EL SECRETO DE LA FELICIDAD
Gálatas 3:28-29 Ya no hay judío ni gentil,* esclavo ni libre,
hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y, ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos*
de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a
ustedes.
Es evidente que en estos
tiempos existe un hecho donde se evidencia que la humanidad está dividida, y es
más evidente ver que esa división proviene de una estrategia del mal, lo cual
tiene como objetivo destruir.
Por lo general, satanás
siempre actuara en aquellos que piensan que no es necesario someterse a Dios.
Cuando una persona, piensa
de esa manera, lo que está logrando es darle ventaja al diablo.
Por eso es que
hoy en día, el 90% de la humanidad tiene una diferentes formas de pensar o
perspectivas distintas de la vida, lo que lo conlleva a apartarse de Dios.
Muchos creen
que porque hacemos las cosas o alcanzamos nuestras metas y propósitos, a
nuestra manera, no necesitamos a Dios.
Pero la
realidad de todo es que al hacer estas cosas a nuestra manera y no a la de
Dios, de una u otra manera traerá conflictos en nuestra vida.
Por esa causa, es que vivimos en un mundo
profundamente dividido.
El resultado de todo esto
nos muestra a muchas familias divididas.
Familias que al estar
apartadas de Dios, entran en conflictos y divisiones, por la manera de pensar.
Así mismo, vemos gobiernos
con alta polarización.
Vemos relaciones con
conflictos y posiciones irreconciliables.
Lo triste de
todo esto es que seguirá profundizando la crisis porque cada uno va por su
propio lado, trabajando y luchando de acuerdo a su conveniencia personal.
Pero a la luz de la palabra,
necesitamos estar juntos, ayudarnos unos a otros, ponernos de acuerdo para
sanar heridas, para reconciliarnos.
Dice la
palabra de Dios que para esto vino Cristo al mundo.
Para sanar las
heridas.
Para
reconciliarnos con Dios, que es la esencia para curar nuestros conflicto
internos y externos.
Pero si no tenemos al
Espíritu en nuestro corazón, somos arrastrados por nuestros sentidos
superficiales, que siempre nos llevarán a dividir en vez de sumar.
Judas 1:19-21 Estos individuos son los que causan
divisiones entre ustedes. Se dejan llevar por sus instintos naturales porque no
tienen al Espíritu de Dios en ellos. Pero ustedes, queridos amigos, deben edificarse unos a
otros en su más santísima fe, orar en el poder del
Espíritu Santo* y esperar la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo, quien les dará vida eterna.
De esta manera, se mantendrán seguros en el amor de Dios.
Muchos son los que creen que
porque asisten a una iglesia, ya son de cristo.
Pero hoy quiero decirte que
no sólo por ir y sentarme en una congregación soy de Cristo, o soy parte de la
verdadera iglesia, como muchos consideran o discuten.
Sino que
soy de Cristo si obedezco y hago la voluntad de Dios.
Por eso el
resultado o fruto de mi fe es mi obediencia.
No una
obediencia fingida ni externa.
No una
obediencia por obligación, sino por amor y fidelidad a Dios.
En este punto se acaba la división,
cuando permito que mi vida sea guiada por el Espíritu Santo.
Porque como dice la
escritura:
Romanos 8:14 Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios
son hijos de Dios.
Nótese que dice “el Espíritu de Dios”.
Porque el Espíritu de Dios,
nos lleva a fortalecernos cada día mas en la palabra de Dios.
Mientras que el “espíritu
del mundo” Lleva a una persona a criticar, murmurar, a ser egoísta.
Dicho de otra manera, una
persona llena del espíritu del mundo, siempre va querer tener la razón.
Por lo tanto, desde ya,
reflexionemos y recordemos cómo vivían los primeros hombres que recibieron a
Cristo en su corazón.
Ellos, vivían
como una gran familia.
Ellos, compartían
todo entre sí.
Ellos, oraban
juntos, perseveraban en una misma doctrina, la que fue revelada a los apóstoles.
Ellos,
compartían el pan, como símbolo de su unión y fe en Cristo.
Ellos, en esa
perfecta comunión, permanecieron juntos e impactaron al mundo entero.
Por lo cual hermanos,
estamos llamados a recuperar y seguir este mismo ejemplo.
Dice la palabra de Dios:
Lucas 12:49-53 »Yo he venido para encender con fuego el
mundo, ¡y quisiera que ya estuviera en llamas! Me espera un terrible bautismo de sufrimiento, y estoy bajo una carga
pesada hasta que se lleve a cabo. ¿Piensan que vine a traer paz a la
tierra? No, ¡vine a causar división entre las personas! De ahora en adelante, las familias estarán divididas,
tres a mi favor y dos en mi contra, o dos a favor y tres en contra. “Habrá
divisiones, el padre estará contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre
contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera, y la nuera
contra la suegra”*.
