LA GRACIA Y EL GOZO ESTA EN MI SEÑOR
Tito 2:11-13 Pues la gracia de
Dios ya ha sido revelada, la cual trae salvación a todas
las personas. Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida
mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con
sabiduría, justicia y devoción a Dios, mientras anhelamos con esperanza
ese día maravilloso en que se revele la
gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.Reflexiona
Muchas personas creen que la
gracia de Dios es únicamente el perdón de los pecados y por tanto los confiesan
y reciben una penitencia, para luego seguir pecando deliberadamente.
Es decir: No hay un genuino
arrepentimiento y viven unas vidas legalistas, carentes del poder divino.
Dice la Biblia:
Judas 1:4 Les digo esto, porque algunas
personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la
maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de
tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo,
nuestro único Dueño y Señor.
Para algunos, el concepto de
la gracia es difícil de entender, porque piensan que tienen que hacer algo más
que creer para obtener la salvación.
Escuche bien,
cuando no se entiende el verdadero concepto, el hombre en su mente humana
siempre tratará de ayudarse por medio de obras.
El espíritu legalista sigue
vivo en algunos grupos de creyentes.
La religiosidad les atrae,
se piensa que, si no hay procesiones, ritos, ir de puerta en puerta y obras
distintas, no es posible que haya salvación o relación con Dios.
Es verdad que vivimos en
tiempos de gracia, pero como dijo el Apostol Pablo:
¿Perseveraremos
en el pecado para que la gracia abunde?
¿Pecaremos,
porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?
En ninguna manera.
La gracia de Dios más allá
del perdón, significa “La influencia divina sobre
el corazón, y su reflejo en la vida”
Por tanto, la gracia de Dios
se refiere específicamente al poder que Dios nos da para dejar de practicar el
pecado y vivir una vida santa, día tras día.
Hermanos,
vivamos a plenitud la gracia de Dios dada a través de Jesucristo.
Renunciemos a
la impiedad y a los deseos mundanos.
Cuando lo hacemos, entonces
tendremos grandes bendiciones y promesas.
Dios nos advierte en
términos inequívocos:
2Corintios 6:1-4 Como colaboradores de Dios, *
les suplicamos que no reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y
luego no le den importancia. Pues Dios dice: «En el
momento preciso, te oí. En el día de salvación te ayudé»*. Efectivamente, el
«momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación. Vivimos de tal manera que nadie
tropezará a causa de nosotros, y nadie encontrará
ninguna falta en nuestro ministerio. En todo lo que hacemos, demostramos que
somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos dificultades y
privaciones y calamidades de toda índole.
Jesús
dijo: aquel que me sigue y me sirve, mi Padre le honrará
Juan 12:26 Todo el que
quiera ser mi discípulo debe seguirme, porque mis siervos tienen que estar
donde yo estoy. El Padre honrará a todo el que me sirva.
Servir a Cristo no es fácil,
pues la naturaleza del ser humano espera gran recompensa cuando presta un
servicio y además pretende que le sirvan y no servir.
Y así muchos, como Pedro al
inicio, pareciese que seguir a Jesús es en vano.
La Biblia registra:
Mateo 19:27-30 Entonces Pedro le dijo: —Nosotros hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué recibiremos a cambio? Jesús contestó: —Les aseguro que, cuando el mundo se renueve* y el Hijo del
Hombre* se siente sobre su trono glorioso, ustedes, que han sido mis
seguidores, también se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de
Israel. Y todo el que haya dejado casas o hermanos o hermanas o padre o madre o
hijos o bienes por mi causa recibirá cien
veces más a cambio y heredará la vida eterna. Pero muchos que ahora son los más importantes, en ese día serán los menos importantes, y aquellos que
ahora parecen menos importantes, en ese día serán los más importantes.
Ser siervo de Jesús, demanda
negarse a sí mismo y seguirle.
Jesús pidió que le siguiéramos,
pero Él se encaminaba hacia la cruz y es exactamente lo que luego Pablo dijo en:
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no
vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que
vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se
entregó a sí mismo por mí. Yo no tomo la gracia de Dios como algo sin sentido.
Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera.).
Esto
se refiere:
Que los verdaderos hijos de
Dios, han crucificado el viejo hombre con sus deseos y pasiones desordenadas, a
fin de no servir más al pecado, sino agradar a Dios.
Seguir a Jesús
es servirle para sus propósitos y planes.
Si lo hacemos, no solo
tendremos la recompensa del fruto eterno de almas que se salvan, sino también,
el Padre nos honrará.
En otras
palabras:
Nos dará coronas y galardones en honor y gloria.
Hermano, sirvamos a Cristo
desde el lugar donde estamos, honrando a Dios con nuestra santidad e
integridad.
Recuerde usted que el gozo es el resultado
de la comunión con Dios
1Juan 1:1-4 Les anunciamos al
que existe desde el principio, * a quien hemos visto y oído. Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras
propias manos. Él es la Palabra de vida. Él, quien es la vida misma, nos fue
revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que
él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. Les anunciamos lo que nosotros
mismos hemos visto y oído, para que ustedes tengan
comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo,
Jesucristo. Escribimos estas cosas, para que ustedes puedan participar plenamente de
nuestra alegría. *
El apóstol Juan afirma con
toda seguridad, como testigo presencial de los hechos tocantes a Jesucristo y
nos habla acerca del propósito del mensaje del evangelio, el cual es traer
comunión con Dios y gozo a la vida del creyente.
Este mensaje
tiene la intención de producir un verdadero arrepentimiento de los pecados, que
crean en Cristo y así el Espíritu Santo haga su obra al convertirnos en nuevas
criaturas y nos dé un gozo indescriptible como resultado del perdón, de la vida
eterna y de la nueva condición como herederos del reino de Dios.
La fuente del gozo, está en
la llenura del Espíritu Santo en nosotros.
Ese gozo que es más que un
sentimiento de alegría.
Es decir: Es
un estado de regocijo y completa satisfacción que experimenta el creyente como efecto
de su comunión con Cristo.
De manera que aun en medio
de las pruebas podamos encontrar descanso para nuestras almas.
Ahora, muchos
afirman que podemos llenar nuestras necesidades con el amor de la familia.
Que podemos
llenarlo con los logros académicos o laborales.
Que podemos
llenarlos con la comodidad económica.
Y posiblemente
con la diversión y los placeres de este mundo, etc.,
Pero esto nunca logrará
satisfacerlas completamente.
Por la
sencilla razón de que siempre faltará algo.
Voy a terminar con esto:
La alegría del mundo es una
emoción efímera del alma.
Es
decir: Desaparece fácilmente con las circunstancias de la vida.
Sin embargo, el Gozo del
Señor es una experiencia que tiene su base en una realidad espiritual que es la
reconciliación que el ser humano tiene con Dios por medio de Jesucristo.
Hermano, el
gozo del corazón depende de nuestra comunión con Dios y vivir en verdadera
santidad e integridad.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga
No hay comentarios:
Publicar un comentario