EL VERDADERO GOZO
Textos Bíblicos:
Salmos
16:8-11 Sé que el SEÑOR
siempre está conmigo; no seré sacudido, porque él está aquí a mi lado. Con razón mi corazón está contento y yo me alegro;* mi cuerpo
descansa seguro, porque tú no dejarás mi
alma entre los muertos* ni permitirás que tu santo* se pudra en la tumba. Me
mostrarás el camino de la vida, me
concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para
siempre.*
Filipenses
4:4-7 Estén siempre llenos de alegría en el Señor.
Lo repito, ¡alégrense! Que todo el
mundo vea que son considerados en todo lo que hacen. Recuerden que el Señor vuelve
pronto. No se
preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y
denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender.
La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
Desde que nacemos nuestros
familiares y amigos nos han enseñado que la felicidad depende de ciertas
circunstancias que deben darse a nuestro alrededor, por ejemplo:
Que la felicidad es cuando iniciamos
una carrera universitaria.
Que la felicidad es cuando
tenemos un buen matrimonio.
Que la felicidad es tener
hijos.
Que la felicidad es rodearse
de buenos amigos.
Que la felicidad es tener
carro propio.
Que la felicidad es lograr
independencia económica.
Todo esto que hemos
mencionado, aunque en lo carnal estos son logros dignos de admiración, debemos
entender que la verdadera felicidad no se basa en ellos.
Ahora yo les pregunto:
¿Cuántas personas tienen un
buen matrimonio y un buen trabajo y aun así no son felices?
¿Cuántas personas están
casadas y tienen hijos y no son felices?
¿Cuántas personas se han
independizados, están rodeadas de amigos, tiene carro, una vida económica y no
son felices?
Apreciados hermanos, déjame
decirte que la felicidad va más allá de condiciones externas.
La Biblia lo llama GOZO y lo cataloga como un fruto que
produce el Espíritu Santo cuando mora en nosotros realmente.
¿Qué significa gozo?
En la Biblia el gozo es
“una intensa felicidad o gran deleite”.
Además está definido como parte de la personalidad del cristiano, ya que
es un fruto que produce el Espíritu Santo.
Como fruto crece cada día y
se hace más evidente.
Dios es quien produce el
verdadero gozo.
La presencia de Dios
produce gozo y deleite.
El gozo no es pasajero ni
circunstancial.
El gozo se basa en una
esperanza y fe en un Dios fiel.
Salmos 62:5-7 Que todo mi
ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está mi
esperanza. Sólo él es mi
roca y mi salvación, mi fortaleza donde no seré sacudido. Mi victoria y mi honor provienen solamente de Dios; él es mi
refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarme.
Nuestro gozo y confianza están puestas en
Dios, en sus bendiciones y su presencia que nos acompaña cada día de nuestra
vida.
El gozo no depende de las
circunstancias.
2Corintios
4:14-17 Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor
Jesús,* también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante él
mismo junto con ustedes. Todo esto es
para beneficio de ustedes. Y, a medida que la gracia de Dios alcance a más y más
personas, habrá abundante acción de gracias, y Dios recibirá más y más gloria. Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro
cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu* va
renovándose cada día. Pues nuestras
dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo,
¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que
las dificultades!
El cristiano está consciente
que toda situación es pasajera y que más bien sirve para ser edificados.
Por eso Dios puede cambiar
nuestro lamento en risa, como lo dice el Salmos 30:11-12
En medio de la angustia y
la adversidad Dios promete llenarnos de felicidad.
La promesa de Dios dice que
todo lamento o tristeza, Él la convertirá en fiesta, en alegría.
Y si Dios lo dice así será.
En nosotros está la
capacidad para vivir en alegría y paz porque el Espíritu de Dios quien mora en
nosotros nos da esa fortaleza, en Él todo lo podemos lograr.
Tomados de la mano de Dios Él
puede cambiar nuestro lamento en risa.
