BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

miércoles, 3 de enero de 2018

LA CASA DE MI PADRE


LA CASA DE MI PADRE

Gracias Señor, por tu mensaje de amor manifestado desde antes de la fundación del mundo, mostrándome con hechos que tu esencia es amar. Te pido en este día que siguas derramando tu amor en mi corazón para darlo a otros.
Amado Jesús, gracias por tus palabras de consuelo. En momentos de turbación e inseguridad, aumenta mi fe en ti. Mientras espero tu regreso, déjame descansar en tu promesa y llenar mi corazón de paz a pesar de la adversidad. Amén.

Leamos su palabra:

Jeremías 31:3 Hace tiempo el SEÑOR le dijo a Israel: «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.
Desde el principio Dios ha dicho “te amo” de varias maneras a la humanidad.
Cuando hizo lo creado pensó en cada detalle, todo lo creó para nuestra supervivencia.
Con el nacimiento de Jesús expreso un gran “te amo”, que después Jesús replicó con sus propias palabras, dejando claro que nos ama y que ha abierto el camino directo a Dios para que experimentemos su inmenso amor.
Juan 3:16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Ha dicho “te amo” cuando ocupó nuestro lugar en la cruz con su muerte.
Ha dicho “te amo” cuando resucitó victorioso para darnos una nueva vida y esperanza.
Ha dicho “te amo” cuando envió a su Santo Espíritu a morar en nuestros corazones.
Ha dicho “te amo” cuando nos ha perdonado y levantado en nuestras flaquezas.
Ha dicho “te amo” cuando ha restaurado nuestro corazón herido.
Ha dicho “te amo” cuando nos ha consolado en la aflicción.
Ha dicho “te amo” cuando ha sido nuestro refugio en los momentos de temor.
Ha dicho “te amo” cuando ha contestado cada petición.
También ha dicho “te amo” al darnos la promesa de venir nuevamente por nosotros para compartir su gloria y majestad por la eternidad.

No necesitamos más pruebas que demuestren ese amor eterno con que nos ha amado.
Es el amor incondicional que se demuestra con hechos y no sólo con palabras.
Lamentablemente son muchos los que dicen amar a Dios, pero no hacen su voluntad.
Son muchos los que dicen tener a Jesús en su corazón, pero con sus hechos, palabras y acciones dan un falso testimonio, demostrando así que el Hijo de Dios no está en ellos.

1Juan 3:18-19 Queridos hijos, que nuestro amor no quede sólo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones. Nuestras acciones demostrarán que pertenecemos a la verdad, entonces estaremos confiados cuando estemos delante de Dios.

Cuando leemos la palabra de Dios, podemos ver que el lenguaje que hemos oído desde el principio ha sido de amor.
Pero aun así, como seres humanos, no hay manera de expresar qué clase de árbol somos, más que por nuestros frutos, y no hay manera de decir qué somos, sino es por nuestra conducta.

La ética cristiana se resume en una palabra: amor, este debe ser la directriz de nuestra vida.
El hecho de que amemos a nuestros hermanos es la prueba definitiva de que hemos pasado de muerte a vida.
1Juan 4:7-10 Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios. Pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
A causa de su amor eterno Él sigue extendiendo sobre nosotros su misericordia, su benevolencia y no se olvidará de nosotros.
Por eso es muy importante que entreguemos nuestro corazón a Jesús, como prueba de ese amor que Dios nos dio.

Proverbios 3:1-6 Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón. Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción. ¡Nunca permitas que la lealtad ni la bondad te abandonen! Átalas alrededor de tu cuello como un recordatorio. Escríbelas en lo profundo de tu corazón. Entonces tendrás tanto el favor de Dios como el de la gente, y lograrás una buena reputación. Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.

No echemos en saco roto los consejos del libro de Proverbios, más bien retengamos la palabra en nuestro corazón y así tendremos más discreción en nuestras acciones.
Proverbios 23:26 Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos.

