TODA LA GLORIA Y HONRA ES PARA DIOS
"Señor, queremos
alabarte cada día, anunciar cada mañana tu misericordia y tu fidelidad cada
noche. Tú eres digno de ser alabado y sabemos que toda la gloria es para ti por
tus justos juicios, por tu bondad y tus misericordias. Que la gratitud esté
siempre en nuestros labios y que abunde en nuestro corazón la obediencia y la
fidelidad, porque eres bueno y grandes son tus obras. Amen."
Sal 92:1-3 Es bueno dar gracias al SEÑOR, cantar alabanzas al Altísimo. Es bueno proclamar por la mañana tu amor
inagotable y por la noche tu fidelidad, al son del arpa de diez cuerdas
y de la melodía de la lira. Todo lo que has hecho por mí, SEÑOR, ¡me emociona!
Canto de alegría por todo lo que has hecho. ¡Oh SEÑOR, qué grandes son tus obras! Y qué profundos son tus
pensamientos.
Cuando la acción de Obediencia
y Fidelidad se vuelve una parte integral de nuestra vida, descubrimos que
nuestra actitud cambia.
Entonces seremos más
positivos, más misericordiosos, más amorosos y más humildes.
Honrar y
alabar a Dios con alegría no se limita a la gente joven que parece tener
fortaleza física y vigor constante, porque aun en la madurez y la vejez, los
creyentes obedientes, fieles y humildes pueden producir frutos espirituales,
por el buen corazón que poseen para la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesús.
El crecimiento espiritual
también viene de contar a otros la obra que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Por eso nuestros testimonios
deben ser verdaderos, ya que debemos hacer de nuestra obediencia y fidelidad
ante Dios Padre y de su Hijo Jesús, un estilo de vida digno dándole la gloria a
Dios por permitir que Jesús nos guía a su presencia.
Todo buen
cristiano que trabaja en la obra de Dios, sabe que Dios nos habla a través de
sus obras, de su creación y cuando observamos sus maravillas, entonces podemos
estar listo para recibir las bendiciones que Dios tiene para cada uno de
nosotros por ser obedientes ante sus mandatos.
Esto nos provee renovación y
nos inspira a ver que Dios ha puesto su belleza en todo.
Incluso en las cosas más
comunes del diario vivir.
Recuerda que cuando caminamos
verdaderamente en Obediencia y Fidelidad, miramos la Iglesia de Cristo con corazones dispuestos a servir.
Es entonces
cuando podemos ver a Dios a nuestro alrededor y siempre habrá motivos para
alabarle.
Por
eso es muy importante que nunca nos falte su Palabra.
Sal 119:15 Estudiaré tus mandamientos y reflexionaré sobre tus
caminos.
Sal 119:103-105 ¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras!; son más dulces que la miel. Tus mandamientos me dan entendimiento;
¡con razón detesto cada camino falso de la vida! Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.
Todos sabemos que la ley de Dios
es perfecta, y que tiene la capacidad para convertir el Alma.
Por eso
nuestro testimonio debe ser fiel, perfecto y verdadero, lo cual nos hace sabio
y humildes.
Tenga muy presente que los mandamientos de Jehová son tan rectos,
que alegran el corazón.
Sal 19:7-10 Las enseñanzas del SEÑOR son perfectas, reavivan el
alma. Los decretos del SEÑOR son
confiables, hacen sabio al sencillo. Los
mandamientos del SEÑOR son rectos, traen alegría al corazón. Los mandatos del SEÑOR son
claros, dan buena percepción para vivir. La
reverencia al SEÑOR es pura, permanece para siempre. Las leyes del SEÑOR son
verdaderas, cada una de ellas es imparcial. Son más deseables que el oro,
incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que
gotea del panal.
Hoy en día los creyentes no
desean aprender las enseñanzas, los decretos, los mandatos, la reverencia y las
leyes de Dios.
Y no lo hacen porque no
desean en su corazón y mente, someterse a Él.
Y como no se someten
realmente a Dios, nunca harán su voluntad y mucho menos le serán Fiel y
Obedientes.
Esta actitud
negativa de algunos creyentes, los lleva siempre a tener dificultades en el
trabajo, hogar y en cualquier otra acción que estos realizan.
Sucede porque la presencia
viva de Jesús, no está realmente en ellos.