Dios visualiza un mejor
porvenir para cada uno de nosotros. (Filipenses 3:13-14):
Por eso debemos aprender a
ser visionario y extendiéndonos a lo que está delante de nosotros, debemos
tomar las promesas de Dios y sobre todo creer que tomado de la mano de Dios
vienen cosas mejores.
Dios abre nuevos caminos para
darnos nuevas oportunidades (Isaías 45:2):
Debo mirar con esperanza y
fe mi futuro, sabiendo que Dios puede enderezar mis caminos, abrir nuevas
sendas, aumentar mi fe y convicción para avanzar hacia lo bueno.
Dios nunca me abandonará por
difícil que parezca el camino (Isaías 43:2,4):
Pero eso solo lo puedo lograr
confiando plenamente en Él.
Es decir, obedecer y serle
fiel en todo.
Cuando le somos fieles,
somos de gran estima para Dios, y Él nos dará un lugar honorable así que mi
futuro está seguro en Él.
Las circunstancias no lograrán
consumirme ni quitarme el gozo de la salvación.
En la vida nos
encontraremos con circunstancias agradables y otras adversas.
Pero de usted depende
decidir ser feliz en medio de cualquier circunstancia.
Tal vez lo que estás viviendo
en este momento no es lo mejor, pero una buena actitud te ayudará a
sobreponerte, a ver las cosas diferentes y ser de bendición para otros.
Una actitud enfocada en las
promesas de Dios te llevará a tener mejores resultados, a crecer y vencer
obstáculos.
Es una decisión ser feliz y
sonreír aún en medio de las dificultades.
Dios está con nosotros
dándonos su ayuda en todo tiempo.
Mientras Salomón se mantuvo fiel a Dios no sólo fue prosperado, sino que su
corazón experimentaba un gozo inmenso, el gozo de obedecer a Dios.
Pero sus últimos años fueron de suma tristeza, fracaso
personal y escasez.
Esto tuvo su origen cuando dejó de ser fiel a Dios.
Nuestro gozo no está en función de la abundancia
material sino en Dios mismo (dejando claro que creo que Dios nos quiere
bendecir)
En el A.T. el gozo se presenta como alegría, bienestar, júbilo, deleite, regocijo,
acompañado de un sentido de moralidad y rectitud.
En el N.T. el gozo significa: alegría, deleite, complacencia.
El gozo del cristiano es Dios mismo, por eso dice
la Escritura: “Entraré
al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh
Dios, Dios mío” (Sal 43:4).
Por tanto, éste gozo va ligado al gozo de Dios mismo,
al vivir en Su voluntad, por eso el Padre dijo: “Éste
es mi Hijo amado en el cual tengo complacencia”.
Es decir, en el cual me gozo. ¿por qué? Porque
el Hijo vivió para hacer la voluntad del Padre, el gozo del Hijo, era el gozo
del Padre, pues Jesús hacía lo que agradaba al Padre.
El ejemplo del Señor Jesús, Heb.12:2.
“puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios”.
En éste versículo podemos ver la fuerza del gozo, pues
llevó a Jesús a la victoria en la cruz y a vencer el oprobio.
Dice el texto: “sufrió la
cruz”, aquí sufrir significa
resistir, soportar y “oprobio” significa:
deshonor, injuria y deshonra.
Por el gozo, Jesús resistió la cruz y menospreció los
insultos.
EL GOZO DE DIOS REQUIERE UNA PERSPECTIVA
CORRECTA.
La visión de Dios debe ser la visión de sus hijos.
La parte final de Heb.12:2, nos dice que después de esto, Jesús
se sentó a la diestra del Padre.
Esa era la visión del Hijo, porque era el plan del Padre.
El pueblo de Israel caminó por el desierto, pero su escasa visión
fortalecía la incredulidad; las dificultades del camino producían en ellos
queja y murmuración; al no mirar por la fe la tierra de la abundancia, los
recuerdos del pasado (de Egipto) y el miedo, los hacía anhelar volver atrás…
Hoy en día los creyentes no cristianos, tiene una
visión fortalecida en la incredulidad.