No olvidemos las palabras del evangelio de Cristo y andaremos seguros en sus caminos.
Toda nuestra vida estará bajo la protección de su gracia, si andamos en la obediencia y la fidelidad de su palabra, de modo que ÉL nos guardara de caer en tentaciones y de meternos en problemas.

Mateo 12:35-37 Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Y les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».

El Señor nos pide que le demos nuestro corazón.
Es el mejor regalo que podemos entregarle.
La pregunta es: ¿A quién le ha entregado usted su corazón?
¿Al mundo o al Hijo de Dios?

Jesús anhela nuestro corazón.
Garantiza que le pertenecemos y que su compañía nos protege en nuestro andar diario.
Es lo que Él quiere, no debemos pensar en dividir nuestra vida entre Dios y el mundo.
Él tendrá y desea todo o nada de nosotros.

La obediencia y la fidelidad a los mandamientos de Dios y el querer hacer su voluntad nos da la seguridad de que nuestra vida está en sus manos.
Este año gregoriano culminara dentro de pocos minutos, y Dios nos manda a que disfrutemos la vida abundante en calidad y en cantidad.

El Señor quiere de esta manera que cultivemos dos cualidades que son importantes para el carácter cristiano: La misericordia y la verdad.

Tenga muy presente que cuando somos misericordiosos estamos dejando fluir el amor de Cristo y podemos ayudar a los demás.
Y cuando andamos en la verdad, seremos más justos y haremos siempre lo que es correcto en la presencia de Dios, por medio de Jesús.

Nuestros pensamientos y palabras no son suficientes para mostrar nuestra integridad espiritual, necesitamos acciones y que nuestro testimonio hable por sí solo.

Un cristiano no puede decir que es de cristo, si su corazón está en el mundo.
No puede decir que lo ama, si no hace su voluntad.
Y no puede decir que lo sigue, si no es obediente y fiel a sus mandatos.
El falso cristiano puede decir y justificarse en lo que sea, pero ante los ojos y justicia de Dios, no será así.

Por eso cuando escribimos la palabra de Dios en las tablas de nuestro corazón, es vivenciarla y estar siempre dispuestos a escuchar y a ser corregidos por sus consejos.
Porque en su palabra está la guía y dirección de Dios, que harán nuestros caminos derechos.
Si los tesoros de nuestro corazón son buenos, sacarán lo mejor de nosotros, estaremos dando buen testimonio y reflejaremos el carácter de Jesús al mundo.
Es decir: haremos todo en obediencia y fidelidad, poniendo primeramente las cosas de Dios por encima de las del mundo.

De allí que tendremos un magnifico lugar en la casa de mi padre.
Juan 14:1-6 »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente.* Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?* Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy. Y ustedes conocen el camino que lleva adónde voy. —No, Señor, no lo conocemos —dijo Tomás —. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino? Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.

La palabra “Angustia” es un sinónimo de depresión.
Y podemos decir que es un trastorno muy común en estos tiempos.
Por eso muchas personas se sienten inseguras frente a las situaciones que viven hoy.
Y también frente al futuro de la humanidad.

Cuando leemos la palabra de Dios, podemos notar en ciertos versículos que los discípulos de Jesús se sentían así por el presagio de la traición y muerte a la que iba ser sometido su Maestro.
Sin embargo, Jesús les dice que no deben estar turbados, y que a pesar de lo que viene les pide que sus mentes estén en paz.

El remedio para los momentos de angustia e inseguridad es “creer”.
El Señor quiere que creamos por encima de las situaciones adversas que estamos viviendo y nos alentemos confiando en sus promesas.

