LAS CIRCUNSTANCIAS
Gracia y Paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar
de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Amado Dios, hoy te entrego a ti todas mis preocupaciones,
todos mis afanes, mis inquietudes y toda angustias que intranquilicen mi alma, hoy
por tu gracia deposito toda mi confianza en ti, sabiendo que tú tienes el poder
para transformar toda situación para gloria y alabanza de tu nombre. Amén"
Cuando una persona vive en un estado de
preocupación, llámese cualquier circunstancia de la vida, lo que está haciendo es
dejar de colocar en sus planes la presencia de Dios y sus promesas.
Cuando leemos la palabra de Dios, en el libro
de Salmos 42:11
Encontramos que en el versículo 11 dice: Sal 42:11 ¿Por qué estoy desanimado?
¿Por qué está tan triste mi corazón? “porqué te
turbas”.
En otras palabras el salmista se refiere a
una preocupación interna, que causa angustia, desesperación, desanimo, afán e
inquietud.
Y si terminamos de leer dicho versículo,
podemos notar que la respuesta a todo esto concluye en esperar confiadamente en
Dios.
Él dice: ¡Pondré mi esperanza en Dios! Lo alabaré otra vez,
¡mi Salvador y mi Dios!
¿Dónde está usted poniendo su esperanza
hoy?
Esperar confiadamente en Dios significa, que
una vez que llega el problema o necesidad, inmediatamente nos arrodillamos y
entregamos a Dios toda nuestra angustia o preocupación, derramando nuestro
corazón delante de Él.
Sólo nos levantaremos cuando tengamos a
cambio, esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
Solamente hasta que tengamos paz y
tranquilidad, podemos escuchar su voz a través de su Palabra y tomar decisiones
acertadas.
No podemos escuchar su voz,
cuando no le obedecemos.
No podemos escuchar su voz,
cuando no le somos fieles.
No podemos escuchar su voz,
cuando vivimos en las excusas.
No podemos escuchar su voz,
cuando somos mentirosos.
En otras palabras:
No podemos escuchar su voz en medio del ruido
de nuestras preocupaciones y afanes, porque no estamos haciendo su voluntad.
¿Entonces qué podemos hacer?
Lo primero es obedecerle en todo, sin excusas
de nada.
Una vez que estemos en esa intimidad con
Dios, podemos buscar su calma, en su presencia, y luego Él nos mostrará el
camino que debemos seguir.
Mientras estemos en medio de la
tristeza.
En medio de la ansiedad.
En medio de las preocupaciones.
En medio del desánimo,
NO PODEMOS ESCUCHAR SU VOZ.
En otras palabras:
No podemos tomar decisiones cuando estamos sometidos
a nuestras emociones y sentimientos que afecten nuestro estado de ánimo.
La palabra de Dios dice: Filipenses 4:6 No se preocupen por nada; en cambio,
oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que
él ha hecho. (7) Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que
podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan
en Cristo Jesús.
Esto solo
puede significar que el único que tiene
el poder de cesar la tormenta, es Dios a través de su Hijo Jesús.
Jesús nos da la fuerza en medio de las dificultades,
y nos ayudas a resolver con sabiduría cada asunto de nuestra vida.
Por eso hay que confiar en Dios.
Cuando confiamos en Dios, le entregamos todo
a él.
Cuando usted confía en una persona, usted por
lo general le entrega lo más valioso de su vida a esa persona, sabiendo que lo
que usted le entregue, lo cuidara.
Por eso muchos padres deben aprender primero
a conocer a una persona muy bien, antes de entregarle lo más valioso de su
vida, que son sus hijos.
Así mismo, si usted no conoce a
Dios, usted nunca confiara en ÉL.
Y si no confía en ÉL, usted lo demostrara
desobedeciendo todo lo que está en su palabra.
Es decir: Que usted no
hará su santa voluntad y mucho menos se someterá o le será fiel, porque no
confía en Dios y no cree que ÉL pueda sustentarlo en todo.
Por eso muchos son los que acuden
primeramente al mundo y su filosofia, antes que a Dios.