Estos viven en la queja, murmuración, tramoyo,
mentiras, trampas, miedos y la deshonestidad.
Lo hacen porque su fe no puede ver la abundancia que
Dios tiene preparado para sus hijos.
Por eso hacen lo que su padre el diablo les dice que
deben hacer.
En otras palabras: El resentimiento no permite disfrutar el
gozo de Dios.
El profeta Jonás es un ejemplo de esto.
Que privilegio
cuando el Señor nos comisiona.
Dios le encomienda a Jonás conquistar una ciudad con su mensaje.
Él sería usado cómo fiel profeta del Señor.
Pero
su corazón estaba resentido.
Su
corazón quería venganza.
Su corazón estaba impulsado por su orgullo espiritual (era judío, hijo del
pacto y la promesa, ellos, los ninivitas eran gentiles, a quienes los judíos
llamaban “perros”…).
Y así esa encomienda de Dios a Jonás, se le convierte
en una amargura, por no tener la perspectiva correcta.
La ausencia del gozo de Dios, genera frustración y
enojo.
El libro del profeta Jonás nos enseña que Jonás se enojó, se sintió
frustrado, al ver la salvación de Dios con la ciudad de Nínive.
La Escritura dice de Jonás: “Pero esto disgustó mucho a Jonás, y lo
hizo enfurecerse”, y le dijo a Dios: “Así que ahora, Señor, te suplico que me quites la vida.
¡Prefiero morir que seguir viviendo!” (Jonás 4).
La falta de perdón, el resentimiento, la amargura le impedía a Jonás
experimentar el gozo de Dios por la salvación de una ciudad.
EL GOZO DE OBEDECER A DIOS ES NUESTRA
FUERZA.
Los proyectos de Dios requieren Su fuerza, Neh.8:8-10.
Nehemías
8:8-10 Leían del libro de la ley de Dios y
explicaban con claridad el significado de lo que se leía, así ayudaban al
pueblo a comprender cada pasaje. Luego Nehemías, el
gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban
para el pueblo dijeron: —¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues
hoy es un día sagrado delante del SEÑOR su Dios. Pues todo el pueblo había
estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley. Nehemías* continuó diciendo: «Vayan y festejen
con un banquete de deliciosos alimentos y bebidas dulces, y regalen porciones
de comida a los que no tienen nada preparado. Este es un día sagrado delante de
nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del SEÑOR es
su fuerza!».
Es interesante que el gozo está en relación directa
con el arrepentimiento.
Es
decir, el gozo nos levanta para caminar por sendas de seguridad en Dios, donde
el enemigo no te pude tocar.
Los planes de Dios para ti, avanzarán, porque tú caminas en Su fuerza.
El gozo de Dios nos sostiene en medio de las
adversidades.
Filipenses
4:4-7 Estén siempre llenos de alegría en el Señor.
Lo repito, ¡alégrense! Que todo el
mundo vea que son considerados en todo lo que hacen. Recuerden que el Señor vuelve
pronto. No se
preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y
denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender.
La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
La Escritura también dice:
“el
reino de Dios no consiste en comida y bebida, sino en justicia, paz y gozo en
el Espíritu Santo”.
En el cielo no hay personas afligidas, ni deprimidas,
ni resentidas, ni enojadas con Dios.
Cristo está sentado a la diestra del Padre, y volverá.
Pero ahora en nosotros está el Espíritu Santo de Dios.
Y no debemos contristarlo por nuestra desobediencia.
Recuerde usted que el Apóstol Pablo estaba encarcelado en Roma, en medio de
la voluntad de Dios y le habla a una iglesia constituida, libre y desde su
condición les anima (su secreto: la comunión con Dios).
Dios ha planeado lo mejor para sus hijos, no
permitamos que las crisis o pruebas nos arrebaten el gozo de Dios, debemos
tener la visión correcta y obedecer a Dios, fortaleciéndonos en Su presencia
para cumplir con lo que Dios ha diseñado para nosotros.
Pregunta: "¿Cómo puedo experimentar el gozo en mi vida cristiana?"
