SIGUIENDOLO CON DETERMINACION
Apocalipsis 3:14-16 »Escribe esta carta al ángel de la
iglesia de Laodicea. Éste es el mensaje de aquél que es el Amén, el testigo
fiel y verdadero, el principio* de la nueva creación de Dios: »Yo sé todo lo
que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o
lo otro! Pero, ya que
eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca!
En el conflicto espiritual
la neutralidad es algo imposible.
Es decir: o estamos con Cristo o no lo estamos.
Todo el que no está con
Jesús, está en su contra.
En otras
palabras el que
no lo obedece ni le es fiel, se considerara enemigo de Dios.
Y el que no sigue la guía de
su Espíritu desaprovecha la oportunidad de recoger la cosecha de bendiciones
que Él ha dispuesto para nosotros.
Hay muchas
formas de no estar con Jesús.
En primer
lugar encontramos la desobediencia.
Esta nos
indica y al mismo tiempo nos muestra a las personas que no hacen lo que Él nos
manda.
Ahora, si nos constituimos
amigos de Dios, automáticamente nos hacemos enemigos del mundo.
Esto nos muestra que no hay
intermedio, ni mucho menos neutralidad.
¿Pero que es la tibieza?
Como la iglesia de Laodicea
que no se definía por Jesús, no era ni fría ni caliente.
Es decir que la indiferencia
a las cosas espirituales y la falta de compromiso con Dios nos hace iguales a
la gente del mundo.
El Tibio es un cobarde.
Porque le da pena mostrar
que es un cristiano.
Jesús se cubrió de heridas y
vergüenza por nosotros en la cruz, sin embargo nos avergonzamos de Él
comportándonos como incrédulos y terminamos defraudándolo haciendo lo que otros
quieren que hagamos.
El Tibio es un hipócrita.
Porque es un experto en echarles
la culpa a otros por sus propios errores y no actua honestamente con un corazón
recto.
Dicho de otra manera es
cuando creemos estar haciendo lo bueno y no es verdad.
En otras palabras:
solo
aparentamos lo que no somos, tal y como los fariseos y escribas lo hacían.
El Tibio es un codicioso.
Porque solo se acerca a Jesús
para recibir algo.
Es decir: Personas que son interesadas únicamente en recibir
las bendiciones de Dios, pero que no están dispuestas a darle nada.
En otras palabras: Personas
o creyentes que por dinero venden sus principios al mundo y por placer se
congracian con el enemigo de las Almas.
El Tibio es un desleal.
Es una persona que le ha
prometido ser fiel a Cristo pase lo que pase, sin embargo, no le da nada y peor
aún terminamos negando al Señor con su actitud cuando las situaciones se
vuelven adversas o cuando le da miedo testificar de Cristo para evitar que nos
critiquen o juzguen.
Apreciada hermanos, aquel
que tiene oído para oír lo que el espíritu dice a la iglesia, como lo dice:
Mateo 11:15 ¡Todo el que tenga oídos para oír,
que escuche y entienda!
Apocalipsis
2:11 »Todo el que tenga oídos para oír debe
escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. Los que salgan
vencedores no sufrirán daño de la segunda muerte.
Iglesia, Entendamos entonces
que cuando la palabra de Dios dice: “El que no está conmigo”, significa claramente
que es una declaración que muestra la condición del hombre frente al Señor.
Por eso es
sumamente importante tomar una decisión a favor o en contra.
Tenga muy
presente que al estar al lado de Jesús requiere determinación y responsabilidad.
Pero El que no está con Él,
desparrama o echa a perder todos los beneficios que vienen de cultivar una vida
espiritual consistente.
Salmos 73:2-9 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No
tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. Lucen su orgullo como un collar de
piedras preciosas y se visten de crueldad. ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Se burlan y hablan sólo maldades;
en su orgullo procuran aplastar a otros. Se jactan contra los cielos mismos,
y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra.
Este salmo de Asaf muestra
el realismo de cómo es la vida de una persona sin cristo.
Podemos estar pasando por el
mismo problema del salmista.
Él tenía inquietud de ¿por qué Dios permite que los malvados prosperen, mientras
que su pueblo sufre?
Quizás este mismo
interrogante lo hemos hecho cuando hemos observado situaciones de injusticia y
vemos a personas fieles a Dios sufrir, en contraste con la prosperidad de los
malos.
