LO QUE SOY POR DENTRO SE REFLEJA EN MI VIDA EXTERNA
Mateo 19:20-24 —He obedecido todos esos mandamientos
—respondió el joven —. ¿Qué más debo hacer? Jesús le dijo: —Si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus posesiones y
entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y
sígueme. Pero, cuando
el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste
porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: «Les digo la verdad, es muy difícil que una persona rica entre en
el reino del cielo. Lo repito: es
más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en
el reino de Dios».
Apocalipsis
3:14-20 »Escribe esta
carta al ángel de la iglesia de Laodicea. Éste es el mensaje de aquél que es el
Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio* de la nueva creación de Dios: »Yo
sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que
fueras lo uno o lo otro! Pero, ya que
eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca! Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que
quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta que eres un infeliz y eres un
miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo. Así que, te aconsejo que de mí compres oro —un oro purificado por fuego —y
entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás
vergüenza por tu desnudez y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas
ver. Yo corrijo y disciplino a todos los
que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu
indiferencia. »¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la
puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.
El "oro refinado en
fuego"
Es decir: es nuestra fe probada y renovada en las circunstancias
difíciles de la vida.
1Pedro 1:7 Estas pruebas
demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo
probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe
de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al
permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en
el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.
Podemos decir que es como
cuando debemos tomar la decisión radical de estar con Cristo o con el mundo.
En otras palabras una
sociedad actual sin valores y sin principios bíblicos.
Muchas veces podemos
vivir sintiéndonos cómodos con casa, carro, cosas, títulos y considerarnos
“ricos” o que no nos falta nada.
Pero si no
hemos renunciado al mundo, a nosotros mismos, si no estamos dispuestos a morir
por causa de Cristo, somos pobres.
Necesitamos renunciar a
nuestra vieja naturaleza, renunciar a que nuestros deseos y planes particulares
estén por encima o fuera de la voluntad de Dios, y tener por lo tanto una
perspectiva diferente de la vida, la que nos da la Palabra de Dios.
Esto no quiere
decir que renunciemos a nuestro trabajo, o las cosas que Dios nos ha puesto en
administración en su amor, sino que no las coloquemos por encima de la voluntad
del Padre.
Es decir: Que nuestro corazón no esté en las cosas, sino en
el dador y proveedor de toda bendición y que las administremos de tal forma que
sirvan a los propósitos de Dios y no a nuestros deseos egoístas.
Santiago
1:16-18 Así que no se dejen engañar, mis amados
hermanos. Todo lo que es
bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las
luces de los cielos.* Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento.* Él,
por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de
verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa
posesión.*
Nuestra relación con Dios
debe estar en primer lugar y esta relación es diaria, mediante la Palabra de
Dios, la oración y manifestada en el amor.
Escribamos por lo
tanto una carta de renuncia espiritual al pecado.
Una carta de
renuncia a nuestra pasada vana manera de vivir.
Una carta de
renuncia a pensar como pensábamos antes.
Una carta de
renuncia a vivir una vida por vista y no por fe.
Por eso hoy reflexionemos
sobre las cosas de nuestro pasado que debemos renunciar.
Reflexionemos en aquellas
cosas que están causando pérdida de tiempo o vida y que no cumplen el propósito
que Dios anhela que vivamos.
Reflexionemos
en aquello en lo que fijamos nuestra atención, porque donde tengamos nuestros
pensamientos, emociones y voluntad, allí estará y será nuestro tesoro.
Mateo 6:21 Donde esté tu tesoro,
allí estarán también los deseos de tu corazón.
Recuerda esto iglesia, Podemos
escoger un tesoro momentáneo o un tesoro eterno.
Por eso
todo mi estado interior se refleja en mi vida externa
Isaías 1:13 Dejen de traerme sus regalos sin
sentido. ¡El incienso de sus ofrendas me da asco! En
cuanto a sus celebraciones de luna nueva, del día de descanso y de sus días
especiales de ayuno, todos son pecaminosos y falsos. ¡No quiero más de sus
piadosas reuniones!
Isaías 1:18-20 »Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto
—dice el SEÑOR—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan
blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan
blancos como la lana. Si tan sólo me
obedecen, tendrán comida en abundancia. Pero si se apartan y se niegan a escuchar, la espada de sus enemigos los
devorará. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».
Iglesia, si alzamos nuestras
manos a Dios, y si nos reunimos para alabarle y hacemos muchas actividades
religiosas, pero si nuestros actos de adoración o nuestro culto, no vienen de
un corazón arrepentido, serán vanas nuestras oraciones y adoración.
El pueblo de
Israel es llamado al arrepentimiento pues llevaban ofrendas, celebraban ritos
convocando asambleas a Dios, pero no se apartaban del pecado.
