LA
INTIMIDAD.
Gracia y Paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar
de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Oración Inicial: Padre quiero cada día
dedicar tiempo a seguir estudiando tu palabra para conocerte cada vez mejor,
clamo a ti en este día, para que me reveles más de ti, así te amaré más y
crecerá mucho más en el conocimiento de tu hijo Jesús, gracias Señor
amen."
Juan 3:20-21 Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a
acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto. (21) Pero
los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que
están haciendo lo que Dios quiere.*
Cuando usted y yo, nos acercamos cada vez más
a nuestro Padre Celestial, crece en ese momento una intimidad entre Dios y
nosotros.
Recordemos que la intimidad implica pasar
tiempo con la persona con la que queremos tener ese profundo conocimiento y
relación diaria.
Para los cristianos verdaderos, esa intimidad
es con Dios, y no absolutamente no, con el mundo.
Ahora observe que la relación con Dios se
realiza a través de la Palabra y la oración.
Por esto cuando tengo un conocimiento
equivocado de Dios, producto de la ignorancia por no leer y aprender más de su
palabra, el resultado traerá como consecuencia, caer en el engaños y la mentiras.
Por ejemplo si mi relación con Dios es
superficial, es decir: que pretendo ser su hijo sin conocerle, sin obedecerle,
y peor aun pretendo pedirle y orar estando en pecado y teniendo pensamientos
perversos y envidia, contra un hijo de Dios, eso mí querido hermano es estar
totalmente equivocado, y lo único que obtendría de Dios es Juicio.
En otras palabras estaría actuando
miserablemente, interpretando y utilizando mal la Palabra de Dios, para mi
acomodo, sabiendo que estoy equivocado.
Eso acarrearía también muerte espiritual a mi
vida.
Muchas personas hoy en día, están viviendo
una vida llena de envidia.
Envidia porque siempre han pretendido lo que
nunca fue de ellos.
Sabemos que de la envidia, nace el odio, el
rencor, la maldad.
Y cuando una persona actúa así, sabemos que
es un hijo o una hija de satanás.
Por eso cuando usted le pide a Dios, debe
hacerlo de la mejor manera y como esta estipulado en su palabra, ya que esta nos
enseña a pedir de acuerdo a su voluntad y no por egoísmo, según nos enseña su
palabra en Santiago 4.
Stg 4:1-4 ¿Qué es lo que causa las
disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que
combaten en su interior? (2) Desean lo
que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian
lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo,
no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. (3) Y, aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas
intenciones: desean solamente lo que les dará placer. (4) ¡Adúlteros!* ¿No
se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos
de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de
Dios.
En otras palabras son muchas las personas que
piden con malos propósitos.
Pero si pasamos tiempo con Dios, en profunda
intimidad, obtendremos las bendiciones que Dios nos promete en su palabra.
Si leemos su palabra para conocer quien es
nuestro padre Celestial.
Si hacemos su santa voluntad y obedecemos
fielmente sus mandatos.
Debemos tener presente que si actuamos así.
Todas las intenciones de nuestro corazón
serán puestas a la luz.
En todo caso debemos tener esa convicción y
esa confianza de que expuestos a la luz de su Palabra, a través de la oración y
la guía de su Espíritu, el Señor les mostrará cosas que no les gustara de ellos,
pero que deben llevarlas a la cruz, arrepintiéndose y él limpiará y perdonará
toda nuestra maldad.
Pero si no nos gusta la luz, como a muchos
hijos de satanás, estos siempre van a estar en oscuridad y esas cosas que
supuestamente esconden ante Dios, como la envidia, la calumnia, la mentira, el
rencor, etc. se quedarán en ellos, arraigadas y traerán consecuencias de dolor,
miseria, ruina, enfermedad, muerte y desesperación en sus vidas.
Cuando eso sucede, empiezan a oler
espiritualmente mal, y esto se evidenciará en sus relaciones diarias, en su
casa y en todo su entorno.
Por eso, así como a nuestros padres no
solamente los buscamos para pedirle cosas, sino para pasar tiempo con ellos, de
la misma manera y con mayor anhelo debemos buscar a Dios.
Dios debe ser nuestro primer tiempo del día y
cada instante que tengamos debemos aprovecharlo para escudriñar su Palabra,
memorizarla, atesorarla, meditar en ella, practicarla, alabando y adorando al
Padre celestial.
En vez de estar haciendo el mal.
Mire cuando una persona está haciendo el mal,
esta se transforma.
Su rostro pierde lucidez.
No hay gozo en ellos.
Viven amargados y llenos de chismes.
Se convierten en portadores de maldad.
Y terminan solos, aburridos y enfermos.
Todo esto porque NO existe una intimidad con Dios.
Cuando
tenemos esa maravillosa intimidad con Dios, nuestros pensamientos cambian.
Nuestra
actitud es gozo.
Nuestro
rostro resplandece.
