EL
CONTROL DEL ESPIRITU
"Gracias oh Dios, por derramar tu amor
en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo."
Busquemos
en la palabra de Dios:
Efesios 4:26-27 Además,
«no pequen al dejar que el enojo los controle»*. No permitan que el sol se
ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.
Muchas personas hoy en día viven vidas llenas
de enojo, envidia, ira y de todo aquello que daña el cuerpo.
Todo esto se concentra en una sola palabra
llamada: AMARGURA.
La causa principal por la que una persona se
amarga, es porque en algún momento de su vida, ha sido herida en su corazón y
no ha perdonado la ofensa.
Esto mi querido hermano, trae
consecuencias graves, tanto en nuestro cuerpo, como también en nuestra alma y en
nuestro espíritu.
Ahora: La
persona Amargada, casi siempre está enfadada y enojada.
Esta por lo general pelea con todo el mundo,
y lo peor de todo es que la mayoría de las veces no sabe el por qué está
enfadada.
Otras veces, no sabe el por qué todo le da
rabia.
En otras palabras: esta clase de personas tiene arranques de ira
e insulta a todos y después sale trastornada por sentimientos de culpa.
Efesios 4:30-31 No
entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que
él los identificó como suyos,* y así les ha garantizado que serán salvos el día
de la redención. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas,
calumnias y toda clase de mala conducta.
Hoy quiero decirles a ustedes, que durante
situaciones tensas nuestras emociones se descontrolan fácilmente, debido a
nuestra falta de dominio propio y nuestro temperamento explosivo.
Muchas veces caemos en enojo, ira y empezamos
a ofender a otras personas afectando nuestras relaciones con nuestros seres
queridos.
Debemos entender claramente que una persona
que está Amargada, casi siempre ve lo negativo.
Su primer paso es la murmuración, luego sigue
con la crítica, y finalmente enjuiciando a las personas según su criterio.
Es decir: Casi nunca puede ver el lado bueno de las
cosas.
Stg.4:11-12
Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se
juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. Les
corresponde, en cambio, obedecer la ley, no hacer la función de jueces. Sólo
Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar
o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?
La palabra de Dios, lo que nos dice es que
como cristianos verdaderos, debemos ser siempre obedientes y fiel a los
mandatos establecidos en la Biblia.
Y no andar criticando para luego oponernos a
dicha ley, sino más bien debemos obedecerla.
Igual que en una caldera, nosotros debemos mantener
el nivel de agua seguro para que no explote.
Así mismo debemos someternos al control del
Espíritu Santo de Dios, para que nuestra caldera emocional este segura y no
cause daño a otros.
Tenga muy presente que las personas que les gusta
la murmuración, lo hacen por diversas razones.
Estos son: para escalar supuestas posiciones,
para tratar de verse como personas que realmente dizque se preocupan por la
Iglesia.
También lo hacen por envidia e incluso para
crear grupos que los apoyen en sus fechoría.
El problema mayor de la murmuración es que
comienza como una crítica constructiva,
y termina en difamación
y calumnias manchando reputaciones con la excusa de que solo es para señalar pecados por el bienestar de la congregación, según ellos.
El problema es que estas personas, que
usualmente se creen las
más santas de la congregación tienen una mente pecaminosa y siempre ven el
pecado en todo lo que hacen los demás.
Pero nunca ven el de ellos mismos o el de las
personas que le hacen el juego y le siguen la corriente.
Iglesia, Si una persona ve algo mal dentro de
la congregación, esta debe discretamente comunicarle al pastor lo sucedido, para
que este lo resuelva de la mejor manera.
Pero usted no debe de andar de chisme en
chisme con el propósito de dañar a sus hermanos o hermanas en la congregación.
Recordemos lo que dice Gálatas.
Gál.5:22-26
Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor,
alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control
propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! Los que pertenecen a Cristo Jesús
han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y
los han crucificado allí. Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del
Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. No nos hagamos vanidosos ni nos
provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.
Cuando una persona amargada y murmuradora le quiere
hablar de algún hermano, dígale que usted va a llamar a esa persona y que los
enfrentará, verá que el chismoso le dirá que no, porque ellos siempre quieren
estar en el anonimato.
Si persisten pida una reunión con el pastor y
déjele saber quiénes son esos chismosos, y esté dispuesto a estar presente en
una reunión para desenmascararlos.
Usualmente estas actitudes son las que más
crisis causan en la Iglesia.
Y ya que es un pecado contagioso, démosle un
vistazo a nuestros hábitos, no vaya a ser que también nosotros ya hemos caído
en este juego del diablo.
