EL NACIMIENTO DE JESUS
Lucas 1:30-38 —No tengas miedo,
María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y
darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo
llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado
David. Y reinará sobre Israel* para siempre; ¡su reino no tendrá fin! —¿Pero
cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel —. Soy virgen. El ángel le
contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será
llamado Hijo de Dios. Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su
vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y
ya está en su sexto mes de embarazo. Pues nada es imposible para Dios.* María
respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca
de mí. Y el ángel la dejó.
Seguir el plan de Dios para
nuestra vida requiere de una gran fe.
María fue elegida por Dios
para llevar a cabo el supremo plan de salvación.
El nacimiento de Jesús es, desde luego, un importantísimo suceso en el
relato bíblico.
Las Escrituras cuentan que aquella noche apareció de repente una multitud
de ángeles que alabaron gozosos a Dios, diciendo: “Gloria en las alturas a
Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad” (Lucas 2:13-14).
Sin embargo, es destacable que la Biblia NO indica
en ninguna parte que deba conmemorarse el nacimiento de Jesús; en cambio sí
contiene el mandato expreso de conmemorar su muerte, cosa que los cristianos
falsos no hacen.
Pero los que andamos en la presencia del espíritu de Dios, si lo hacemos.
Como lo hace la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. (Lucas 22:19).
Esta es una manera de honrar a Jesús.
La Biblia no revela exactamente en qué fecha
nació Jesús.
No existe evidencia histórica con autoridad
referente al día o mes de nacimiento de Cristo.
Entonces nos preguntamos: ¿cuándo nació Jesús?
Aunque las Escrituras
no dan una respuesta explícita, muchos han llegado a la conclusión de que
no fue un 25 de diciembre gracias a dos detalles que aporta el relato
bíblico.
Debemos entender que Jesús
NO nació en invierno
1. Veamos la
inscripción que dispuso el gobierno.
Poco antes de que Jesús
naciera, César Augusto mandó “que se inscribiera toda la tierra habitada”. Todo
el mundo tuvo que inscribirse en “su propia ciudad”, lo cual implicó para José
y María hacer un viaje de una semana o más (Lucas
2:1-3).
Independientemente de la época del año, a la gente
no debió agradarle tener que cumplir con dicho decreto, que quizá tenía el
objetivo de fijar impuestos y reclutar hombres para el servicio militar.
Pero es poco probable que Augusto hubiera querido
agravar la situación obligando a sus súbditos a hacer un largo y difícil viaje
en pleno invierno.
2. Los rebaños
de ovejas.
La Biblia dice que los
pastores “vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus
rebaños” (Lucas
2:8).
La palabra de Dios explica
que los rebaños se quedaban al aire libre desde “la semana antes de Pascuas es
decir afínales del mes de (marzo) y no volvían hasta mediado del mes de (noviembre).
Es decir
que pasaban el invierno (resguardados) en las majadas, y ese detalle basta para
probar que la fecha tradicional de Nochebuena en invierno tiene pocas
probabilidades de ser exacta, puesto que el Evangelio nos dice que los pastores
estaban en los campos”.
Veamos cómo era el otoño
Se puede calcular la
temporada en que nació Jesús haciendo una cuenta regresiva a partir de su
muerte, que tuvo lugar en la primavera del año 33 de nuestra era, en la
fecha de la Pascua el día 14 del mes de Nisán.
Juan
19:14-16 Ya
era el día de preparación para la
Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo:* «¡Miren, aquí
tienen a su rey!». «¡Llévatelo! ¡Llévatelo! —gritaban —. ¡Crucifícalo!». —¿Cómo
dicen?, ¿qué yo crucifique a su rey? —preguntó Pilato. —No tenemos otro rey más
que el César —le contestaron a gritos los principales sacerdotes. Entonces
Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así que se llevaron a
Jesús.
Le estoy hablando con
fundamento bíblico y no con filosofías huecas y sutilezas que nacieron del
pensamiento de los hombres brutos y no de cristo.
Jesús tenía unos
30 años cuando comenzó su ministerio, el cual duró tres años y medio.
Eso significa que nació a
principios de otoño del año 2 antes de nuestra era.
Lucas
3:23 Jesús tenía unos treinta años
cuando comenzó su ministerio público. Jesús era conocido como el hijo de José. José
era hijo de Elí.
Lo que si es
cierto y que no podemos inventar es que la Biblia no nos dice exactamente
cuándo nació Jesús.
Pero sí nos da razones
sólidas para pensar que no fue en el mes de diciembre.
Veamos como es BELEN el
pueblo donde nació Jesús, en un mes de diciembre.
El calendario judío tiene un
mes llamado kislev,
que cae entre noviembre y diciembre, y que es frío y lluvioso.
Luego viene Tebet,
entre diciembre y enero, que es el mes con las temperaturas más bajas del año e
incluso alguna nevada en las zonas altas.
Veamos qué dice
la Biblia sobre el clima de la región.
Esdras, uno de sus escritores, muestra que kislev
era un mes frío y lluvioso.
Dice que en “el noveno mes [kislev], el día veinte del mes” se juntó en Jerusalén una
multitud, la cual estaba “tiritando [...] a causa de las lluvias cuantiosas”.
