DESCANSO, SERVIR, ELEGIR
LA VIDA Y ESPERAR
Oración inicial
"Gracias
Señor, porque he encontrado en ti, mi verdadero lugar de reposo, el descanso
para mi alma. Amén. "
Busquemos en la palabra de Dios:
Juan 10:9-16 Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos.* Entrarán
y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos. El propósito del ladrón es
robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante. »Yo
soy el buen pastor. El buen pastor da su vida en sacrificio por las ovejas. El
que trabaja a sueldo sale corriendo cuando ve que se acerca un lobo; abandona
las ovejas, porque no son suyas y él no es su pastor. Entonces el lobo ataca el
rebaño y lo dispersa. El cuidador contratado sale corriendo porque trabaja sólo
por el dinero y, en realidad, no le importan las ovejas. »Yo soy el buen
pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, como también mi Padre me
conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas. Además,
tengo otras ovejas que no están en este redil, también las debo traer. Ellas
escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.
El Señor nos
promete que, si entramos por El, además de ser salvos de la muerte eterna,
hallaremos descanso, verdadero reposo.
Al pueblo de
Israel, Dios le prometió una tierra donde fluye leche y miel, pero la tierra
prometida estaba llena de enemigos y gigantes.
De los espías
enviados a observar solo Caleb y Josué creyeron en que a pesar de lo que veían
sus ojos, una situación extremadamente crítica y desfavorable, el poder de Dios
está por encima de cualquier problema por difícil que parezca.
Por esto declaró
Caleb: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros
que ellos.” (Números 13:30).
Números 13:29-30 Los amalecitas viven en el Neguev y los hititas, los jebuseos y los
amorreos viven en la zona montañosa. Los cananeos viven a lo largo de la costa
del mar Mediterráneo* y a lo largo del valle del Jordán». Pero Caleb trató de
calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. —¡Vamos enseguida a tomar la
tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!
En esta
declaración hay una enseñanza clave que debemos asimilar en nuestro corazón:
“tomemos”, tomar posesión de las promesas de Dios, de lo que somos en Cristo,
de lo que Dios ha dejado en nosotros cuando entramos en Cristo, su victoria, su
amor.
La aceptación de
esta verdad nos dará crecimiento y santidad ya que Jesús es nuestra tierra
prometida, nuestro reposo, él mismo declaró que si vamos a Él, hallaremos
descanso para nuestra alma,
Mateo 12:29-32 Pues, ¿quién tiene suficiente poder para entrar en la casa de un hombre
fuerte como Satanás y saquear sus bienes? Sólo alguien aún más fuerte, alguien
que pudiera atarlo y después saquear su casa. »El que no está conmigo, a mí se
opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra. »Por eso
les digo, cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, excepto la
blasfemia contra el Espíritu Santo, que jamás será perdonada. El que hable en
contra del Hijo del Hombre puede ser perdonado, pero el que hable contra el
Espíritu Santo jamás será perdonado, ya sea en este mundo o en el que vendrá.
En
todo caso para poder tomar posesión de algo, primero debemos servir.
2Corintios 5:14-20 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla.* Ya que creemos
que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra
vida antigua.* Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de
Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien
murió y resucitó por ellos. Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el
punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo sólo desde un punto
de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! Esto significa que todo
el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida
antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! Y todo esto es un regalo de
Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha
dado la tarea de reconciliar a la gente con él. Pues Dios estaba en Cristo
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la
gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. Así que
somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros.
Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!».
Cuando leemos
estos versículos, nos preguntamos:
¿Para
qué o para quien vivimos?
¿Cuál
es la razón de nuestra vida?
¿Qué es
lo que nos motiva a levantarnos cada día?
Muchos pensarán en
su familia, sus hijos, su cónyuge como respuesta; su trabajo, su profesión o
estudio, pero Jesús dice que quien quiera seguirle debe amarlo más a El que a
todas las cosas creadas.
Mateo 10:34-39 »¡No crean que vine a traer paz a la tierra! No vine a traer paz, sino
espada. “He venido a poner a un hombre contra su padre, a una hija contra su
madre y a una nuera contra su suegra. ¡Sus enemigos serán los miembros de su
propia casa!”*. »Si amas a tu padre o a tu madre más que a mí, no eres digno de
ser mío; si amas a tu hijo o a tu hija más que a mí, no eres digno de ser mío. Si
te niegas a tomar tu cruz y a seguirme, no eres digno de ser mío. Si te aferras
a tu vida, la perderás; pero, si entregas tu vida por mí, la salvarás.
No significa que
vamos a aborrecer a nuestro núcleo familiar.
Se trata de que Él
es la fuerza viva y suficiente que nos motiva a levantarnos.
Él es el que nos
llena de amor para amarnos unos a otros (1 Juan 4:7).
En
Jesús está la esencia misma de nuestra vida (Juan 1:1).
De
todas las preguntas que podamos tener, Cristo es la respuesta.
Así que la razón
de nuestra vida no es el triunfo temporal en asuntos pasajeros, sino conocer,
servir y amar a Jesucristo, para servir, discipular y amar a nuestro prójimo.
Para
eso hay que saber elegir la vida
Romanos 6:23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da
es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
Iglesia, es
nuestra elección el hacer lo que hacemos.
Es nuestra
elección elegir qué camino tomar.
Es de nuestra
total responsabilidad la educación que le estamos dando a nuestros hijos y de
cómo le estamos enseñando la palabra de Dios.
Pero
así mismo podemos tomar la determinación para elegir vida o elegir muerte.
Lo
que sí es seguro es que no existe ni hay una alternativa intermedia.
Cuando hacemos algo preguntémonos qué
fin tendrá.
Preguntémonos qué
recompensa tendrá.
Entonces nacerá la pregunta:
¿Vale la pena hacer algo que al final
genera muerte?
Si por ejemplo
consumimos drogas o alcohol, ¿qué paga
tendríamos?
Una sola:
quitarnos la vida poco a poco.
En otras palabras
lo que realmente consumimos es muerte.
¿Pero cómo elegimos la vida?
Aceptar a Jesús
como dueño y señor nuestro, es la verdadera vida.
Si permitimos que
el señor Jesús nos guíe, Él promete que sus palabras que son Espíritu y vida
pueden librarnos de la muerte eterna espiritual.
Por es muy
importante que reflexionemos sobre lo que pensamos, hablamos y hacemos.
Ya que si tiene
como fin la muerte o la vida; entonces salgamos del autoengaño del pecado, pues
sólo genera una consecuencia: LA MUERTE.
Pero por fe en
Jesucristo podemos ser limpiados y tener la fuerza para cambiar nuestra
conducta y alejarnos del pecado.
Todos sabemos que Él vendrá pronto,
por una iglesia santa y sin mancha.
Salmo 50:3-6 Nuestro Dios se acerca, pero no en silencio. A su paso el fuego devora
todo lo que encuentra, y a su alrededor se desata una gran tormenta. Pone al
cielo arriba y a la tierra abajo como testigos del juicio a su pueblo. «Tráiganme
a mi pueblo fiel, a los que hicieron un pacto conmigo, al ofrecer sacrificios».
Luego dejen que los cielos proclamen la justicia divina, porque Dios mismo será
el juez. Interludio
Este salmo se cumplirá en cualquier instante.
Cuando leemos la palabra de Dios podemos
notar que la maldad está llegando a su colmo, signo de esto es el ataque
directo a la familia como institución que sostiene una sociedad y el matrimonio
entre hombre y mujer como vínculo establecido por Dios, para la supervivencia
de la raza humana.
El reunirá a los que hemos creído
verdaderamente en Jesús, a los que hemos sido limpiados del pecado.
El Salmo dice "los que hicieron pacto con
sacrificio",
Este sacrificio es el realizado en la cruz
por Cristo.
Si has creído y recibido al hijo de Dios en tu corazón, y hoy
caminas en obediencia y fidelidad, haciendo la voluntad de Dios sin excusas, ten
la seguridad de que Dios te librará del día que trae la más oscura prueba que
viene sobre el mundo.
Para finalizar este mensaje quiero agregar
que es momento de anunciar con diligencia que la puerta estrecha (Jesús) está
abierta.
Que Dios quiere nuestra obediencia y
fidelidad para darnos la salvación esperada.
Él no
quiere que nadie se pierda.
El anhela que tengamos vida eterna y esta
vida eterna está en la fe en el hijo de Dios.
Y ese Hijo de Dios es JESUS.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones en mi
vida, mi familia y a mis hermanos en la fe.
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