1Jn.1:9-10
Pero, si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si afirmamos que no
hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y demostramos que no hay lugar para su
palabra en nuestro corazón.
Tenga muy presente que la ruptura de
relaciones lleva a la persona a ser “Insensible”.
La dureza de corazón empieza a invadir el
alma (las emociones y sensibilizaciones).
En otras palabras: La persona se vuelve inconsciente de las
heridas que pueda estar causando a los demás, a través de las palabras, de las
actitudes y de las acciones.
La persona encerrada en sí misma, la influyen
sentimientos egocéntricos (yo, yo, yo y mil veces yo), y no considera los
sentimientos y necesidades de las otras personas.
Este endurecimiento del alma y del
corazón, lleva a la persona a perder la capacidad de sentir, y el alma no
siente, por lo tanto esta persona poco a poco llega a estar muerta y bien
muerta.
Pro.4:23-27 Sobre
todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida. Evita
toda expresión perversa; aléjate de las palabras corruptas. Mira hacia adelante
y fija los ojos en lo que está frente a ti. Traza un sendero recto para tus
pies; permanece en el camino seguro. No te desvíes, evita que tus pies sigan el
mal.
Así como la murmuración es dañina para otros,
la Amargura lleva a menudo a
una persona a Aislarse.
Es decir que estas personas amargadas,
siempre prefiere la soledad a estar acompañada.
En todo un sentido físico y espiritual,
podemos decir que este comportamiento de aislarse no es muy normal, porque Dios
nos hizo con la necesidad de compartir con otros.
Sal
133:1 -3 ¡Qué
maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía! Pues la
armonía es tan preciosa como el aceite de la unción que se derramó sobre la
cabeza de Aarón, que corrió por su barba hasta llegar al borde de su túnica. La
armonía es tan refrescante como el rocío del monte Hermón que cae sobre las
montañas de Sión. Y allí el SEÑOR ha pronunciado su bendición, incluso la vida
eterna.
Apreciados hermanos en Cristo, déjeme decirle
que una persona de manera natural no se Amarga de un día para otro, sino que
entra en un proceso.
Primero recibe una ofensa y no perdona.
Al no perdonar, la ofensa se transforma en
Ira.
Posteriormente la Ira se va transformando en
Resentimiento.
Y el Resentimiento da lugar a la Amargura.
Y si la Amargura no la eliminamos, dará paso
a la Depresión.
Y si no eliminamos la raíz del problema
(nuestro propio pecado), en algunos casos, lleva al suicidio y a la
muerte.
En el estudio de la Medicina, se conocen
enfermedades con el nombre de “Enfermedades Psicosomáticas”, que son afecciones
en el alma que se reflejan en el cuerpo.
Ahora en el aspecto espiritual,
se puede
entender que pueden existir problemas en el alma, reflejándose en el cuerpo a
través de enfermedades.
Las enfermedades son inevitables, y
normalmente numerosas en las personas Amargadas.
Algunos expertos en la Medicina, han dicho
que la Amargura es una emoción tóxica que se instala en el centro de nuestro
ser.
Que afecta el estómago y el pH ácido (equilibrio
de nuestros cuerpos).
Y escuche esto que es
interesante:
Un inadecuado equilibrio ácido del pH del
cuerpo, puede causar una serie de enfermedades como: los trastornos
gastrointestinales, artritis, gota, alergias, diabetes, e incluso algunas
formas de obesidad.
Mire un cristiano verdadero, a pesar de pasar
por tribulaciones, este debe estar seguro que mientras Cristo este en su
corazón, nada ni nadie podrá jamar quitarle la paz que solo Jesús nos da.
Es más todas nuestras enfermedades, causadas
en nuestro cuerpo, Cristo las tomo y se las llevo.
Mat 8:16-17 Aquella
noche, le llevaron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus
malignos con una simple orden y sanó a todos los enfermos. Así se cumplió la
palabra del Señor por medio del profeta Isaías, quien dijo: «Se llevó nuestras
enfermedades y quitó nuestras dolencias»*.
Iglesia, Entreguemos nuestras emociones al
Señor para que nos ayude a controlar nuestro carácter.
Pidamos al Espíritu Santo que nos llene, nos
consuele, nos guíe y nos libere de todo sentimiento dañino.
Si dependemos el Espíritu Santo nuestro punto
de ebullición disminuye, y daremos paso a la paz y tranquilidad del Alma.
Hebreos
12:14-15 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida
santa, porque los que no son santos no verán al Señor. Cuídense unos a otros,
para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado
de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a
ustedes y envenene a muchos.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones a mis
hermanos en la fe.
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