Cuando confiamos en Dios y le somos fiel, y
hacemos su santa voluntad, a pesar de las circunstancias de la vida, toda
nuestra angustia, y todas nuestras preocupaciones desaparecen, porque estamos
en ÉL, y ÉL en nosotros.
Solo así Dios siempre nos sustentas.
Isaías 41:10 No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te
desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré
con mi mano derecha victoriosa.
Estas palabras son para los hijos de Dios, NO
para el mundo y su maldad.
Cuando un creyente está presentando una
situación difícil en su vida, muchas veces debido a las consecuencias de sus malas
decisiones, o decisiones que no fueron guiadas por Dios, estos creyentes viven angustiados.
Entonces estos creyentes, por lo general
acuden al mundo primeramente y su filosofía, para dizque resolver su angustia.
Y luego al no poder resolver su angustia o
problema en sus fuerzas, es cuando aparece el desánimo y allí es cuando estos
empiezan el desmayo, terminando su estado en temor, porque no saben qué hacer.
Pero cuando un cristiano verdadero
esta angustiado, pone toda sus fuerzas en Dios, antes que al Mundo, para que
Dios lo guie.
Allí en este instante Dios nos
dice que no temamos, ni desmayemos, que no nos angustiemos pues Él siempre nos
ayudará, siempre nos sustentará.
Él dice: ¡Siempre!.
El Señor no dice que algunas veces nos
ayudará, o solo cuando actuemos bien, sino que siempre ayudara a sus Hijos
fieles.
El que no le he fiel a Dios, es contra Dios.
Mat 12:30 »El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja
conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.
Por eso no podemos entrar en la
culpa, sino en el arrepentimiento.
Debemos entrar en un compromiso de obedecer
firmemente a Dios, por agradecimiento a su inmenso amor.
Nunca es tarde para empezar a actuar correctamente y de acuerdo
a la palabra de Dios.
Todo está de parte suya.
Ya Dios hizo su parte, cuando dio a su Hijo,
para que nosotros tengamos entrada al cielo.
Ahora
le toca a usted.
Pero entienda que el tiempo se acaba.
Y satanás está tomando control de las mentes de los débiles en
la fe.
Muchas personas están hoy en día siguiendo
consejos de aquellos que Dios ha desechado, personas que viven su propia
prisión y tienen un oscuro testimonio.
Y están allí, porque no pudieron enfrentar
los problemas, por no confiar primero en Dios.
Están allí llenos de auto culpas que no los dejan en paz.
Estos no tienen la fuerza necesaria para arrepentirse
y empezar de nuevo.
A pesar que sus problemas quedaron en el
pasado, estas personas aún siguen atadas y encadenadas en ese instante que no
existe ya.
En
otras palabras: siguen amarrados
al pasado, que es una mentira de satanás.
Nosotros en cambio tenemos la promesa cierta
de que Dios nos limpia de todo pecado, nos renueva y no bastando con eso: nos
restaura y levanta para que iniciemos de nuevo cada mañana.
Si un hijo de Dios pasó ayer por llanto, mañana tendrá y habrá
gozo en él.
Esta verdad, que Dios está siempre con
nosotros no significa que debemos repetir los mismos errores cada día, sino que
su misericordia y gracia se renueva cada mañana, esperando que cambiemos
nuestra forma de pensar y nuestra conducta, entregando nuestra confianza plena
y absoluta en que Dios nos sostiene, nos corrige con amor y nos lleva por
sendas de justicia, por amor de su nombre.
Dios en todo tiempo esta buscando nuestro bien y no nuestro mal.
Así que no hay ninguna razón para
angustiarnos, Él tiene cuidado de sus hijos fieles y obedientes.
Lucas 12:24 Miren los cuervos. No plantan ni cosechan ni guardan comida
en graneros, porque Dios los alimenta. ¡Y ustedes son para él mucho más
valiosos que cualquier pájaro! (25) ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden
añadir un solo momento a su vida? (26) Y, si por mucho preocuparse no se logra
algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?
Esta pregunta es contundente. ¿No es la vida más que el alimento, y
el cuerpo más que el vestido?,
Desafortunadamente en nuestra vida diaria,
nos preocupamos tanto por el alimento, el vestido y por las necesidades
básicas, que terminamos perdiendo la salud de nuestro cuerpo y la misma vida.
Qué utopía que aquello por lo que luchamos, es
lo que nos enferma y nos mata.
Y no solo eso, sino que una vez que lo
conseguimos, no lo podemos disfrutar.
Pero si hacemos las cosas a la manera que
Dios nos enseña, veremos que hay una gran diferencia.
Es
decir: sin perder la tranquilidad, la calma y la
paz.
La fuente de esta tranquilidad es la confianza en Jesús.
Todo cristiano verdadero sabe que al final Él
es quien nos da el trabajo.
Teniendo un trabajo, nos da sabiduría para
mantenerlo.
Y también nos da la salud para poderlo
ejecutar nuestro trabajo.
Si todo está bajo su control, debido a la
confianza que tenemos en Dios, ¿por qué hemos de
preocuparnos?
Si le somos fieles, ¿Por
qué debemos afligirnos?
Si ÉL nos está sustentando, ¿Por qué me preocupo?
Si no podemos dejar de preocuparnos y
afanarnos desmedidamente por algún asunto, esto es síntoma de una relación
inconstante con Dios o una inexistente relación con ÉL.
En otras palabras, Usted no están confiando
plenamente en Dios.
Es decir: No
tiene usted una intimidad con Jesús.
Cuando esto ocurre debemos ir a
su presencia, en oración y arrepentimiento, para clamar por esa paz maravillosa
que supera todo entendimiento.
El ser humano puede tener casi todo, riqueza,
lujos, pero daría todo lo que tiene por la tranquilidad y la paz verdadera;
ésta no existe fuera de Dios y de su Palabra.
¿Dónde está nuestra calma a los
afanes de la vida?
Está en la confianza absoluta de que lo que
dice Jesús en su Palabra es más real, más cierto y con más certeza que el mismo
aire que respiramos al amanecer hoy.
Lucas 12:26 Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño
como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?
El valor que tenemos es inmenso para Dios,
tanto así que dio a su Hijo unigénito en pago por nuestros pecados, no
mereciendo más que un destino de muerte y desolación eterna.
Cuando creemos y recibimos a Jesús;
Cuando dejamos nuestra vida bajo
su control;
Dios nos toma y nos cubre bajos
sus alas.
Sal 91:9 Si haces al SEÑOR tu refugio y al Altísimo tu resguardo, (10)
ningún mal te conquistará; ninguna plaga se acercará a tu hogar.
El Salmo 91:9-10 nos
enseña claramente que su protección viene como resultado de la confianza,
obediencia y fidelidad en Él.
En otras palabras:
el salmo 91 nos dice que si colocamos a cristo como el
controlador de nuestra vida, lo que estamos haciendo es permitir a Dios como
nuestro refugio.
Ahora tenga presente que este Salmo 91,
es solo y exclusivamente para los hijos verdaderos de Dios, que han recibido a
cristo en su corazón.
No para el mundo, Por
eso este salmo inicia de la manera siguiente:
Sal 91:1 Los que viven al amparo
del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. (NTV)
Sal 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente (RV60)
Sal 91:1 El que habita al amparo del Altísimo y
mora a la sombra del Todopoderoso, (NC)
Sal 91:1 El que se acoge al asilo del Altísimo,
descansará siempre bajo la protección del Dios del cielo. (T.Amat)
En otras palabras los que confían
y hacen la santa voluntad de Dios, en obediencia y fidelidad, son los que
descansan y se amparan en la sombra del Todopoderoso.
Si Dios alimenta y da refugio a las aves, cuánto más a nosotros.
Si realmente confiamos en Dios, tendremos no
solo el alimento material o no solo una habitación física, sino su presencia y
su Palabra que nos alimenta para darnos vida verdadera. Y esa vida está en Jesús.
1Jn 5:11 Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida
eterna, y esa vida está en su Hijo.
Finalmente podemos decir que su Palabra es el
alimento que Él nos da a diario para sostenernos.
Iglesia, busquemos este alimento cada mañana
para enfrentar con sabiduría y calma las dificultades de cada día. Amen.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que sea Dios quien derrame Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
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