LA SABIDURIA Y EL ORGULLO
"Gracias
Amado Dios por darme sabiduría a través de tu Palabra, que es la lámpara a mis
pies y la lumbrera de mi camino. Con ella puedo tomar decisiones acertadas y
discernir el camino recto y justo. Ayúdame a manejar con éxito los asuntos
prácticos de cada día, vivir en paz contigo y con los demás. Amén."
Busquemos:
Proverbios 3:11-18 Hijo mío,
no rechaces la disciplina del SEÑOR ni te enojes cuando te corrige. Pues el
SEÑOR corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su
deleite.* Alegre es el que encuentra sabiduría, el que adquiere entendimiento. Pues
la sabiduría da más ganancia que la plata y su paga es mejor que el oro. La
sabiduría es más preciosa que los rubíes; nada de lo que desees puede compararse
con ella. Con la mano derecha, te ofrece una larga vida; con la izquierda,
riquezas y honor. Te guiará por sendas agradables, todos sus caminos dan
satisfacción.
Pro 3:18 La sabiduría es un árbol de vida a los que la abrazan; felices
son los que se aferran a ella.
La Palabra clave
del libro de los Proverbios es “sabiduría”.
En el día de hoy
es una palabra poco aplicable.
La sabiduría es
vivir de acuerdo con los principios de Dios, pero es difícil hacerlo cuando se
vive en un mundo impío.
Dios nos da en su
Palabra las instrucciones para manejar con éxito los asuntos prácticos de la
vida, tales como la relación con Dios, con los padres, con los hijos y con nuestros
semejantes.
Todo
cristiano sabe que los tesoros terrenales no son comparables con la sabiduría
verdadera.
Ya que la
verdadera sabiduría se obtiene teniendo verdaderamente en nuestro corazón a Jesucristo,
esto se logra solo por la fe y la oración.
En 1Corintios
1:30 el apóstol Pablo dice:
1Corintios 1:30-31 Dios los
ha unido a ustedes con Cristo Jesús. Dios hizo que él fuera la sabiduría misma
para nuestro beneficio. Cristo nos hizo justos ante Dios; nos hizo puros y
santos y nos liberó del pecado. Por lo tanto, como dicen las Escrituras: «Si
alguien quiere jactarse, que se jacte solamente del Señor»*.
Esto quiere decir
que aquel que tiene a Jesús verdaderamente en su corazón, posee la sabiduría
misma de Dios.
Pero para que esa
sabiduría se refleje en aquel que tiene a Jesús en su corazón, primero debe
caminar en la obediencia y fidelidad.
Es decir haciendo
la voluntad escrita de Dios y no la del hombre.
En el libro de Colosenses
2:3 dice:
Colosenses 2:3-4 En él están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. Les digo esto a
ustedes para que nadie los engañe con argumentos ingeniosos.
Para el mundo
actual la sabiduría que Dios impartió a su Hijo Jesús, no es útil.
Pero Dios la
considera como un tesoro lleno de conocimiento, para aquellos que han recibido
a cristo en su corazón y caminan en obediencia y fidelidad.
Tengamos
presente que la sabiduría de Dios está al alcance de todo aquellos que desean
cambiar su vida para la gloria de Dios, y no del mundo.
Los
que han rechazado la Palabra de Dios, Dios los llama insensatos.
Cuando rechazamos
la Sabiduría de Dios, nuestra vida se llena de serias consecuencias.
Es decir: Que
surgen problemas que no sabemos resolver, porque los recursos de Dios que
necesitamos para solucionarlos no estarán disponibles, por rechazar su sabiduría.
La sabiduría
divina, nos debe formar en integridad y madurez que nos permitan desarrollar
una vida recta y exitosa.
Imagínense
ustedes cuántos cristianos pierden las bendiciones de la sabiduría divina por
falta de conocimiento bíblico y desobediencia en la palabra.