Tengamos esperanza, pues Él ha dicho:
Juan 14:3 Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.
Nos ha prometido que estaremos junto a Él en una morada celestial, en un lugar en la casa del Padre.
Esto quiere decir que hay una cantidad de mansiones como hijos seleccionados por Dios, para ser llevados a su gloria.
No todos iremos.
No todo el que diga Señor, Señor, entrara al Reino del Padre.
No todo los que viven llenos de Excusas para no hacer ni obedecer la palabra de Dios, entraran al Reino del Padre.
Solo entraran únicamente y exclusivamente los que andamos en obediencia, fidelidad y hacemos su voluntad.
Eso es lo que está escrito en su palabra.

Y así como hay un grupo selecto para estar con el Padre en el Reino de los cielos, también hay una lista que dice claramente los que no heredaran ese Reino Celestial.

1Corintios 6:9-10; Efesios 5:5; Apocalipsis 22:15 etc. etc.


La preparación de ese lugar ya se cumplió por medio de su pasión, muerte y resurrección.
La profunda verdad que debemos entender es que Dios se ha hecho conocer a través de su Hijo Jesucristo.
Es decir que Jesús, vino a mostrarnos la voluntad de su Padre.

Cuando Jesús dice que es el único camino que nos conduce al Padre Eterno, la única Verdad donde se cumplen todas las profecías y la única Vida para vivificar nuestro espíritu, nos esta alentando a seguir adelante, con esas palabras consoladoras.

Por eso nos exhorta a creer su revelación, porque sus obras muestran su gloria y el Poder de Dios en Él. El dijo claramente:
Juan 14:1-6 »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.
Tenga usted muy presente que nuestro conocimiento en Jesús, nos lleva al conocimiento del Padre.
La promesa de su retorno a su iglesia debe traer paz a nuestros corazones.

Si pensamos en esto, los problemas momentáneos los veremos como algo pasajero.
Por eso siempre debemos mirar hacia adelante y preparémonos para ese día esperado.
El camino a la vida eterna a pesar de ser invisible es seguro, porque Jesús ya hizo los preparativos. Creámosle, hagamos su voluntad y caminemos en obediencia y fidelidad.

Para esto solo necesitamos FE, para poder seguir adelante.

Iglesia, para finalizar este mensaje quiero decirles a ustedes que la Palabra del Señor es la verdadera fuente de alegría, de gozo interminable.

Así como se desvanece este año gregoriano 2017, otras cosas se desvanecen junto con ese año.
Entre esas cosas se encuentras los placeres y alegrías temporales.
Mientras que la palabra de Dios, coloca una tranquilidad sobrenatural en nosotros para siempre.
La Palabra de Dios nos da equilibro a nuestras emociones.
Nos da plenitud y nos alimenta espiritualmente para que nutridos crezcamos en el conocimiento de la verdad y vivamos en santidad.

Cuando Jesús nos enseñó que no sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios, nos aseveró que su Palabra es verdadero alimento y verdadera vida, que necesitamos conocer y practicar diariamente para tener paz en nuestro corazón.
El cristiano verdadero no espera nunca la culminación de un año.
El cristiano verdadero espera la venida de nuestro señor Jesús por su iglesia.
Gracia y Paz.
Pastor y administrador Rogers Infante
Que Dios derrame Bendiciones en mi vida, mi familia y a mis hermanos en la fe.

EN CRISTO CREO Y TODO LO PUEDO


EN CRISTO CREO Y TODO LO PUEDO


Muchas veces pensamos que la forma en que actúa Dios es muy injusta.
Son muchas las personas que piensan e incluso desearían que cualquier falta o pecado pequeño que se cometa, Dios no debería tenerlo en cuenta y mucho menos destituirnos de su gloria.

Pero la realidad de las cosas tiene un verdadero sentido y es que Dios no condena a nadie.
Somos nosotros lo que por nuestra imprudencia y desobediencia nos condenamos así mismos.
Por eso muchas veces no vemos nuestros sueños una realidad.
Dios simplemente hace justicia porque es El único justo.
Juan 3:36 Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.

Todo el Universo está constituido por leyes que si las violamos ocasionarían una tragedia o un cambio repentino en nuestra vida.