Además, añade que la
muchedumbre allí reunida hizo el siguiente comentario sobre las condiciones del
tiempo en esa época del año: “Esta es la estación de las lluvias cuantiosas, y
no es posible permanecer afuera”
Esdras
10:9 En el plazo de tres días, todo el
pueblo de Judá y de Benjamín se reunió en Jerusalén. La asamblea tuvo lugar el
19 de diciembre,* (mes de kislev,)
y todos los israelitas estaban
sentados en la plaza, frente al templo de Dios. Temblaban por la seriedad del
asunto y también porque estaba
lloviendo. …(13)
Luego agregaron: —No es algo que
pueda resolverse en uno o dos días, porque muchos de nosotros estamos
implicados en este asunto sumamente pecaminoso. Además, estamos en temporada de lluvias, así que no podemos
quedarnos aquí afuera mucho más tiempo.
Jeremías
36:22 Era avanzado el otoño, (es decir el mes de Jeshván (29 ó 30 días) así
que el rey estaba en el cuarto del palacio acondicionado para el invierno,
sentado junto a un brasero para calentarse.
La
duración de los meses hebreos oscila entre los 29 y los 30 días, de la
siguiente forma:
- Tishrei (30 días) (תשרי) - cae aproximadamente en septiembre u octubre
- Jeshván (29 ó 30 días) (חשוון, llamado
también Marjeshván - מרחשוון) - octubre o
noviembre
- Kislev (30 ó 29 días) (כסלו) - noviembre
o diciembre
- Tevet (29 días) (טבת) - diciembre o enero
- Shevat (30 días) (שבט) - enero o
febrero
- Adar (29 días) (אדר) - febrero o
marzo
- Nisán (30 días) (ניסן, llamado también Abib - אביב) - marzo o abril
- Iyar (29 días) (אייר) - abril o mayo
- Siván (30 días) (סיוון) - mayo o
junio
- Tamuz (29 días) (תמוז) - junio o
julio
- Av (30 días) (אב) - julio o agosto
- Elul (29 días) (אלול) - agosto o
septiembre
Como es lógico, al acercarse
diciembre, los pastores de esas regiones recogían sus rebaños para
no tener que pasar las noches al aire libre.
Sin embargo, la Biblia menciona que la noche en
que nació Jesús había pastores cuidando de sus rebaños en los campos.
De hecho, Lucas,
escritor de uno de los Evangelios, cuenta que, cerca de Belén, los pastores
“vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños”.
Lucas
2:8-12 Esa noche había unos pastores en
los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. De repente,
apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor
los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No
tengan miedo —dijo —. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda
la gente. ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor —ha nacido hoy en Belén, la
ciudad de David! Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño
envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre».
Notemos que no solo
andaban por el campo de día, sino que vivían
allí.
Tenían los rebaños fuera de noche.
Si diciembre era tan frío y
lluvioso en Belén, ¿sería lógico que ese mes los pastores vivieran al aire
libre? Claro que no.
Por eso, las circunstancias que rodearon al
nacimiento de Jesús muestran que no ocurrió en diciembre.
La Palabra de Dios señala
con precisión cuándo murió Jesús, pero da pocas indicaciones directas sobre
cuándo nació.
Esto nos recuerda las
siguientes palabras del rey Salomón:
Eclesiastés 7:1 Vale más una buena reputación que
un perfume costoso. Y el día que morimos es mejor que el día que nacemos.
Se comprende, entonces,
que la Biblia dé tantos detalles sobre el ministerio y la muerte de Cristo, y
tan pocos sobre la fecha de su nacimiento.
Podríamos pensar que por ser llamados por Dios
nuestras vidas serán casi perfectas, pero no es así.
María no fue elegida para vivir en esplendor, su
vida fue difícil.
La fe de María fue probada
desde el principio y hasta el final cuando tuvo que soportar el dolor de perder
a su Hijo con esa muerte tan cruel.
Nada la hizo desistir de
hacer la voluntad de Dios.
Todas esas circunstancias
demandaron de ella una gran fe.
Mantenerse
fiel hasta el fin es de valientes que tienen la certeza de que la voluntad de
Dios se cumplirá en sus vidas, aunque a veces no se entienda claramente sus
propósitos.
Qué gran
ejemplo de fidelidad y digno de imitar, nos dio María.
Recordemos que como María
todos hemos hallado gracia delante de Dios.
Nos llamó para cumplir su
plan en y a través de nosotros.
Su mayor anhelo es la
salvación de este mundo.
La pregunta es: ¿Estaremos dispuestos a pronunciar las mismas palabras de
María?
“Hágase conmigo conforme a tu palabra”.
Dispongámonos a aceptar la
voluntad de Dios para nuestra vida.
María fue un vaso
privilegiado, escogida para llevar a cabo el milagro de Dios.
Un milagro difícil de
comprender, pero que ella aceptó sin titubear.
Siempre guardó en
silencio todas las cosas que iban sucediendo a su alrededor y en su vida, nunca
cuestionó a Dios.
Un ejemplo de
obediencia y perseverancia en seguir las directivas de Dios.
Podemos pensar que nuestras
características y capacidades no son lo suficientemente buenas para servir a
Dios, sin embargo, Dios sabe por qué nos escogió y nos usará grandemente si
confiamos en Él, y hacemos su santa voluntad.
El honor de ser la madre del Mesías le trajo a
María muchos sufrimientos y dolor, pero por encima de todo eso, ella sabía que
su Hijo traería esperanza y salvación al mundo.
Doblegó entonces sus deseos
para cumplir la voluntad de Dios.
Si nuestro llamado nos trae
problemas, recordemos su ejemplo y esperemos pacientemente que Dios cumpla lo
que quiere para nosotros los que hacemos su voluntad.
Recordemos que Dios está
dispuesto a hacer lo imposible para que andemos en victoria.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers infante.
Que Dios le
bendiga a usted.
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