1Corintios
1:10 Amados hermanos, les ruego por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo
que vivan en armonía los unos con los otros. Que no haya divisiones en la
iglesia. Por el contrario, sean todos de un mismo parecer, unidos en
pensamiento y propósito.
Cuando leemos estos
versículos, podemos sentir que hay un llamado a estar juntos, pero que habrá
una división global, entre aquellos que acepten a Cristo verdaderamente y
aquellos que lo rechazan, especialmente con sus actos, testimonios y egoísmo.
Porque dice la Palabra “Este pueblo de
labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.”,
Precisamente los
mandamientos de hombres y las doctrinas basadas en la tradición y no en la
escritura bíblica, causan división.
Y más que división, provoca
una ruptura espiritual.
Esta ruptura
espiritual afecta la convivencia entre los hermanos de cristo.
Ya que la
tradición mundana, conlleva siempre a
tener pensamientos contrarios a la palabra de Dios.
Por eso es que algunos
creyentes, se molestan porque los hijos de Dios, no apoyan la manera de pensar
del mundo.
Los mismos
apóstoles se vieron enfrentados a esto con el propio pueblo Judío.
Específicamente
con los sacerdotes.
Estos tuvieron que decidir,
y eligieron obedecer a Dios antes que a los hombres.
En otras
palabras: Prefirieron
ser rechazados por su pueblo y aceptados por Dios.
Hechos 5:29-32 Pero Pedro y
los apóstoles respondieron: —Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a
cualquier autoridad humana. El Dios de
nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que
ustedes lo mataron colgándolo en una cruz.* Luego Dios lo puso en el lugar de honor, a su derecha, como Príncipe y
Salvador. Lo hizo para que el pueblo de Israel se arrepintiera de sus pecados y
fuera perdonado. Nosotros somos
testigos de estas cosas y también lo es el Espíritu Santo, dado por Dios a
todos los que lo obedecen.
Tenga muy presente que entre
más lejos estemos de lo que Dios dice, más divididos estaremos.
Y entre más divididos, menos
obedecemos.
Y si no
obedecemos, NO HABRA BENDICIONES NUNCA.
Pero para aquellos que
estamos unidos a Cristo y su enseñanza estamos llamados a estar juntos, puesto
que tenemos un mismo Espíritu y como parte del mismo cuerpo nos necesitamos
unos a otros.
1Corintios
12:13 Entre nosotros hay algunos que son judíos y otros
que son gentiles;* algunos son esclavos, y otros son libres. Pero todos fuimos
bautizados en un solo cuerpo por un mismo Espíritu, y todos compartimos el
mismo Espíritu.*
Esta es la clave para que
nos levantemos y brillemos con La Luz que Cristo nos ilumina.
Hay personas
que pertenecen a una congregación y solo se alimentan de la palabra de Dios,
cuando asisten solo y únicamente el día del culto.
Mientras que los demás días,
se alimentas de las sobras y migajas que satanás tira al suelo.
Entonces son más el tiempo que
se alimentan de la basura del mundo, que de la miel del Señor.
Por eso
debemos permanecer juntos en armonía, llevando la semilla de la Palabra de Dios
a un mundo lleno de división,
Un mundo lleno de hipocresía,
mentiras, calumnias, murmuración, dolor y muerte.
Jesús sabía
que al estar juntos, soportaremos la noche más oscura.
Soportaremos las
pruebas más duras y la persecución más intrigante.
Y que al resistir juntos, el
mundo verá que somos diferentes, porque al demostrar el amor como hermanos los
demás verán que somos verdaderos discípulos de Cristo.
Dice su palabra:
Juan 13:35 El amor que tengan unos por otros será la prueba
ante el mundo de que son mis discípulos».
Ahora te hago la pregunta: ¿Eres de los que después de un servicio, murmuras contra tu
hermano o pastor, o de los que retienen la palabra para ser edificados y
reconocer sus errores?
¿Eres de los que
divide, o de los que suma?
Si eres de los que suma,
llegó el momento de servir a Cristo en compañía con los demás creyentes, ya que
su venida está cerca pues la escritura dice:
Salmos 50:5-6 «Tráiganme a mi pueblo fiel, a los que
hicieron un pacto conmigo, al ofrecer sacrificios». Luego dejen que los cielos proclamen la justicia divina,
porque Dios mismo será el juez.
Dicho
todo esto, entonces cual es el secreto de la felicidad.
Juan 17:3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a
ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.
Es un hecho
que todos buscamos la felicidad, de una manera u otra.
Que todos buscamos
estar y sentirnos bien.
Sin embargo, desde la
perspectiva divina, la felicidad no consiste en las posesiones materiales,
porque como dice la escritura:
Marcos 8:36-38 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo
entero pero pierdes tu propia alma?* ¿Hay algo que valga más que tu alma?* Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje en
estos días de adulterio y de pecado,
el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en la gloria de
su Padre con sus santos ángeles».
