¿QUIENES SOMOS?
“Bienaventurado el hombre
que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su
descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será
bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para
siempre”, Salmo 112:1-3
Cuando la Biblia
habla de temor de Dios no se refiere a miedo a Dios, sino a respeto y
obediencia.
El guardar sus
estatutos no debe ser pesada carga.
Jesús mismo lo dijo: “porque mi yugo
es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:30),
El
obedecer debe ser un deleite y una enorme satisfacción de seguridad, confianza
y gozo para el hijo de Dios.
Ya que el hombre sin
Dios vive con temores y miedos.
La biblia dice: “Huye el impío
sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león” (Proverbios
28:1).
El temor a Dios nos
impulsa a amar sus mandamientos.
Nos impulsa a
deleitarnos en su Palabra y lo podemos hacer cuando nos apropiamos de sus
promesas.
El
salmista dice que el hombre que teme a Jehová vera a su descendencia prosperar.
También
dice que habrá bienes y riquezas en su casa.
Dice
que resplandecerá en medio de las tinieblas por su obediencia y fidelidad.
Si
bien, no todos poseemos grandes bienes materiales.
Pero si andamos en
integridad delante de Él podemos estar seguros que nada nos faltará, ya que su
deseo es de bien en todas las áreas de nuestra vida, en lo material, lo
espiritual, lo emocional y en la salud.
Pero
los que siempre andan diciendo que se portan bien, que hacen su voluntad, que
leen la palabra de Dios, que respetan sus mandamientos y que le dan a Dios lo
que Él nos pide en Malaquías 3:10, pero que realmente no hacen nada, a esos les
faltara todo lo que les hace falta en toda las áreas de sus vidas.
Es decir en lo material le faltara
todo.
En lo espiritual, estarán resecos
como arena del desierto.
En lo emocional, estarán
desesperados, angustiados y estresados.
Y finalmente en la salud, permanecerán
enfermos, débiles y agonizantes.
Dice la Biblia: “Amado, yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma”, (3Juan 2).
Dios como el mejor
Padre, quiere lo mejor para nosotros, y si no escatimó su propio Hijo, cuánto
más nos dará todas las demás cosas que necesitamos, por nuestra obediencia y
fidelidad.
Imagínese pidiéndole
a Dios para que supla sus necesidades, y cuando el cumple usted le falla.
¿Qué cree
usted que pueda pasar?
Las Escrituras dicen:
“y hago
misericordia a mil generaciones, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.
(Éxodo 20:6)
Ahora, ¿y los que no lo guardad y se mofan de Dios en desobediencia
e infidelidad, esos que les fascina burlarse de Dios haciendo sus propias
voluntad?
A esos que les gusta
pedirle y pedirle y pedirle, esperando que Él les cumpla, por sus
desobediencia.
Será que Dios trabaja
de esa manera.
Será que estas personas
tienen el entendimiento tan cerrado que no se dan cuenta.
Iglesia, Tenemos la
iniciativa de cambiar el rumbo de nuestros hijos y de nuestra descendencia, de
nuestra vida, si cumplimos con la palabra de Dios.
Así que sometámonos al
Señor y obedezcamos su Palabra.
Pero jamás digamos
que hacemos sin hacer nada.
Entreguémosle
lo que Él nos pide en su palabra y el seguirá dándonos las provisiones que
necesitamos, y más aún suplirá todo conforme a la riquezas de su Hijo Jesús.
A cada uno de
nosotros Dios nos ha llamado a hacer una misión, y muchas veces no la hacemos,
sino que anteponemos excusas, y nos alejamos de su presencia tal como lo hizo
Jonás.
Pero su voluntad es
para cumplirla.
No con excusas.
No a
medias.
No
dudando.
Porque si lo hacemos
así, sufriremos las consecuencias de emprender otro camino fuera de la voluntad
de Dios.
Jonás 1:1-11 El SEÑOR le dio el siguiente mensaje a Jonás,
hijo de Amitai: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio
contra ella, porque he visto qué perversa es su gente». Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección
contraria para huir del SEÑOR. Descendió al puerto de Jope donde encontró un
barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó
rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del SEÑOR. Ahora bien, el
SEÑOR mandó un poderoso viento sobre
el mar el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el
barco. Temiendo por sus vidas, los
desesperados marineros pedían ayuda a
sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto
sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco, así que el capitán bajó a buscarlo. «¿Cómo
puedes dormir en medio de esta situación? —le gritó—. ¡Levántate y ora a tu
dios! Quizá nos preste atención y nos perdone la vida». Entonces la
tripulación echó suertes para ver quién
había ofendido a los dioses y causado tan terrible tempestad. Cuando lo
hicieron, la suerte señaló a Jonás como el culpable. Así que los marineros le reclamaron: —¿Por
qué nos ha venido esta espantosa tormenta? ¿Quién eres? ¿En qué trabajas? ¿De
qué país eres? ¿Cuál es tu nacionalidad? —Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al
SEÑOR, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra. Los marineros
se aterraron al escuchar esto, porque Jonás ya les había contado que huía del SEÑOR. —¿Ay, por qué lo hiciste? —.gimieron Como la
tormenta seguía empeorando, le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer contigo para detener esta tempestad?
Dios envió a Jonás a
anunciar su juicio a Nínive, ciudad pagana.
Pero Jonás no estuvo
de acuerdo con el mandato de Dios de predicarle a este pueblo impío, por eso
huyó a Tarsis.
Jonás
perdió tiempo y dinero.
La
Palabra nos dice que: “pago un pasaje para irse lejos de la presencia de
Jehová”, y ese valor así como el tiempo transcurrido en el viaje se perdió.
Cuando Hay pérdidas
en nuestra vida,
Cuando nuestras
finanzas escasean,
Cuando hacemos
nuestra propia voluntad,
Cuando nos mofamos de
Dios, dándole migajas cono enseña satanás,
Siempre
habrá frustración, Miseria, desesperación, estrés y angustia, que son los
resultados de no obedecer a Dios.
Muchos
hoy queremos que Dios encaje con nuestra forma de pensar y hacer.
Le exigimos por
nuestra forma de vivir y actuar que sea Dios quien se acomode a nuestra
perversa y mundana vida.
Le exigimos que sea
Él, quien debe cumplir con nuestras exigencias y peticiones.
Pero
olvidamos que Él está por encima de nuestros pensamientos y propósitos.
Y que
nuestra existencia, logros, metas y propósitos, dependen por completo de obedecer
sus mandatos.
Nuestra vida influye
en quienes nos rodean.
No
podemos pensar que podemos hacer lo que queramos y que la vida seguirá normal.
En este relato
bíblico, vemos que los marineros sufrieron la desobediencia de Jonás, por
tanto, debemos pensar en nuestra familia, en nuestros hijos, en la iglesia y en
hacer la voluntad del Señor.
Porque si no es así,
las consecuencias llegaran a nuestra familia.
Hermano,
no podemos dormirnos en un lado del barco mientras este parece naufragar.
El
mundo está siendo zarandeado en un mar de maldad y pecado.
Seamos
mensajeros del Dios Altísimo, comisionados para llevar el mensaje de salvación
por la fe en Jesús.
Seamos mensajeros de buenas costumbres.,
Para que de esa manera podamos decir en
todo tiempo por nuestr5a obediencia y fidelidad:
“La honra y la gloria sean para nuestro Dios Padre”.
Dice su palabra:
“Dad a Jehová la gloria
debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”, Salmo 29:2
“Alaba, oh alma mía, a
Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva”,
Salmo 146:1-2
Recuerde que la
humanidad entera fue creada para adorar a Dios.
Pero
desafortunadamente Satanás convenció al hombre para que este se centrara en sí
mismo y termina adorando a cualquier persona o cosa, menos a Dios.
La pregunta es: ¿Cuál es
la adoración que agrada a Dios?
La Biblia dice: “Mas la hora
viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren” (Juan 4:23)
Dios está buscando
adoradores, hombres y mujeres que levanten su voz en alabanza, adoración, obediencia
y fidelidad, como David lo hacía, apasionado por Dios, buscando su rostro en la
intimidad, en lo secreto, y guiando a otros a su presencia.
Hermano,
Dios honra a quienes les honran, por tanto engrandece a Dios y Él te dará
lugares de bendición y privilegio en la tierra, pero siempre ten presente esto:
ÉL es el más
importante,
ÉL es la razón de
nuestra adoración.
Él es a quien debemos
buscar primeramente.
Porque si hacemos lo
contrario y hacemos lo que el mundo dice que hagamos, nada absolutamente nada
nos dará resultado en nuestra vida, y el estado postrero será peor que el
primero.
Iglesia,
solo de usted depende lo que está ocurriendo en su entorno.
Si
abandonamos nuestra responsabilidad, habrá consecuencias.
Cuide
su hogar, sus hijos, su familia, su esposa, su esposo en la presencia de Dios.
Porque
si no lo hace, satanás lo hará.
Gracia y Paz.
Pastor y
administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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