Creen tenerlo sin someterse,
y creen estar en Él, sin obedecer.
En una palabra: viven un
autoengaño espiritual.
Amó 8:11-12 »Ciertamente se acerca la hora —dice el SEÑOR Soberano— cuando enviaré hambre a la tierra, no será
hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del SEÑOR. La
gente deambulará de mar a mar y vagará de frontera a frontera* en busca de la
palabra del SEÑOR, pero no la encontrarán.
Iglesia, el pueblo de Dios
no deseaba oír la Palabra de Dios cuando los profetas como Amós la anunciaban.
Estaban apáticos como lo
están en este tiempo.
Dios dijo que quitaría hasta la oportunidad de que
escucharan su Palabra.
Nosotros tenemos la Palabra
de Dios a nuestro alcance y por muchos medios, escrita, digital en nuestros
celulares o computadores, en la televisión, etc.
Es decir: Que somos muy afortunados al no tener que depender
de un profeta para conocer la palabra de Dios.
Sin embargo, muchos creyentes
todavía siguen buscando la respuesta para sus problemas de la vida, en otras
partes, excepto en las Escrituras.
Recuerde usted
que tenemos que saber, que la Palabra de Dios habla de nuestras necesidades y
dudas en especial.
Mi función y trabajo como
pastor de la Iglesia de Cristo, consiste en Ayudar a la gente que realmente
desea cambiar su corazón para la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesús, para que
estas personas conozcan la verdad de la palabra de Dios, antes de que llegue el
tiempo cuando no podrán encontrarla.
Dios nos dio la mejor guía para vivir, su Palabra
que es perfecta, que es la lumbrera que nos muestra el camino a seguir para que
no tropecemos.
En este tiempo ya no
necesitamos de ningún apóstol ni profeta moderno, porque para eso tenemos la
palabra de Dios, la cual es profética, exacta y verdadera.
2Pedro.1:19-21 Debido a esa experiencia, ahora
confiamos aún más en el mensaje que proclamaron los profetas. Ustedes deben
prestar mucha atención a lo que ellos escribieron, porque sus palabras son como
una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que el Día amanezca y Cristo,
la Estrella de la Mañana, brille en el corazón de ustedes. Sobre todo, tienen que entender
que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de
los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el
Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.
Otra versión dice:
2Pedro
1:19-21 Tenemos también la
palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Teniendo conciencia de esto,
vemos que su Palabra nos produce alegría cuando disfrutamos de las promesas de
Dios y nos aclara la mente para tomar decisiones.
La Palabra de Dios es miel
para el que se alimenta de ella y reconforta el alma.
La palabra de
Dios nos transforma a lo que Dios desea que seamos, y muestra a los falsos y
mentirosos creyentes.
Por eso Dios
es quien nos sustenta.
Sal 3:5 Me acosté y dormí, pero me desperté a salvo, porque el SEÑOR me cuidaba.
Sal 121:1-8 Levanto la vista hacia las montañas, ¿viene de allí mi ayuda? ¡Mi ayuda viene del SEÑOR, quien
hizo el cielo y la tierra! Él no
permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá. En efecto, el
que cuida a Israel nunca duerme ni se adormece. ¡El SEÑOR mismo te cuida! El SEÑOR está a tu lado como tu sombra
protectora. El sol no te hará daño durante el día, ni la luna durante
la noche. El SEÑOR te libra de todo
mal y cuida tu vida. El SEÑOR
te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre.
Nunca debemos confiar en un
poder menor que el de Dios.
Dios es
suficiente para sus verdaderos hijos, no sólo es Todopoderoso, sino también
vela por nosotros.
Cuando caminamos en su
presencia y en su fidelidad, estamos seguros en sus manos poderosas.
Por eso nunca deje de
necesitar el incansable cuidado de Dios sobre su vida.
Muestre siempre un buen
testimonio y diga siempre la verdad de la palabra de Dios.
No se engañe y mucho menos
intente engañar a otros.
Si un creyente no se somete
a la voluntad de Dios, para que pedir su ayuda.
Recuerde que Él
es quien nos socorre en todo tiempo.
Dios guarda a
su pueblo Fiel y Obediente en todo momento y en medio de todos los peligros, de
día y de noche, él vigila nuestro caminar, cuando salimos y cuando entramos.
Él nos sustenta y es la
razón de nuestro sosiego.
