LA BONDAD Y LA GENEROSIDAD.
Padre Amado,
sé que tu deseo es que mi corazón practique la bondad y la generosidad con mi
prójimo, por eso te ruego ayúdame a tomar esta actitud, ayúdame a dejar todo
deseo de egoísmo y avaricia; y ante tus ojos, yo sea un dador alegre. Te lo
pido en el nombre de Jesús, amén.
Busquemos en
la palabra de Dios.
2Corintios
9:6-8 Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra sólo unas
cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra
abundantemente obtendrá una cosecha abundante. Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar. Y no den de mala
gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría»*. Y Dios proveerá con generosidad todo lo que
necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra
que compartir con otros.
El ser humano por su propia
naturaleza es egoísta pero debe aprender a ser generoso con el prójimo, pues no
todo consiste en recibir, sino también en dar y compartir.
Así pues, la
generosidad debe cultivarse.
Lucas enseñó en Hechos 20:35: Y he sido un ejemplo
constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en
necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en
dar que en recibir”».
La bondad y la
generosidad tienen trascendencia en la eternidad, tienen un valor muy
importante en el reino de los cielos.
Sin embargo, hoy se han
desestimado los buenos valores y se han cambiado por los deseos pasajeros y
egoístas que el mundo ofrece, y tristemente esta situación ha sido adoptada por
algunos “hijos de Dios” que se preocupan más por el bienestar propio que por
cubrir las necesidades de su prójimo.
Lucas 6:37-38 »No juzguen a los demás, y no serán
juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a
otros, y ustedes serán perdonados. Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto
por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y
derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que
recibirán a cambio*».
Jesús mismo nos exhorta a
practicar la generosidad cuando dijo:
Lucas 6:30-36 Dale a cualquiera que te pida; y cuando te
quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les
gustaría que ellos los trataran a ustedes. »Si sólo aman a quienes los aman a
ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman a
ellos! Y, si sólo hacen bien
a los que son buenos con ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores
hacen eso! Y, si prestan
dinero solamente a quienes pueden devolverlo, ¿qué mérito tienen? Hasta los
pecadores prestan a otros pecadores a cambio de un reembolso completo. »¡Amen a
sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cambio. Entonces su
recompensa del cielo será grande, y se estarán comportando verdaderamente como
hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con los que son desagradecidos y
perversos. Deben ser
compasivos, así como su Padre es compasivo.
En la práctica no es fácil
hacerlo, pero podemos estar completamente seguros de que la recompensa es
grande y sobre todo seremos testimonio viviente del carácter de Jesucristo y
muchos de nuestros amigos serán animados para seguir el camino del Señor.
El Apóstol Pablo les
escribía a los corintios:
2Corintios 9:10-12 Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para
comer. De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de
ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad* en ustedes. Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido
para que siempre puedan ser generosos. Y, cuando llevemos sus ofrendas a los
que las necesitan, ellos darán gracias a Dios. Entonces dos cosas buenas resultarán del ministerio de dar: se
satisfarán las necesidades de los creyentes de Jerusalén* y ellos expresarán
con alegría su agradecimiento a Dios.
Pensemos que cuando cristiano
actúa con generosidad y bondad, siempre habrá un corazón dando acción de
gracias a Dios, más que a nosotros mismos.
Hermano, si
entregas algo tu mano se abre para dar y queda abierta para recibir, esto es
una verdad ciertísima, llamada la ley de la siembra y la cosecha.
Por eso Practica el dar, y
se te dará.
Dice la palabra:
Proverbios
11:23-25 Los justos pueden esperar una recompensa, mientras que a
los perversos sólo les espera juicio. Da con generosidad y serás más rico; sé tacaño y lo
perderás todo. El generoso
prosperará, y el que reanima a otros será reanimado.
La importancia de la
generosidad quedó manifiesta en los inicios de la era cristiana, cuando “Todos
los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y
vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad
de cada uno.
No hay duda de
que la iglesia del primer siglo tenía un espíritu extraordinariamente generoso.
Muchos
ejemplos de generosidad encontramos en la biblia.
Por ejemplo los macedonios,
aun siendo pobres, contribuyeron por encima de sus posibilidades en favor de
sus hermanos necesitados de Judea.