Y
vivimos alabando y llevando el mensaje de salvación a aquellos que lo
necesitan.
En
otras palabras, se refleja a la intimidad
con Dios en nuestra vida.
Por eso siempre debemos decirle
a Dios:
Padre, revélame tu Palabra cada vez más, abre
mis ojos espirituales a tu verdad, ayúdame a alinear mis pensamientos a tu
Palabra para actuar íntegramente.
Romanos 12:2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo,
más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la
manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para
ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Jesús por medio de la cruz del calvario,
logro que nuestra relación con Dios sea restaurada.
En otras palabras Jesús nos reconcilio con su
Padre Jehová.
Nosotros tenemos el camino abierto por medio
de Jesucristo para “andar” con Dios a diario.
Colocarnos en acuerdo con Dios implica
alinear mis pensamientos a los pensamientos de Dios los cuales están revelados
en su Palabra, como enseña Romanos 12:2,
Nosotros no debemos pensar o hacer como hace
la gente sin Dios.
No debemos actuar como actúa el mundo normalmente.
No podemos tomar decisiones erróneas, ya que
esto conduce a consecuencias de dolor y de muerte como podemos evidenciarlo.
Como cristianos obedientes a Dios, Debemos
cambiar nuestra forma de pensar.
La pregunta es: ¿Cómo
debo pensar ahora?
La respuesta es: Como Dios piensa.
Vuelvo a preguntar: ¿Cómo
debo hacerlo?
La respuesta es: Como Dios dice que haga.
La Palabra de Dios promete que si realizamos
esta transformación en nuestras mentes, en nuestra forma de pensar, sabremos
qué hacer y por lo tanto esteremos de acuerdo a sus propósitos, los cuales son
buenos, agradables y perfectos para con nosotros.
Así como nuestros padres quieren
lo mejor para nosotros, nuestra protección y nuestro éxito en todo, cuanto más
el Padre celestial quiere que al agradarle nuestra fe seamos recompensados con
toda bendición espiritual en Cristo Jesús.
Una fe madura implica un cambio profundo de
pensamiento, que concluye en una obediencia a Dios en todo aspecto de nuestras
vidas.
Para esto debemos estudiar lo que Dios dice,
memorizar su Palabra, guardar y atesorar cada palabra como el más valioso
tesoro.
Debemos también prepararnos para manejar con
exactitud su enseñanzas, buscando cada día ser limpiados, corregidos e
instruidos en la sabiduría del Altísimo.
Pero
para eso debemos tener una gran intimidad con Dios, reflejando nuestra manera
de actuar.
Eso
lo podemos tener cuando le pedimos a Dios lo siguiente:
Padre, en el nombre de Jesús ayúdame a actuar de acuerdo a tus
principios, dame el entendimiento y la fuerza de tu Espíritu Santo para actuar
conforme tú dices, no permitas que caiga en engaños sutiles que me desvíen de
tu verdad, y guárdame siempre oh Señor, de las artimañas del enemigo. Amén"
Gálatas 5:19-21 Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza
pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza,
pasiones sensuales, (20) idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos,
arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, (21) envidia,
borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme
repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no
heredará el reino de Dios.
Dicho de otra manera, podemos decir que la
palabra de Dios es práctica.
Si nos dice que al seguir los deseos de la
naturaleza pecaminosa es muerte, entonces por qué no obedezco y me aparto de
una vez y por siempre de ese mausoleo estilo de vida.
La Biblia enseña claramente que si
alimentamos la carne, o nuestra naturaleza pecaminosa, ésta va a triunfar sobre
lo espiritual y vamos a tener frutos de dolor, infidelidad, peleas, desacuerdo,
entre otros, según Gálatas 5:19-21.
Pero si cambiamos nuestra forma de pensar,
estudiando y obedeciendo la Biblia, aprenderemos que el camino correcto es
alejarnos del pecado y viviremos en gozo, paz, amabilidad, paciencia, dominio
propio, entre otros frutos del Espíritu, según Gálatas 5.
Gálatas 5:22 Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en
nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, (23)
humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!
Apreciado hermanos, los frutos son las
consecuencias de practicar una u otra conducta.
Es decir: O hacemos lo que dice su Palabra
guiados por el Espíritu Santo, o actuamos
a nuestra manera de pensar.
Esta es la elección que Dios coloca hoy
delante de nosotros, entre la vida o la muerte, si escogemos la vida por medio
de su Palabra, Él nos dará las herramientas, la fuerza necesaria para obtener
la victoria y vivir reposadamente.
Él mismo nos sostiene de su diestra en cada
paso, según Isaías
41:10.
Ésta es la verdadera intimidad, no es sólo un
instante o unos minutos mientras oramos.
La verdadera intimidad con Dios, la obtenemos
cuando le somos obediente y caminamos fielmente ante su presencia.
Cuando actuamos así, es entonces que la
intimidad con Dios se reflejara en cada paso de nuestra vida. Amen.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que sea Dios quien derrame Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
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