Podemos estar sintiendo
envidia y reclamándole a Dios porque a los malos les va mejor que a nosotros.
Como Asaf,
podemos describir a los impíos llenos de orgullo, no los afectan las
calamidades humanas, no le temen a la muerte, tienen para pagar los mejores
médicos si enferman, comen bien, no tienen problemas financieros, duermen sin
preocupaciones, tienen todo lo que desean, no les preocupa pasar por encima de
los más necesitados para obtener lo que quieren.
En otras palabras: Se burlan de las leyes y
tiene una gran influencia en el medio donde viven para dominar todo con su
poder y dinero.
Es decir: Piensan que no necesitan de Dios y que Él no sabe
nada de ellos.
Pero el verdadero problema
es cuando nos comparamos con ellos y creemos que vivir la vida cristiana es una
pérdida de tiempo.
Ese es uno de los pasos para
convertirse en Tibio.
Quizás
pensamos que estamos ocupándonos de las cosas espirituales, tratando de agradar
a Dios sin recibir recompensa.
Pero Asaf entendió el
destino de los malvados cuando entró en el templo de Dios.
Salmos 73:17 Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por
fin entendí el destino de los perversos.
El Señor tiene la respuesta
a nuestra inquietud.
Pero sólo entrando en su
presencia entenderemos el porqué de muchas situaciones y tendremos una nueva
percepción de la vida.
Debemos entender que nuestra
mayor riqueza es Dios mismo y que nuestra recompensa no es terrenal, sino
celestial.
Evitemos
entonces que nuestra alma se llene de Tibieza y Amargura cuando miramos las
injusticias que suceden a nuestro alrededor.
No importa, entonces, lo que
pueda ocurrir si nuestra confianza está puesta en Dios y en sus promesas.
No podemos pedir nada mejor
de lo que dice el Salmo 73:24-25
Salmos 73:24-25 Me guías con tu consejo y me conduces a
un destino glorioso. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que
cualquier cosa en la tierra.
Vivir por fe es la única
forma de sobrellevar las pruebas y dificultades que llegan a nosotros.
Vivir por fe implica
renunciar a todos los deleites del mundo y de la carne para cumplir la voluntad
de Dios.
Moisés nunca dudo de que Dios llevaría su plan
hasta el fin para sacar a su pueblo de esclavitud y conducirlos sanos y salvos
hasta la tierra de la promesa.
Se sostuvo porque siempre su
mirada estuvo puesta en Dios.
Esta es la fe de un justo
dispuesto a intentar lo imposible ante el mandato divino y entender que Dios
está presente para ayudarlo a alcanzar el objetivo.
Escuche esto:
La fe debe intentar superar
todas las barreras que se presenten en el camino, con la seguridad de que Dios
está a nuestro lado para hacernos seguir adelante.
Esto es lo que debemos
aprender para poder vivir por fe.
Si estamos en la
presencia de Dios nada nos podrá vencer.
El secreto de la
vida victoriosa es estar cara a cara con nuestro Dios antes de enfrentarnos a
cualquier situación.
Abracemos todas las promesas
de Dios en su Palabra y miremos hacia el galardón que nos espera en el cielo y
sostengámonos como viendo al invisible sin tibieza.
Vivir la vida cristiana es
un desafío diario.
Muchos son los que tienen miedo
marchar hacia la libertad porque implica dejar todo atrás.
Pero dejar todo atrás es un sacrificio,
un costo y obediencia a la Palabra de Dios.
Dios nos invita a abandonar la Tibieza.
Dios nos invita a no ser cobarde.
Dios nos invita a no ser hipócrita.
Dios nos invita a no ser codicioso.
Dios nos invita a no ser desleal.
Tenemos que renovar nuestra
mente a la luz de las Escrituras y comenzar a caminar como hijos con la
libertad que Cristo nos ha dado.
Dios hoy nos repite estas
palabras:
“¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel
que marchen”.
Es tiempo de actuar y vivir
por fe, para que podamos ser obedientes y fieles verdaderos.
Si queremos que Dios haga
grandes cosas a través de nosotros es tiempo de movernos y marchar.
Si queremos crecer
espiritualmente, es tiempo de capacitarnos, orar, estudiar su Palabra y hacer
ajustes en nuestra vida para cumplir la voluntad de Dios.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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