Los
períodos de tristeza y depresión pueden entrar aún en la vida de los más
devotos cristianos.
Vemos
muchos ejemplos de esto en la Biblia.
Job deseaba que nunca hubiera nacido (Job 3:11).
David oraba para que fuera llevado a un lugar
donde no tuviera que lidiar con la realidad (Salmo 55:6-8).
Elías, aún después de vencer a los 450 profetas de
Baal pidiendo que bajara fuego del cielo (1 Reyes 18:16-46),
huyó al desierto y le pidió a Dios que le quitara la vida (1 Reyes
19:3-5).
Así que, ¿cómo podemos superar estos períodos de ausencia de gozo?
Podemos
ver cómo estos mismos personajes superaron sus momentos de depresión.
Job dijo que, si oramos y recordamos nuestras
bendiciones, Dios nos restaurará el gozo y la justicia (Job 33:26).
David escribió que el estudio de la Palabra de
Dios alegra el corazón (Salmo 19:8).
David también descubrió, que era necesario alabar
a Dios aún en medio de la desesperación (Salmo 42:5).
En el caso de Elías, Dios lo dejó descansar por un tiempo y después envió a un
hombre, Eliseo, para atenderlo (1 Reyes 19:19-21).
Nosotros en
la actualidad aún necesitamos a nuestros hermanos en la fe, con quienes podamos
compartir nuestras heridas y penas (Eclesiastés 4:9-12).
Trata
de compartir cómo te sientes con algún hermano en Cristo en quien tú confíes.
Puede
sorprenderte descubrir que él también ha estado batallando con algunas de las
mismas cosas por las que estás pasando ahora.
Lo más importante es que, al
morar inevitablemente dentro de nosotros nuestros problemas, nuestras heridas y
especialmente nuestro pasado, éstos jamás producirán un verdadero gozo
espiritual.
El
gozo no se encuentra en el materialismo, ni se encuentra en la psicoterapia, y
ciertamente tampoco se encuentra en la obsesión con nosotros mismos.
El
verdadero gozo, se encuentra en Cristo.
Los que pertenecemos
al Señor.
Filipenses 3:3 Pues los que
adoramos por medio del Espíritu de Dios* somos los verdaderos
circuncisos. Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos
ninguna confianza en esfuerzos humanos.
El conocer
a Cristo es llegar a tener un sentido adecuado de nosotros mismos, y un
verdadero espiritualismo interior en Cristo, haciendo imposible el gloriarnos
en nosotros mismos, en nuestra sabiduría, fortaleza, riquezas, o bondad, sino
en Cristo, en Su sabiduría y fortaleza, en Sus riquezas y bondad, y en Su
Persona solamente.
Sumérgete
en Él, en Su Palabra, y busca conocerlo más íntimamente.
Si le
permanecemos, Él ha prometido que “nuestro gozo será cumplido” (Juan 15:1-11).
Finalmente,
recuerda que es sólo a través del Espíritu Santo de Dios, que podemos encontrar
el gozo verdadero (Salmo 51:11-12; Gálatas 5:22; 1 Tesalonicenses 1:6).
No podemos
hacer nada, aparte del poder de Dios (2 Corintios 12:10, 13:4).
En
efecto, entre más tratemos de estar gozosos a través de nuestros propios
recursos, más miserables podemos llegar a ser.
Descansa en
los brazos del Señor (Mateo 11:28-30) y
busca Su rostro a través de la oración y la Escritura.
Romanos 15:10-13 Y, en otro lugar, está escrito: «Alégrense con el pueblo de Dios, ustedes, los gentiles»*. Y además: «Alaben al
SEÑOR, todos ustedes, los gentiles. Todos los pueblos de la tierra, alábenlo»*.
Y, en otro lugar, Isaías dijo: «El heredero del trono de David* vendrá y reinará sobre los
gentiles. Ellos pondrán su esperanza en él»*. Le pido a Dios, fuente de
esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán de una esperanza segura
mediante el poder del Espíritu Santo.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers
Infante H.
Que Dios te bendiga.
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