Por tanto el que se condena es el hombre mismo, por practicar el pecado y no querer ir a la luz para que sea revelada su maldad y sea sanado.

En otras palabras: Somos responsables morales de cada pensamiento, decisión y de cada acto que ejercemos en nuestra propia vida.
Esto nos hace responsable de nuestros pecados.

Aunque no podemos en nuestra fuerza dejar el pecado, no es disculpa para que a través del evangelio de la luz, recibamos lo que Dios nos ofrece gratuitamente, esto es, la posibilidad de recibir su perdón, de ser limpiados mediante la sangre de Cristo derramada en la cruz del calvario.

Es como si todos, por nuestros delitos y pecados fuéramos directo a un precipicio, pero Dios viene a rescatarnos por medio del evangelio de Jesucristo, de su palabra viva y eficaz, que nos muestra nuestra condición, pero que también nos rescata de la perdición que ofrece el pecado y nos lleva a los lugares celestiales, a la eternidad con Dios.
Lo único que debemos hacer es ser obedientes y fieles a sus mandatos, solo así haremos la santa voluntad de Dios y hallaremos el camino correcto al Padre.

Sólo debemos arrepentirnos y creer en el nombre del hijo de Dios.
Hoy llamemos y confiemos en Jesucristo y no seremos defraudados.

Cuando lo hallemos verdaderamente, entonces seremos más que vencedores.
Su palabra dice:
Filipenses 4:13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas.

En esta vida, no existe un proyecto, trabajo, relación o cualquier cosa que en Cristo no seamos capaces de hacer.
Somos más que vencedores por aquel que nos amó y se entregó por nosotros.

Incluso, Cristo ya nos dio la victoria contra el pecado, contra la tendencia a hacer lo malo, lo que tenemos que hacer es tomar posesión de la herencia de amor, de poder y de bendiciones espirituales.

Si queremos ver una real transformación en nuestras vidas empecemos a vivir guiados por su Espíritu.
Esto significa, vivir de acuerdo a su palabra.
Es decir: creer en lo que está escrito en la palabra de Dios, como una realidad que no debemos tomar ligeramente sino experimentarla diariamente en nuestra vida.

Tengamos esta palabra en nuestra mente y corazón en todo momento.
Y cuando sintamos que no podemos seguir hacia adelanta.
Cuando estemos cansados.
Cuando halla tristeza o desánimo, frente a las vicisitudes de la vida.
Entonces confiadamente declaremos esta promesa con total convicción de que Dios escucha nuestra oración, renueva nuestra fuerza y nos libra de todos nuestros temores.

Para eso es muy importante mantener nuestra comunión con el Espíritu de Dios.
Mateo 18:20 Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos.

Iglesia, la promesa del Señor, estar en medio de nosotros cuando estamos reunidos en su nombre. 
El Salmo 22:22, hace referencia a Cristo alabando en medio de la congregación, y ahora Cristo habita en nosotros cuando lo recibimos por fe.

Cuando Jesús habla con la samaritana, le enseña que el lugar de adoración será nuestro corazón, en espíritu y verdad. 
Juan 4:10-21 Jesús contestó: —Si tan sólo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva. —Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde —le dijo ella—, y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva? Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales? Jesús contestó: —Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed. Pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna. —Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡déme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua. Jesús le dijo: —Ve y trae a tu esposo. —No tengo esposo —respondió la mujer. —Es cierto —dijo Jesús —. No tienes esposo porque has tenido cinco esposos y ni siquiera estás casada con el hombre con el que ahora vives. ¡Ciertamente dijiste la verdad! —Señor —dijo la mujer—, seguro que usted es profeta. Así que dígame, ¿por qué ustedes, los judíos, insisten en que Jerusalén es el único lugar donde se debe adorar, mientras que nosotros, los samaritanos, afirmamos que es aquí, en el monte Gerizim,* donde adoraron nuestros antepasados? Jesús le contestó: —Créeme, querida mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén. Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos. Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado —cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

Así que cuando nos reunimos en nombre del Señor, en un mismo Espíritu, tenemos comunión unos con otros y con Jesús mismo.
Lo que tenemos es un encuentro personal con Cristo y con nuestros hermanos.
En otras palabras: tenemos una unidad.
Es decir que hemos muerto a todo egoísmo, de una individualidad basada en la carne, hemos pasado a una comunidad basada en el Espíritu, a una verdadera comunidad del Espíritu Santo.