Así que esto
molestaba en gran manera a Dios.
Ellos pensaban que con lo
que hacían externamente, tapaban ante Dios el estado real de su corazón, pero
no podían engañar a Dios, Él mira el corazón de cada creyente.
Así mismo
nosotros hoy en día nos llenamos de actividades y cosas externas.
Nuestra
conciencia da gritos, porque no estamos haciendo la voluntad de Dios y entonces
acallamos su voz, colocando más volumen a los ritos externos.
Cualquier acto externo, debe
ser la manifestación de un corazón que obedece a Dios y que está de acuerdo con
Dios.
En otras palabras: Lo que hagamos en secreto
se manifestará en lo exterior en cualquier momento.
Si lo que
hacemos en secreto es entrar a cuentas con Dios, pedir su dirección y confiar
en su provisión, esto se refleja inmediatamente en nuestra vida diaria, en
nuestras relaciones y en nuestra vida en la iglesia.
Es decir: Nuestras actividades serán fruto de un corazón
limpio y lleno de paz.
Iglesia, este es un llamado
a reflexionar y apartarnos del mal.
Es un llamado a quitar
completamente el pecado de nuestra vida.
Es un llamado a lavarnos y
limpiarnos quitando la iniquidad de nuestras obras por medio de la fe en
Cristo.
Esto significa
colocarnos a cuentas con Dios, ir a su presencia para llegar a un acuerdo donde
le ofrecemos nuestra confianza, porque Él nos ofrece perdón, limpieza y
restauración.
Como resultado practiquemos el
bien, el juicio y la justicia en todos los actos externos de nuestra vida
Y como bendición
tendremos abundancia de todo pues será fruto de lo que hemos sembrado.
De eso se
trata nuestra nueva naturaleza
2Corintios
5:17-19 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha
convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva
vida ha comenzado! Y todo esto es
un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y
Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo
mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos
dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.
Colosenses 3:9-11 No se mientan
unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y
todos sus actos perversos. Vístanse con la nueva naturaleza y se
renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él. En esta vida nueva, no importa si uno es judío o gentil,*
si está o no circuncidado, si es inculto, incivilizado,* esclavo o libre.
Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros.
Iglesia, nuestra nueva
naturaleza implica una forma de vivir diferente.
Así como el
pez no puede vivir fuera de su ambiente natural, como hijos de Dios y
ciudadanos del cielo, no podemos vivir en plenitud si no vivimos en la
dimensión de la fe, en la dimensión de la eternidad con base a su Palabra.
Nuestra nueva naturaleza debe
implicar una nueva forma de vida.
Porque si pensamos y vivimos
como el hombre sin Dios, seremos amargados y viviremos en confusión.
Es decir: Estaremos cargando un peso que nos hará vivir en
derrota y sin fruto.
Salmos
73:15-19 Si yo
realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un
traidor a tu pueblo. Traté de entender
por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil! Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por
fin entendí el destino de los perversos. En verdad, los pones en un camino resbaladizo y haces que se deslicen por
el precipicio hacia su ruina. Al instante quedan destruidos, totalmente
consumidos por los terrores.
Por esto, nuestra forma de
pensar debe cambiar radicalmente, porque si seguimos pensando cómo piensa el
mundo, estamos en el lugar equivocado.
Y si amamos
más al mundo que a Dios, el amor de Cristo no permanecerá en nosotros.
Como dice
1Juan 2:15-17.
1Juan 2:15-17 No amen este
mundo ni las cosas que les ofrece porque, cuando aman al mundo, no tienen el
amor del Padre en ustedes. Pues el mundo sólo ofrece un intenso deseo por el
placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos y el orgullo de
nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene
del mundo; y este mundo
se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea. Pero el que hace lo que a
Dios le agrada vivirá para siempre.
Esta nueva dimensión implica
aceptar nuestra nueva naturaleza en Cristo y vivir conforme a ella.
Además viviendo por fe y no
por vista.
2Corintios
4:16-18 Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque
nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu* va
renovándose cada día. Pues nuestras dificultades
actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo,
¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que
las dificultades! Así que no
miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en
cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se
habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.
Hermano, como cristianos,
herederos de tantas promesas y bendiciones, tenemos que vivir según lo que hemos
recibido.
Debemos vivir persuadidos y
atentos de cuál es la voluntad de Dios.
Recordemos que
debemos aprovechar cada día, porque los tiempos en que vivimos ameritan que los
hijos de Dios se manifiesten en amor y justicia.
Que nuestra fe, compromiso y
entrega a Jesús sea conocida en todas la naciones, iniciando por nuestra
familia.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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