iglesia,
el hombre o la iglesia que no vive de acuerdo con los mandamientos y principios
Bíblicos gradualmente agoniza o desaparece.
Por
tanto hoy te digo que te deleites en la palabra de Dios, porque estamos en una
iglesia con cimientos y fundamentos bíblicos, sostenidos por la mano del
creador.
Usted y yo estamos comisionados a llevar el evangelio a las
naciones
Marcos 16:15-16 Y entonces les dijo: «Vayan por
todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos. El que crea y sea bautizado
será salvo. Pero el que se niegue a creer, será condenado.
Hechos 2:37-39 Las palabras de Pedro traspasaron
el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles:
—Hermanos, ¿qué debemos hacer? Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe
arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el
perdón de sus pecados. Entonces recibirán el
regalo del Espíritu Santo. Esta promesa es para ustedes, para sus hijos
e incluso para los gentiles,* es decir, para todos los que han sido llamados
por el Señor nuestro Dios.
Hoy
en día estamos viviendo momentos decisivos de la historia humana y es la hora
de que los creyentes revolucionen el mundo con el mensaje de Jesucristo.
Es ahora más que nunca la absoluta urgencia de llevar el
evangelio a cada persona.
Llevar el evangelio a un mundo tan convulsionado y lleno de
violencia.
Porque es mandato de Nuestro Señor y le debemos obediencia.
Debemos
trabajar ahora que la cosecha está lista para la ciega y el fruto entre los
hombres aún es grande, porque Jesús dijo en el libro de Juan.
Juan
9:4 Debemos llevar a cabo cuanto antes las tareas que nos encargó el que nos
envió.* Pronto viene la noche cuando nadie puede trabajar.
Todos
sabemos que Dios Padre le dio toda autoridad a Jesús, su Hijo, en los cielos y
en la tierra y ÉL es quién nos comisionó para ir a hacer discípulos a todas las
naciones.
Iglesia
ya para terminar recordemos que estamos viviendo en los “últimos días”.
Días
de los cuales se muestran en las profecías y precederán inmediatamente al arrebatamiento.
Millones
de creyentes alrededor del mundo están convencidos de que los eventos
presentes, predichos en el libro de “Daniel 12:4-9; Mateo
24; Apocalipsis 1:3”, nos sitúan al umbral del Arrebatamiento.
Nosotros tenemos el privilegio de participar en el cumplimiento
de la Gran Comisión.
Podemos transformar nuestro entorno, trayendo hombres a Cristo
siendo cambiados desde lo profundo de su ser.
Pero
esto nos demanda primeramente formación de nuestro carácter cristiano,
crecimiento en fe y vida en integridad.
Para
eso debemos vivir en fidelidad y obediencia en todo lo que hagamos,
entregándonos en toda voluntad a Dios.
Hermano, evalúa tus prioridades y dedica tiempo a la
evangelización.
Hoy te digo que formes parte del mover del Espíritu de Dios.
Entrega tu vida a cristo y sujétate a la iglesia de Jesús.
Se obediente a sus mandatos.
Si
en verdad eres cristiano, cumple la palabra de Dios.
Solo
así ganaremos el mundo para Cristo.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador Rogers Infante.
Que
Dios te bendiga.