Dado que tenemos el espíritu de Dios en nosotros, debemos tener mucho cuidado con lo que sale de nuestra boca.
Santiago 3:1-2 Amados hermanos, no muchos deberían llegar a ser maestros en la iglesia, porque los que enseñamos seremos juzgados de una manera más estricta. Es cierto que todos cometemos muchos errores. Pues, si pudiéramos dominar la lengua, seríamos perfectos, capaces de controlarnos en todo sentido.

Iglesia escuche esto:
Como cristianos verdaderos no estamos para publicar el pecado de los demás sino para llevar al pecador a la presencia del que puede limpiarlos de todo pecado.

El pecado es un asunto entre el pecador y Jesucristo, pues Él es el pago por todos los pecados.
No juzguemos, ni nos coloquemos en el papel de jueces de nuestro prójimo sino como verdaderos pecadores arrepentidos, que han sido liberados de la esclavitud del pecado.

Dicho de otra manera: Enseñemos la palabra de verdad que permitió que fuésemos justificados de todos los delitos que nos agobiaban en el pasado.

Por tanto controlemos lo que decimos, llevemos todo pensamiento a la cruz de Cristo y pensemos antes de hablar, pues en la multitud de palabras está el error, más si refrenamos nuestra lengua colocamos en práctica la prudencia, que evitará la mayoría de conflictos que tenemos en nuestro diario vivir.
Proverbios 10:17-23 Los que aceptan la disciplina van por el camino que lleva a la vida, pero los que no hacen caso a la corrección se descarriarán. Encubrir el odio te hace un mentiroso; difamar a otros te hace un necio. Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada. Las palabras del justo son como la plata refinada; el corazón del necio no vale nada. Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común. La bendición del SEÑOR enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza. Al necio le divierte hacer el mal, pero al sensato le da placer vivir sabiamente.

Por eso es muy importante que busquemos al Señor.
Mateo 7:7-11 »Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta. »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar? O, si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no! Así que, si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan.

Isaías 55:6-7 Busquen al SEÑOR mientras puedan encontrarlo; llámenlo ahora, mientras está cerca.
Que los malvados cambien sus caminos y alejen de sí hasta el más mínimo pensamiento de hacer el mal. Que se vuelvan al SEÑOR, para que les tenga misericordia. Sí, vuélvanse a nuestro Dios, porque él perdonará con generosidad.
En estos 2 versículos, la Biblia nos muestra que a Dios se le puede buscar.
Él no está lejano.
Él está atento a abrir la puerta de su misericordia por medio de su hijo Jesús, a todo aquel que quiera rechazar el mal y aceptar la verdad.

Apreciados hermanos, como su pastor y guía espiritual, Busquen y anhelen con todo el corazón a cristo.
Porque cuando verdaderamente lo halles, abras hallado la fuente de la vida.
Y tenga la plena seguridad y la certeza que esa fuente proviene de Dios para manifestarse por medio de su Hijo Jesús en nosotros.

Dios quiere habitar en nosotros, por medio de la fe en Jesucristo.
Hoy busquemos a través de la Biblia al verdadero Dios y Señor, y él se manifestará en nuestras vidas si tenemos a Jesús en nuestro corazón.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers Infante
Que Dios derrame Bendiciones en mi vida, mi familia y a mis hermanos en la fe.

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