Jesús enseña que la vida del
hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Él nos muestra una parábola
de un hombre que había producido mucha riqueza, y que se decía a sí mismo: ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!
Pero era necio
como muchos que asisten a la iglesia.
Porque estos
sin tener verdaderamente a Cristo, por sus formas de actuar y pensar, podría
morir en cualquier momento, y ¿quién se quedaría con todo lo que había acumulado?
Leamos:
Lucas 12:15-21 Y luego dijo: «¡Tengan
cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen». Luego les contó una historia: «Un hombre rico
tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar
para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y
construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi
trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me
diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate!
¡Come y bebe y diviértete!’ ”. »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta
misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. »Así
es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con
Dios, es un necio».
Recordemos que
el maligno tentó a Jesús y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de
ellos, pero Jesús sabía que era una gloria efímera, y que la verdadera gloria y
riqueza era adorar sólo al Dios verdadero.
Por eso le dice “escrito está:
Mateo 4:8-11 Luego el
diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le
mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. —Te daré todo
esto —dijo —si te arrodillas y me adoras. —Vete de aquí, Satanás —le dijo
Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al SEÑOR tu Dios y sírvele sólo a
él”*. Entonces el diablo se fue, y
llegaron ángeles a cuidar a Jesús.
Iglesia, actualmente
el mundo y el maligno nos siguen ofreciendo un placer efímero.
Un placer
donde muchos caen fácilmente y engañados así mismos.
Satanás, ofrecen
a un impostor de la felicidad a través del sexo, la riqueza o glorias
temporales y nos enseña la mentira que obedecer a Dios es imposible, aburrido y
trae tristeza.
Pero esto no es cierto, ya
que el secreto de la felicidad se encuentra en la obediencia y fidelidad ante
Dios Padre y a su Hijo Jesucristo.
Pero ¿cómo podemos ser felices si no somos obedientes y mucho menos fieles?
Bueno, alguien que no es
obediente y mucho menos fiel ante Dios, jamás, jamás, jamás podrá ser feliz, ya
que nunca será bendecido.
Posiblemente
cree ser bendecido sin ser fiel y obediente, pero la verdad del asunto es que
es engañado por satanás el padre de la mentira, quien como un impostor se viste
de ángel de luz para confundir a los débiles.
Lo que nos lleva a
reflexionar a la siguiente pregunta:
¿Cómo podemos ser
obedientes si no sabemos qué obedecer?
La Biblia nos
enseña que al creer en Cristo y al recibirlo como nuestro Señor y Salvador,
tendremos la fuerza y el entendimiento por su Espíritu de obedecer su Palabra.
Por tanto seremos bendecidos
en todos nuestros caminos si obedecemos fielmente su palabra.
Romanos
10:8-11 En realidad, dice: «El mensaje está muy cerca de ti,
está en tus labios y en tu corazón»*. Y ese mensaje es el mismo mensaje que
nosotros predicamos acerca de la fe: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu
corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres
declarado justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca que eres
salvo. Como nos dicen las Escrituras: «Todo el que
confíe en él jamás será deshonrado»*.
Deuteronomio
30:10-16 El SEÑOR tu Dios se deleitará en ti si obedeces
su voz y cumples los mandatos y los decretos escritos en este libro de
instrucción, y si te vuelves al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma. »El mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil de entender ni
está fuera de tu alcance. No está guardado en
los cielos, tan distante para que tengas que preguntar: “¿Quién subirá al cielo
y lo bajará para que podamos oírlo y obedecer?”. Tampoco está guardado más allá del mar, tan lejos para
que tengas que preguntar: “¿Quién cruzará el mar y lo traerá para que podamos
oírlo y obedecer?”. Por el
contrario, el mensaje está muy al alcance de la mano; está en tus
labios y en tu corazón para que puedas obedecerlo. »¡Ahora escucha! En este
día, te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre la prosperidad y la
calamidad. Pues hoy te
ordeno que ames al SEÑOR tu Dios y cumplas sus mandatos,
decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te
multiplicarás, y el SEÑOR tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde
estás a punto de entrar y que vas a poseer.
Por esto, la felicidad no
puede ser completamente descubierta mientras permanecemos ignorantes de la
Palabra de Dios y rechacemos a Cristo y a su iglesia con nuestros actos
negativos.
Pues este es
su mensaje fundamental: que conozcamos al Padre y a su Hijo Jesús, para tener
vida eterna.
Termino
con estas palabras:
Es momento de conocer su
voluntad por medio de la escritura, de andar en sus caminos deleitándonos en su
Palabra, para que todo lo que hagamos sea prosperado, porque toda obediencia
trae recompensa.
Éxodo 19:5 Ahora bien, si
me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas
las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.
Jeremías 7:23 Esto les dije:
“Obedézcanme, y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. ¡Hagan todo lo
que les diga y les irá bien!”.
(Deuteronomio 28 léalo
en casa).
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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