Cuando Dios responde una
oración, nos da paz y seguridad.
Todo buen hijo de Dios sabe que puede dormir bien
cuando le es fiel y obediente, y ningún espíritu inmundo y mentiroso podrá
jamás tocar a un hijo de Dios, porque este sabe que Dios tiene las riendas de todas
nuestras situaciones.
Si pasamos la noche
despiertos por la preocupación de no poder cambiar las circunstancias, entonces
derramemos nuestro corazón delante de Dios, vivamos en perfecta y completa
unión en Él, y demos gracias porque Él lleva las riendas de todo aquel que le
ama y hace su voluntad.
Por eso nuestra mayor esperanza es ver a Dios, cara a cara
Apocalipsis 22:1-5 Luego el ángel me mostró un
río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía del trono
de Dios y del Cordero. Fluía por el centro de la calle principal. A cada lado
del río crecía el árbol de la vida, el cual produce doce cosechas de fruto,* y
una cosecha nueva cada mes. Las hojas se usaban como medicina para sanar a las
naciones. Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque allí estará el
trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán. Verán su rostro y
tendrán su nombre escrito en la frente. Allí no existirá la noche —no habrá
necesidad de la luz de lámparas ni del sol —porque el Señor Dios brillará sobre
ellos. Y ellos reinarán por siempre y para siempre.
Iglesia, cuantas bendiciones
tiene Dios para sus redimidos.
Dios tiene una vida
abundante que provee todo lo necesario incluyendo la salud perpetua para sus
hijos verdaderos.
Habrá un gobierno divino perfecto y sus hijos, los
santos, le servirán con deleite.
La maldición de Dios en el
paraíso es quitada para siempre y veremos su rostro, gozando de un perfecto
compañerismo con Dios y su Hijo, el Cordero, como al principio.
Los arroyos de
consuelo terrenal no se comparan con los claros y refrescantes arroyos que nos
promete la Palabra de Dios en la eternidad, porque dan vida y preservan la vida
a todos los que gozan de ellos.
Tenga en cuenta que la
presencia de Dios en el cielo es la salud y la dicha de los santos.
Y el árbol de vida es un
símbolo de Cristo y de todas las bendiciones de su salvación.
Las hojas para
sanar las naciones significan que su favor y presencia, suplen todo el bien a
los habitantes de ese mundo.
El diablo ya no tiene poder
allí; no puede desviar a los verdaderos hijos de Dios ni puede perturbarlos en
el servicio a Dios.
La excusa del
falso cristiano, no existirá, ni permanecerá con los fieles.
Solo los
verdaderos y fieles hijos de Dios, heredaran su Reino Celestial.
Y todos
aquellos que han sido mentirosos, hipócritas y murmuradores, aunque digan
Señor, Señor, Señor, estos serán atados y arrojados al fuego eterno para que
ardan con azufre.
Pero para los verdaderos
creyentes, El servicio celestial será ahí no sólo libertad, sino honor y
dominio.
No habrá noche; ni aflicción,
ni placeres de distracción humana.
Dicho de otra
manera: Será la
plenitud completa en la presencia de nuestro Amado Salvador.
Esa plenitud debemos empezarla a vivir desde el
momento en que Cristo entra en nuestra vida sólo por la unción y el poder de Dios.
No desperdiciemos el tiempo
llenándonos de excusas, falsos testimonios, y cosas temporales.
Solo los hijos de Dios ya están empezando a disfrutar
de la eternidad, llenos y controlados por el Espíritu de Dios.
Iglesia, Caminemos siempre
en la obediencia y la fidelidad ante Dios.
Posiblemente sea la última vez que a usted se lo diga.
Pues no sabemos que nos
depara el mañana.
Pero de lo que sí sabemos es que allá afuera está
el maligno anotando y recalcando los nombres de los falsos y mentirosos
creyentes.
Solo espero que en ese libro de la muerte, no este
su nombre.
No es broma, esto
que le digo es verdad y delicado.
Por eso cuando estamos en la
presencia de Dios, su palabra es como la brisa que renueve y refresca nuestro
espíritu cada día y nos permite sentir la presencia de Dios, mientras esperamos
esa promesa donde un día le veremos cara a cara, por nuestra fidelidad y
obediencia.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers Infante
Que Dios derrame Bendiciones a mis hermanos en la fe.
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