BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 13 de octubre de 2018

DIOS SE INTERESA POR SUS HIJOS.


DIOS SE INTERESA POR SUS HIJOS.

 

Busquemos en la palabra de Dios.

Lucas 5:1-11 Cierto día, mientras Jesús predicaba en la orilla del mar de Galilea,* grandes multitudes se abalanzaban sobre él para escuchar la palabra de Dios. Jesús notó dos barcas vacías en la orilla porque los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes. Al subir a una de las barcas, Jesús le pidió a Simón,* el dueño de la barca, que la empujara al agua. Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar. —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada. Pero, si tú lo dices, echaré las redes nuevamente. Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces, ¡que comenzaron a romperse! Un grito de auxilio atrajo a los compañeros de la otra barca, y pronto las dos barcas estaban llenas de peces y a punto de hundirse. Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —Señor, por favor, aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti. Pues estaba muy asombrado por la cantidad de peces que habían sacado, al igual que los otros que estaban con él. Sus compañeros, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, también estaban asombrados. Jesús respondió a Simón: «¡No tengas miedo! ¡De ahora en adelante, pescarás personas!». Y, en cuanto llegaron a tierra firme, dejaron todo y siguieron a Jesús.

¿Alguna vez te has puesto a pensar que cuando Jesús se acercó a nosotros, quizás teníamos las mismas características de Simón?
Inestables, incrédulos, frágiles y demasiado ocupados en el mundo.

El Señor no nos buscó por nuestras habilidades y capacidades, ni por nuestra manera de pensar, lo hizo porque se interesó en nosotros.

Como Simón, de pronto estamos agotados de trabajar para resolver nuestras necesidades, cansados de tanto hacer y no alcanzar nada, frustrados de intentar una y otra vez hacer las cosas en nuestras propias fuerzas.

Así como Jesús le pidió permiso a Simón para entrar en la barca, Él también lo hizo para entrar en nuestras vidas, tocó la puerta de nuestro corazón.
Cuando le permitimos entrar, empezó a desafiarnos a hacer cosas más grandes que las que nosotros pensamos que podíamos hacer.

El Señor no quiere que nos quedemos en la orilla como el común de la gente, que se conforma con la vida que lleva, sino que lo sigamos, y boguemos mar adentro en el conocimiento profundo y extenso de su presencia, para hacer de nosotros nuevas personas.

Ya no simples Simones, sino fuertes y humildes Pedros que reconozcan que necesitan dejarse moldear por Dios.
La única forma de caminar es por fe y siguiendo las instrucciones del Maestro.
Simón dijo: —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada. Pero, si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.

Iglesia, por eso no es sólo dejarlo entrar, sino que se siente en el trono y gobierne nuestra vida.

En otras palabras: Es rendirnos totalmente a su control, de tal manera que obedezcamos su Palabra.
Con este tipo de personas es que Jesús quiere conquistar el mundo, dispuestas a abandonar todo lo que les impide seguirlo.

No tengamos temor de escuchar su llamado y hacer su voluntad.
Tenga la seguridad que si le obedecemos, nos ira bien cuando confiemos en su dirección.

Por eso cada uno de nosotros fue creado para hacer buenas obras.
Efesios 2:8-10 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.
Qué privilegio tenemos hoy que vivimos en el tiempo de la Gracia.
Dice la Biblia que Dios la preparó de antemano para nosotros los que creemos en Cristo y caminamos en obediencia.

Gocemos de esta bendición, pues antes que viniera la Gracia existió la Ley.
Tenga presente que la Ley era un pacto de obras.

La Biblia dice que bajo el pacto de la Ley, el perdón y la salvación se obtenían por medio de las obras, aunque esto era imposible para el hombre, y a no ser por la gracia de Dios aún bajo la ley, nadie hubiera sido salvo.

En la ley si obedecías recibías recompensa (bendición).
Pero si desobedecías recibías castigo (maldición).

Así que como nadie podía guardar toda la Ley, todos estaban en maldición.
Nadie podía obedecer la ley en su totalidad y si fallabas en una cosa, te hacías culpable de toda la Ley.
Esto es en contraste con la Gracia.
Porque la Gracia no es un pacto de obras sino de fe.

Leyendo su Palabra, podemos entender que la Gracia es el despliegue de Amor, Misericordia y de Perdón de Dios hacia una humanidad que no se lo merecía.

Pues Dios ofreció su perdón aún cuando estábamos muertos en delitos y pecados y nos dio vida juntamente con Cristo.
Efesios 2:1 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.
Efesios 2:5 que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)

Dios es quien toma la iniciativa salvífica, sin participación del hombre para que éste no se gloríe.

Recuerde que cuando Dios levantó y exaltó a su Hijo, demostró "la supereminente grandeza de su poder" (Ef 1:19), pero cuando nos levantó a nosotros, demostró "las abundantes riquezas de su gracia".
Efesios 1:19-23 También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales. Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no sólo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.

Hermano, nos corresponde manifestar la grandeza de lo que Dios ha hecho en nosotros por medio de la obediencia y la fidelidad, solo así haremos buenas obras.

Ya que la verdadera salvación siempre produce buenos frutos.
Así que, aunque no somos salvos por obras, sí que hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras.

Por eso Nuestro Fundamento está en la Palabra de Dios.

Efesios 2:19-22 Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. (Del Tiempo de Jesus)Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo. Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu.

El apóstol Pablo les dijo a los creyentes no judíos que aunque ellos eran extranjeros y marginados, alejados de Dios, ahora la situación ha cambiado.

Ellos ya no eran extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, de los miembros del cuerpo de Cristo, miembros de la familia de Dios.

La Biblia claramente enseña que Jesús y no Pedro es la piedra sobre la cual se construye la iglesia.
Los apóstoles y los profetas del Nuevo y Viejo Testamento, son el fundamento por medio de quienes Dios declaró la salvación y la iglesia primitiva construyó su doctrina sobre este fundamento.

Así lo reitera el Apóstol Pablo cuando les dice a los Corintios:
1Corintios 3:11-13 Pues nadie puede poner un fundamento distinto del que ya tenemos, que es Jesucristo. El que edifique sobre este fundamento podrá usar una variedad de materiales: oro, plata, joyas, madera, heno u hojarasca. Pero el día del juicio, el fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha hecho. El fuego mostrará si la obra de alguien tiene algún valor.
En el libro de Hechos, inmediatamente después de mencionar el día de Pentecostés, dice que aquellos que habían sido añadidos a la Iglesia, perseveraban en la doctrina de los apóstoles primitivos, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Ya para finalizar este mensaje, y como miembros de la familia de Dios, para quienes Jesucristo es esa Piedra Angular.
Quiero decirles que solo en Él, debemos edificar nuestras vidas, familias, iglesia y sociedad, y solo así seremos la morada de Dios.
Recuerde que adorando a Dios en Espíritu, seremos el templo del Dios viviente.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a todos mis hermanos verdaderos en la fe cristiana.

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