La biblia dice:
2Corintios 8:1-8 Ahora quiero que sepan, amados
hermanos, lo que Dios, en su bondad, ha hecho por medio de las iglesias de
Macedonia. Estas iglesias están siendo probadas con muchas aflicciones y
además son muy pobres. Pero a la vez rebosan de abundante alegría, la cual se
desbordó en gran generosidad. Pues puedo dar
fe de que dieron no sólo lo que podían, sino aún mucho más. Y lo
hicieron por voluntad propia. Nos suplicaron
una y otra vez poder tener el privilegio de participar en la ofrenda para los
creyentes de Jerusalén.* Incluso hicieron más de lo que esperábamos, porque su primer
paso fue entregarse ellos mismos al Señor y a nosotros, tal como Dios quería. Así que le hemos pedido a Tito —quien los
alentó a que comenzaran a dar —a que regrese a ustedes y los anime a completar
este ministerio de ofrendar. Dado que
ustedes sobresalen en tantas maneras —en su fe, sus oradores talentosos,
su conocimiento, su entusiasmo y el amor que reciben de nosotros* —quiero que
también sobresalgan en este acto bondadoso de ofrendar. No estoy ordenándoles que lo hagan, pero pongo a
prueba qué tan genuino es su amor al compararlo con el anhelo de las otras
iglesias.
Los filipenses se destacaron
por apoyar el ministerio de Pablo:
Filipenses
4:12-19 Sé vivir con casi nada o con todo lo
necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el
estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas. De
todos modos, han hecho bien al compartir conmigo en la dificultad por la que
ahora atravieso. Como saben, filipenses, ustedes fueron los únicos que me
ayudaron económicamente cuando les llevé la Buena Noticia por primera vez y
luego seguí mi viaje desde Macedonia. Ninguna otra iglesia hizo lo mismo. Incluso cuando estuve en Tesalónica, ustedes
me mandaron ayuda más de una vez. No digo esto esperando que me envíen una ofrenda. Más bien, quiero
que ustedes reciban una recompensa por su bondad. Por el momento, tengo todo lo que necesito, ¡y aún más!
Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio de
Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que
necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
Qué grandiosa
manifestación debe sentir un hijo de Dios cuando da con generosidad al prever
las necesidades de sus hermanos, y más aún debe sentir cuando le damos a Dios
lo que realmente le corresponde.
En los hijos de Dios, nunca
debe existir la excusa con el propósito de no dar.
Para eso existen iglesias
que mendigan limosnas, y que sus miembros dan lo que les sobra del mundo, pero
los hijos de Dios, tenemos bien claro el compromiso que tenemos con la iglesia
de cristo.
Nosotros los
cristianos fieles y obedientes, nunca damos para que nos aplaudan y toquen
trompeta delante de nosotros, lo hacemos en secreto y el reconocimiento vendrá
de Dios en público.
Hermano, de
ahora en adelante adquiere un espíritu dadivoso.
Por tanto, piensa
generosamente, habla generosamente y actúa generosamente.
Planifica ser generoso, este
es el secreto para tu abundancia integral.
Dice la palabra:
Filipenses 4:19 Y este mismo Dios quien me cuida
suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por
medio de Cristo Jesús.
Dios es el
mejor ejemplo de generosidad.
Es tan misericordioso “que hace salir
su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” como lo
dice Mateo 5:45b.
Escrito está que a todos nos
da:
“pues él es quien da a todos vida y aliento y
todas las cosas” como lo dice: Hechos 17:25b.
Con seguridad Dios suple
todo faltante de sus hijos.
Pero, el más extraordinario
regalo de Dios, ha sido enviarnos a Jesucristo como una muestra de su
incomparable amor.
Dice la Palabra de Dios:
Juan 3:16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su
único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida
eterna.
Iglesia, nadie puede afirmar
que merece tal regalo, por tanto tenemos que impregnarnos de esa generosidad
como acción de gracias a Dios.
El Apóstol Pablo fomentó la generosidad con estas
palabras:
Hebreos 13:16 Y no se olviden de hacer el bien ni de
compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios
que le agradan a Dios.
Al Creador le complace mucho
que utilicemos nuestro tiempo, fortaleza y recursos económicos para ayudar a los
demás.
Sin lugar a dudas, Dios ama
el espíritu generoso.
Dios es generoso
y cuando entendemos su generosidad, podemos comenzar a ser generosos con los
demás, y no solo en determinadas épocas o en momentos de desastres, sino todos
los días, como un hábito en nuestro diario vivir; y no se trata de la cuantía,
se trata de la actitud, pues los verdaderos cristianos buscan oportunidades
para proveer.
Ya para concluir este
mensaje de hoy, Hermano, recuerda que la generosidad no se trata sólo de bienes
materiales, regala también un poco de tu tiempo a tu familia o tus amigos, será
muy bien recibido y apreciado.
Piensa también que a tu
alrededor hay personas que anhelan un abrazo, una oración, una palabra de
aliento y esperanza, esto nos va a mover a hacer lo que hacía Jesús, que es servir
a otros.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers
Infante H.
Que Dios los bendiga.
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