1Reyes 12:6-11 Después el rey
Roboam consultó el asunto con los ancianos que habían sido consejeros de su
padre Salomón. —¿Qué me aconsejan ustedes? —les preguntó—. ¿Cómo debo responder
a este pueblo? Los consejeros ancianos
contestaron: —Si hoy se pone al servicio de este pueblo y les da una respuesta
favorable, ellos siempre serán sus leales súbditos. Sin embargo, Roboam rechazó
el consejo de los ancianos y pidió, en cambio, la opinión de los jóvenes que se
habían criado con él y que ahora eran sus consejeros. —¿Qué me aconsejan
ustedes? —les preguntó—. ¿Cómo debo responder a esta gente que me pide que
alivie las cargas que impuso mi padre? Los jóvenes contestaron: —Así debería
responder a esos que se quejan de todo y que quieren una carga más liviana:
“¡Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre! Es cierto que mi
padre les impuso cargas pesadas, ¡pero yo las haré aún más pesadas! ¡Mi padre
los golpeaba con látigos, pero yo los azotaré con escorpiones!”.
El Señor es sabio
cuando nos dice que desde la temprana edad debemos seguir los consejos y
enseñanzas que están escritos en su Palabra y que además de seguir esos
consejos, debemos guardarla en nuestro corazón, para que nos guíen en nuestro
caminar por la vida.
Pero
es triste ver en esta porción de la Palabra de Dios, que el legado espiritual
que Roboam pudo recibir de su padre Salomón, aparentemente no le ayudó a amar
al Dios de Israel.
Sus muchas
ocupaciones no le dieron tiempo para aconsejar bien a su hijo.
Lastimosamente
muchos padres hoy en día, están prestos a dar a sus hijos solo cosas
materiales, excepto lo que ellos más necesitan: el cual es tiempo.
Tiempo
para escucharlos, para entenderlos, para ayudarlos, para orientarlos.
Parece
una tarea fácil, pero realmente no lo es.
Debemos
sacrificar nuestros intereses y dedicar tiempo de calidad en nuestros hijos.
Las muchas
ocupaciones y distracciones nos pueden estar impidiendo sembrar lo más valioso
en ellos, el amor a Dios.
Recuerde
usted que cuando desechamos el sabio consejo que Dios mismo nos dejó en su
palabra, nos exponemos a fracasar.
Roboam no siguió el consejo sabio,
sino el de jóvenes inexpertos.
En Isaías 30:1 el
Señor hace una dura advertencia:
Isaías 30:1-5 »Qué aflicción les espera a
mis hijos rebeldes —dice el SEÑOR—. Ustedes hacen planes contrarios a los míos;
hacen alianzas que no son dirigidas por mi Espíritu, y de esa forma aumentan
sus pecados. Pues sin consultarme, bajaron a Egipto (Gente del
mundo) en
busca de ayuda; pusieron su confianza en la protección del faraón (Consultores
del mundo) y
trataron de esconderse bajo su sombra. Pero por confiar en el faraón serán
humillados, y por depender de él, serán avergonzados. Pues, aunque el poder del
faraón se extiende hasta Zoán, y sus
funcionarios han llegado a Hanes, todos
los que confíen en él serán avergonzados. Él no los ayudará; todo lo contrario,
los avergonzará».
Esto pasa cuando
buscamos el consejo de todos, menos el de Dios.
Cuando no
seguimos la guía de su Espíritu, y desechamos la palabra viva.
La soledad, el
miedo, la inexperiencia, la desesperación, pueden llevarnos a buscar consuelo,
consejos y alivio en los lugares y personas equivocados.
Por eso, se
cometen errores cuando queremos encontrar una rápida salida a nuestros
problemas.
Como
hijos de Dios, en los momentos de crisis debemos consultar a Dios y ser sabios
también en buscar el consejo de otros cristianos más consagrados, lleno del
espíritu de Dios y que sean lideres estudiosos de la palabra de Dios para poder
explicarla.
Cuando somos
obedientes y fieles a la Palabra, Dios nos dará la seguridad para tomar buenas
decisiones.
