CONFIAD EN MÍ.
Juan 16:33 Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero
anímense, porque yo he vencido al mundo.
Hay momentos de la vida,
donde todas las cosas nos salen mal y sólo vemos un callejón sin salida,
entonces viene a nosotros la angustia y el desespero, y fácilmente olvidamos su
Palabra.
Jesús no nos
prometió ausencia de problemas, por lo contrario, nos dijo, que tendríamos
tribulaciones, pero en medio de ellas, Él nos prometió que tendríamos paz, y es
esa paz que la razón no la puede entender, ni explicar, porque sólo proviene de
la confianza en Jesucristo.
Desde tiempos antiguos Dios
nos ha dicho:
Isaías
41:10-13 No tengas miedo, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te
sostendré con mi mano derecha victoriosa. »¿Ves? Todos tus furiosos enemigos
están allí tendidos, confundidos y humillados. Todo el que se te oponga morirá
y quedará en la nada. Buscarás en vano a los que trataron de conquistarte. Los que te ataquen quedarán
en la nada. Pues yo te
sostengo de tu mano derecha; yo, el SEÑOR tu Dios. Y te digo: “No tengas
miedo, aquí estoy para ayudarte.
Este verso revela que Dios
está listo, atento, y presente en nuestras circunstancias, está para ayudarnos
a todos aquellos que depositamos nuestra confianza en Él.
Es cierto,
vivimos tiempos difíciles donde la influencia del mundo y de Satanás es a veces
desenfrenada y dolorosa, pero recordemos la promesa que Dios hizo a los que
toman el escudo de la fe y mantienen vivo el fuego de su Espíritu, para apagar
todos los dardos de fuego del maligno.
Estamos persuadidos de que
la única fuente de aliento verdadero, es la Palabra de Dios.
Una palabra suya es
suficiente para llenarnos de nuevas fuerzas.
Tu día puede
estar siendo difícil, pero recuerda las cosas que Dios te ha dicho y que aún
tiene por decirte.
Hermano, Dios te dice:
Isaías 43:2-3 Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando
pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán.
Pues yo soy el
SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu
Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a
Etiopía* y a Seba.
Por eso el Señor nos dice: Venid a
mí.
Filipenses 4:6-7 No se preocupen por nada;
en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle
gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera
todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente
mientras vivan en Cristo Jesús.
Es lamentable decirlo, pero
muchos viven llenos de afanes, corriendo de aquí para allá, cumpliendo
estrictos horarios, con cuentas que pagar, etc., y es cuando se apodera de
nosotros una desmedida preocupación con sus nefastas consecuencias.
Pues el rico
se preocupa por lo que tiene y el pobre por lo que no tiene.
El joven se
preocupa por la vida, el anciano por la muerte.
Es tan común
la ansiedad, que no nos sorprende que el Señor haya dado tantos consejos al
respecto.
Él nos mostró la exagerada
preocupación con la que actuamos, así lo vemos en Lucas 10:40-41:
Lucas 10:40-42 Pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Se acercó a Jesús y le dijo:
—Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo
hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme. Pero el Señor le dijo: —Mi apreciada Marta,
¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena
preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la
quitará.
El Señor desea que confiemos
en Él hasta el punto en que no nos preocupemos ansiosamente por nada, que
echemos toda carga sobre Él, porque Él tiene especial cuidado de nosotros, sus
hijos fieles y obedientes.
Ahora, la
preocupación revela la falta de confianza en el poder de Dios, pues debemos
llevarle todo en oración y su paz guardará nuestros corazones y mentes.
Es maravilloso ver que en la
Palabra de hoy, se inicia con ansiedad y al llegar al final del párrafo salimos
con paz.
Entre ambos
extremos, la ansiedad y la paz, se encuentra la oración, una oración de acción
de gracias que se apoya en la fe.
Podemos
notar que las circunstancias no han cambiado.
Aunque las tormentas pueden
estar latentes, pero algo ha sucedido en el alma y la mente, y ese algo es la
paz del Señor que sólo Él la puede dar y esa fue su promesa cuando dijo:
Mat 11:28 Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo
les daré descanso.
Iglesia, Jehová es la fortaleza de
mi vida.
Por eso su palabra dice:
Salmos 27:1-3 El SEÑOR es mi luz y mi salvación,
entonces ¿por qué habría de temer? El SEÑOR es mi fortaleza y me protege del
peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? Cuando los malvados vengan a devorarme, cuando mis
enemigos y adversarios me ataquen, tropezarán y caerán. Aunque un ejército poderoso me rodee, mi
corazón no temerá. Aunque me ataquen, permaneceré confiado.
Termino con esto:
En la Biblia
encontramos dos formas de temor, el uno es el temor del Señor, el cual es
beneficioso y debe ser avivado, pues es un temor reverencial a Dios, es un
reconocimiento de todo lo que Él es.
El temor del Señor conlleva
muchas bendiciones.
Proverbios 19:23 El temor del SEÑOR conduce a la vida; da seguridad y protección contra cualquier daño.
No obstante, el segundo tipo
de temor mencionado en la Biblia es perjudicial y debe ser superado pues no es
beneficioso en absoluto.
Este es el “espíritu de
cobardía” mencionado en 2 Timoteo que dice:
2Timoteo 1:6-7 Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio
cuando te impuse mis manos. Pues Dios no
nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder,
amor y autodisciplina.
Es decir, que este miedo no
viene de Dios.
Ni la voluntad de Él es que
estemos afligidos y llenos de temores.
Este Dios, que se llama Jehová, «yo soy el que soy», es el que
te buscó, ÉL envió a su Hijo para llamarte, y te dio el perdón y la vida
eterna, si has creído, confiado en Él, por medio de la obediencia y fidelidad.
Cuando sabes y conoces que
Jesucristo te ama y dio su vida por ti, entonces sabrás que Él es la fortaleza
de tu vida y no habrá enemigo que te pueda hacer frente.
Y más aún por ser obediente
y fiel, obtendrás siempre las bendiciones.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te
bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario