BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 10 de noviembre de 2018

¿HABLA DIOS TODAVÍA?


¿HABLA DIOS TODAVÍA?
El Salmo 81  es un triste relato acerca de un pueblo que se negaba  a  escuchar a  Dios. 
El  misericordioso  corazón  del Padre, con sus numerosos intentos de lograr la atención y la devoción de Israel, y el persistente rechazo por parte de ellos, se ponen de manifiesto en los versículos 8 al 14:
Salmos 81:8-14 »Escúchame, pueblo mío, en tanto te doy severas advertencias. ¡Oh Israel, si tan sólo me escucharas! Jamás debes tener un dios extranjero; nunca debes inclinarte frente a un dios falso. Pues fui yo, el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca, y la llenaré de cosas buenas. »Pero no, mi pueblo no quiso escuchar; Israel no quiso que estuviera cerca. Así que dejé que siguiera sus tercos deseos, y que viviera según sus propias ideas. ¡Oh, si mi pueblo me escuchara! ¡Oh, si Israel me siguiera y caminara por mis senderos! ¡Qué rápido sometería a sus adversarios! ¡Qué pronto pondría mis manos sobre sus enemigos!

Casi podernos escuchar el latido del corazón de Dios cuando implora ante la nación de Israel, diciendo: »Escúchame, pueblo mío, en tanto te doy severas advertencias.

Me pregunto, ¿cuántas veces Dios nos ha hablado cuando no estábamos escuchando?
¿Cuántas veces habrá tenido Dios algo específico que necesitábamos oír pero hemos estado demasiado atareados para atenderle?

Creo que una de las lecciones más valiosas que jamás podremos aprender es cómo escuchar a Dios.
En medio de nuestra vida tan compleja y ajetreada no hay nada más urgente, nada más necesario, nada más provechoso que escuchar lo que Dios tiene que decirnos.

La Biblia es muy explícita y Dios nos habla con tanto poder hoy como en los días cuando fue escrita.
Su voz espera ser escuchada y, cuando la escucharnos realmente, somos llevados a la aventura más grandiosa y más emocionante que podamos imaginar.
Ah, pero solo los obedientes y fieles, tienen ese privilegio de escuchar la voz de Dios en su interior.

Quizá nos preguntemos: ¿Por qué Dios querría hablarnos hoy? 
¿Acaso  no  ha  dicho  suficiente desde  Génesis  hasta Apocalipsis?

Hay varias razones convincentes que explican por qué Dios todavía tiene abiertas sus líneas de comunicación para aquellos que le son fieles y obedientes.

La primera y principal es que Dios nos ama tanto como amaba a su pueblo en los días del Antiguo y Nuevo Testamentos.
Desea tener comunión con nosotros tanto como deseaba tenerla con ellos.
Si nuestra relación con Él es unidireccional, y no hay comunicación ni diálogo entre nosotros  y  su hijo Jesús, entonces poca comunión puede haber. 

La comunión es nula cuando sólo una persona habla y la otra se limita a escuchar.
Dios nos habla todavía porque quiere desarrollar una  relación  de amor que consista en una conversación entre dos personas.

La segunda razón que explica por qué Dios todavía habla hoy es que necesitamos su dirección clara y concreta para nuestra vida.
Así como la requerían Josué, Moisés, Jacob o Noé.
Si realmente nos consideramos hijos de Dios, y caminamos en la obediencia y la fidelidad, entonces y solo entonces necesitamos sus consejos para tomar decisiones efectivas.

Una tercera razón por la cual Dios todavía habla hoy en día es que Él sabe que necesitamos consuelo y certidumbre como lo necesitaban los creyentes de la  antigüedad.

Nosotros también tenernos experiencias  como la del Mar Rojo.
Es decir cuando nos encontramos entre la espada y la pared, y no sabernos qué camino seguir.
Tenemos fracasos como los tuvieron Josué y el pueblo de Israel.
Cuando sufrimos derrotas de esta clase, Dios conoce nuestra necesidad de certidumbre y confianza.

Pienso que la razón más importante por la que Dios todavía habla en el día de hoy es que quiere que lo conozcamos.
Si dejara de hablar, dudo que jamás podríamos descubrir cómo es Dios realmente.

Si la prioridad de todos nuestros objetivos es conocer a Dios, debemos entender que es solo por medio de Cristo, que lo podemos hacer ya que Él es el único camino hacia el Padre eterno.

Si Dios todavía habla, ¿cómo lo hace?
Podernos descubrir sus  métodos repasando las diversas formas  en  las que se revelaba en los días del Antiguo y del Nuevo Testamentos.

Primero, hablaba mediante revelaciones directas. 
Mediante su Espíritu  hablaba  al  espíritu  de  hombres  como  Abraham, aquel que un día oyó que Dios le decía directamente que abandonara la tierra en la cual vivía y se dirigiera a una tierra que Dios le mostraría.
Pero Jehová había dicho a Abram:
Génesis 12:1-3 El SEÑOR le había dicho a Abram: «Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».

Segundo, la Biblia dice que Dios hablaba por medio de sueños.
Un buen ejemplo es, sin duda, el caso de las experiencias de Daniel, a quien Dios reveló su plan para el mundo en una serie de sueños.

Mediante visiones Daniel vio los imperios que vendrían. 
De esta  manera Dios le dio  a Daniel una tremenda perspectiva de los acontecimientos mundiales futuros que están todavía hoy en proceso de cumplimiento.
Este es un asunto, empero, en el cual debemos ser extremadamente cautelosos.

La Biblia jamás nos dice que busquemos en sueños el conocimiento de la mente de Dios. 
Tampoco se nos insta jamás en la Palabra de Dios a procurar conocer el pensamiento de Dios mediante visiones.

Hace unos días, una persona me comento que había visto la cruz reflejada en el cielo por medio de las nubes.
Y esta persona interpretó esa visión en el sentido de que dios se la mostro y seria salvo.

Lamentablemente, esa visión no tiene nada que ver con la confesión, el arrepentimiento o la aceptación del Señor Jesucristo tal como las Escrituras explican la salvación.

En otras palabras esta persona estaba equivocada, como hoy en día muchos lo están sin tener verdaderamente a Jesús en sus corazones, y que tristemente hoy caminan en la desobediencia y la infidelidad.

Una persona que no le es fiel a Jesús y que no camina en la obediencia y la fidelidad, jamás podrá escuchar la voz de Dios en su interior.

Tercero, Dios hablaba por medio de sus palabras escritas,
Como cuando entregó a Moisés los Diez Mandamientos y luego usó  la Ley para comunicarse con su pueblo. 
Jesús, también hablaba audiblemente en los días de la Biblia.
Saulo de Tarso estaba en camino a Damasco persiguiendo a los creyentes de aquella ciudad.
Dice la Biblia:
Hechos 9:4-6 Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues? —¿Quién eres, señor? —preguntó Saulo. —Yo soy Jesús, ¡a quien tú persigues! —contestó la voz —. Ahora levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.

Cuarto, Dios hablaba por medio de sus profetas.
Estos exclamaban: «Así dice Jehová», y el pueblo obedecía porque sabía que eran mensajes enviados directamente por Dios.
Hoy en día, ya no tenemos profetas, y los que se hacen llamar así, son estafadores de la palabra de Dios.
Y eso es un delito.
Porque un estafador, roba y engaña para su propio provecho.
De hecho estos falsos profetas y falsos apóstoles de hoy en día, no cumplen los requisitos bíblicos para ejercer dicha función espiritual.
Así que no se deje engañar.
Mateo 7:15-16 »Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces. Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos?

Mateo 24:11-13 Y aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente. Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará. Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

Quinto, Dios hablaba por medio de las circunstancias.
Todos conocemos la historia de cómo Dios se reveló a Gedeón.
Dios quería que él condujera a la nación de Israel a la guerra contra el enemigo.
Dado que tenía un poco de temor, Gedeón decidió probar con un vellón.

La verdad es que lo intentó dos veces.
Una mañana pidió que el vellón apareciera empapado pero rodeado de hierba seca, y, a la mañana siguiente pidió que apareciera seco, como pólvora, pero rodeado de hierba húmeda. 

Como resultado, en su misericordia Dios se acercó a Gedeón y le proporcionó la seguridad y la confianza que necesitaba.
Así mismo actúa Dios para los que hacemos su santa voluntad en obediencia y fidelidad.

Sexto, Dios hablaba por medio de ángeles.
Por ejemplo, cuando comunicó a María y a José el nacimiento de Jesucristo mediante una proclamación angelical.
Hoy en día, Dios usa a sus siervos, aquellos que le son fieles, obedientes y cumplen con los requisitos bíblicos para ejercer el cargo de pastor para que su palabra sea revelada a la iglesia.

Requisitos para los obispos
1Timoteo 3:1-7 La siguiente declaración es digna de confianza: «Si alguno aspira a ocupar el cargo de anciano en la iglesia,* desea una posición honorable». Por esta razón un anciano debe ser un hombre que lleve una vida intachable. Debe serle fiel a su esposa.* Debe tener control propio, vivir sabiamente y tener una buena reputación. Con agrado debe recibir visitas y huéspedes en su casa y también debe tener la capacidad de enseñar. No debe emborracharse* ni ser violento. Debe ser amable, no debe buscar pleitos ni amar el dinero. Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan. Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Un anciano no debe ser un nuevo creyente porque podría volverse orgulloso, y el diablo lo haría caer.* Además, la gente que no es de la iglesia debe hablar bien de él, para que no sea deshonrado y caiga en la trampa del diablo.
Teniendo en cuenta estos requisitos, podemos ver que la Mujer no puede dirigir la iglesia de Cristo.
Y mucho menos llamarse “pastora”. No le es permitido.
Y si tiene duda sobre estos requisitos, entonces lea el libro de Tito 1:5-16.

Séptimo, Jesús hablaba a sus fieles por medio de su Espíritu. 
Recordará usted que en la vida de Pablo, cuando estaba de viaje hacia Asia, Jesús le habló por medio  del Espíritu prohibiéndole que se encaminara hacia allí.
Hechos 16:6-8 Luego, Pablo y Silas viajaron por la región de Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia en ese tiempo. Luego, al llegar a los límites con Misia, se dirigieron al norte, hacia la provincia de Bitinia,* pero de nuevo el Espíritu de Jesús no les permitió ir allí. Así que siguieron su viaje por Misia hasta el puerto de Troas.

Aunque nos maravillan los métodos empleados por Dios para hablar con su pueblo en otras épocas, nuestro espíritu anhela entablar comunicación directa y significativa con Él. 

El  método principal de que se vale el Señor para hablar con nosotros hoy en día, es a través de su Palabra.
Y que solo podemos entenderla los que caminamos en la obediencia y la fidelidad, los demos no entenderán nada un que la oigan.
Marcos 4:12-13 para que se cumplan las Escrituras: “Cuando ellos vean lo que hago, no aprenderán nada. Cuando oigan lo que digo, no entenderán. De lo contrario, se volverían a mí y serían perdonados”*». Luego Jesús les dijo: «Si no pueden entender el significado de esta parábola, ¿cómo entenderán las demás parábolas?
Iglesia, ya tenemos la revelación completa de Dios.
El no necesita agregar algo más a este libro.
La revelación de Dios es la verdad expuesta de Dios por Dios acerca de sí mismo. 

Es la inspiración del  Poder de Dios, quién controlo la mente de los hombres que escribieron las páginas que conforman la Biblia.

Dicho de otra manera, la palabra de Dios es el soplo de Dios para aquellos hombres a fin de que conocieran la verdad.
Por eso, la forma más segura en que podemos saber que estamos escuchando a Dios es a través de su Palabra.

Si andamos en el Espíritu diariamente, entregados a su poder, mediante la obediencia y la fidelidad, tenemos el derecho de esperar que oiremos todo lo necesario  de  parte de  Dios. 
Y si realmente tenemos el  Espíritu  Santo,  dentro de nosotros y nos habla, entonces debemos dar indicio de que estamos siendo moldeados a un estilo de vida espiritual, para vivir normal entre los creyentes.

La verdad es que las personas a las que más deberíamos escuchar son aquellas con las cuales vivimos todos los días y que están entregadas al Señor.
Esas personas que nos aman más, que oran más que nadie por nosotros, son con frecuencia los instrumentos que Dios utiliza para revelarse ante nosotros.

Ahora que reconocemos que Dios todavía participa activamente en la comunicación de su mensaje a los creyentes en la actualidad, debemos  esforzamos  por oír atentamente su palabra y ponerla en práctica. 

Cuando Dios  habla y estoy seguro que así lo hace, toda  persona  debería  estar presto a escuchar.
Como declaró David en el Salmo 85.8:
Sal 85:8 Presto mucha atención a lo que dice Dios el SEÑOR, pues él da palabras de paz a su pueblo fiel. Pero no le permitas volver a sus necios caminos.

Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que sea Dios quien a usted lo bendiga.

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