Como dice el
Salmo 1:
Salmo 1:1-6 Qué alegría para los que no
siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; sino
que se deleitan en la ley del SEÑOR meditando en ella día y noche. Son como
árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo.
Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen. ¡No sucede lo
mismo con los malos! Son como paja inútil que esparce el viento. Serán
condenados cuando llegue el juicio; los pecadores no tendrán lugar entre los
justos. Pues el Señor cuida el sendero de los justos, pero la senda de los
malos lleva a la destrucción.
Iglesia, Confiemos
en Dios y no nos apoyemos en nuestro propio entendimiento.
Dios Padre puso a
Jesús como nuestro fundamento y la Roca de los siglos.
Él es nuestra
fortaleza y refugio en los días difíciles.
Proverbios 16:1-9 Podemos hacer nuestros
propios planes, pero la respuesta correcta viene del SEÑOR. La gente puede
considerarse pura según su propia opinión, pero el SEÑOR examina sus
intenciones. Pon todo lo que hagas en manos del SEÑOR, y tus planes tendrán
éxito. El SEÑOR ha hecho todo para sus propios propósitos, incluso al perverso
para el día de la calamidad. El SEÑOR detesta a los orgullosos. Ciertamente
recibirán su castigo. Con amor inagotable y fidelidad se perdona el pecado. Con
el temor del SEÑOR el mal se evita. Cuando la vida de alguien agrada al SEÑOR,
hasta sus enemigos están en paz con él. Es mejor tener poco con justicia, que
ser rico y deshonesto. Podemos hacer nuestros planes, pero el SEÑOR determina
nuestros pasos.
Más adelante dice:
Proverbios 16:16-18 ¡Cuánto mejor es adquirir sabiduría que oro, y el buen juicio que la
plata! El camino de los íntegros lleva lejos del mal; quien lo siga estará a
salvo. El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la
caída.
Cuando leemos
estos versículos podemos decir que el orgullo de nosotros mismos, de nuestras
posesiones y de nuestras habilidades, nos trae destrucción.
Mientras que la humildad
ante Dios, ante otros y ante nosotros mismos, trae honor.
El
problema de ser soberbios es que no se tiene en cuenta las debilidades.
Los soberbios
pocas veces se dan cuenta de que la soberbia es un gran problema y es un gran
obstáculo en su relación con Dios.
La palabra dice que Dios se deleita en
enaltecer al humilde, pero desprecia al altivo.
Todo cristiano
verdadero sabe que orgullo conduce a la caída.
Lucifer deseó ser
mayor que Dios y resultó en condenación, por eso la soberbia puede arruinar una
vida e impide ver las necesidades de otros.
El
orgullo hace que solo nos centremos en nosotros mismos y en nuestros propios
intereses, despreciando así la labor que tenemos con la obra de Dios y la
Iglesia de Jesús.
Por eso una actitud orgullosa
conduce al quebrantamiento y la caída.
Cuando somos
altivos pensamos y hasta creemos, que si hacemos las cosas a nuestra manera,
todo resultaría mucho mejor.
Cuando sabemos que no es así.
Lastimosamente la
mayoría de los creyentes, creen que son capaces de vivir sin la ayuda del Señor
y hasta menosprecian a sus líderes, cuando buscan consultas y respuestas en el
mundo.
Termino
con esto:
Solo cuando somos
humildes, Dios puede ayudarnos a convertirnos en las personas que quiere que
seamos.
El orgullo hay
que tomarlo con seriedad, porque es un pecado que pone distancia entre nosotros
y Dios.
Dice su Palabra en el Salmo 138:6 Aunque el SEÑOR es grande, se ocupa de
los humildes, pero se mantiene distante de los orgullosos.
Iglesia, El
orgullo cubre los propios pecados.
Oscurece la
visión de otros y obstaculiza el servicio a Dios.
Por eso es muy
importante para el cristiano presentarse delante de Dios con un corazón:
Contrito
y humillado; Obediente y fiel; Entregado y dispuesto.
Para la obra de
Dios Padre y de su Hijo Jesús.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones a mis
hermanos en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario