BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

jueves, 3 de enero de 2019

LUCHANDO POR LA BENDICIÓN.


LUCHANDO POR LA BENDICIÓN

Busquemos en la Palabra de Dios.

Salmos 73:25-26 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre. Los que lo abandonen, perecerán, porque tú destruyes a los que se alejan de ti.

Las tormentas en nuestra vida las enfrentamos mejor cuando contamos con Dios en todas las áreas de nuestra vida.
Mientras permanézcanos en comunión con él, nuestras fuerzas se renuevan y nuestra esperanza permanece firme cada día.

Por esto, Dios debe ser nuestra guía en todas nuestras decisiones, y así Dios también nos concederá los anhelos de nuestro corazón.
Es decir, las bendiciones.

De nada nos sirve tener todo lo que deseamos en la vida (dinero, títulos, carros, viajes etc.) si no tenemos a Dios en el corazón, pues es Dios el que verdaderamente nos da lo que necesitamos.

Tenga muy en cuenta que nuestra vida será completa cuando Dios ocupe el primer lugar en nuestro corazón.
Porque solo Él, es la roca de nuestro corazón y nuestra porción para siempre.
Así lo entendió claramente el salmista David, de que Dios es su mayor necesidad, y si le tiene a Él, ninguna cosa le faltaría.

Todos deberíamos exclamar a una sola voz: "Fuera de ti nada deseo en la tierra"
Esto significa que el Señor debe ocupar el lugar prioritario en nuestras vidas.
Debemos recordar que mucho más importante que las bendiciones, es el Señor de las bendiciones.

Debemos sentirnos gozosos con él, aun en situaciones de escasez material y de tribulación.
Esto es evidencia de madurez espiritual.

El Apóstol Pablo podía escribir desde la prisión en Roma a los filipenses diciéndoles con palabras de gozo.
Filipenses 4:10-13 ¡Cuánto alabo al Señor de que hayan vuelto a preocuparse por mí! Sé que siempre se han preocupado por mí, pero no tenían la oportunidad de ayudarme. No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas.

Con seguridad, todo depende del propósito de nuestro corazón.
Porque a quién tenemos sino a Dios que nos ayuda, perdona, levanta y nos sostiene.
Iglesia, nadie jamás podrá hacernos felices sino solo su Presencia, y el hacer su voluntad.

Por eso hay que luchar por las bendiciones.
Génesis 32:24-29 Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y luchó con él hasta el amanecer. Cuando el hombre vio que no ganaría el combate, tocó la cadera de Jacob y la dislocó. Luego el hombre le dijo: —¡Déjame ir, pues ya amanece! —No te dejaré ir a menos que me bendigas —le dijo Jacob. —¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre. —Jacob —contestó él. —Tu nombre ya no será Jacob —le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamado Israel,* porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. —Por favor, dime cuál es tu nombre —le dijo Jacob. —¿Por qué quieres saber mi nombre? —respondió el hombre. Entonces bendijo a Jacob allí.

Las bendiciones de Dios están a nuestro alcance, pero muchas veces tendremos que luchar por ellas.
El episodio con Jacob nos enseña que Dios nos bendecirá, si verdaderamente queremos la bendición, por tanto tenemos que estar dispuestos a luchar por ella.

Jacob huye de su hermano Esaú, quien quería matarlo porque le quitó la bendición de la primogenitura.
Este varón vivió por un tiempo con su tío Labán y Dios lo prosperó.
Pero llego el día cuando Dios le dijo que tenía que regresar a su tierra, y en obediencia a Dios, Jacob regresó a su tierra, y envió un mensaje a Esaú para informarle que estaba en camino y la respuesta fue alarmante.

Jacob tuvo gran temor, y se angustió pero esta vez no huyó, porque él confió en la promesa de Dios.
Jacob clamó a Dios, reconociendo que no era merecedor de todas las bendiciones que Dios había derramado sobre él, y solo buscaba la protección de Dios.

La oración es imprescindible para recibir la bendición, pero muchas veces cuando oramos pedimos que Él apruebe nuestra voluntad, y se nos olvida someternos a sus mandamientos.
El ser fiel y obediente es la clave para que por medio de la oración, Dios pueda bendecirnos.
Por eso la Biblia dice:
Santiago 4:1-4 ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior? Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Y, aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. ¡Adúlteros!* ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.

Tal fue la bendición a Jacob que ya no se llamaría “suplantador”, sino “Israel, o sea Dios prevalece”.
Esto nos demuestra notoriamente que Dios no mira nuestro pasado.
Dios mira lo que podemos llegar a ser.

La Palabra de Dios nos dice:
Génesis 33:3-4 Entonces Jacob se adelantó a todos ellos. Cuando se aproximó a su hermano, se inclinó hasta el suelo siete veces delante de él. Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, puso los brazos alrededor de su cuello y lo besó. Y ambos lloraron.

El encuentro con su hermano después de 20 años que Jacob tanto temía, no sucedió como él pensó, sino como Dios había planeado.

Lo que se evidencia aquí es una verdadera escena de perdón, reconciliación, y restauración de la familia.
Esto es lo que Dios busca de su pueblo; que esté dispuesto a perseverar en toda ocasión con oración y ruego, pues Dios probará nuestra fuerza espiritual.

Hermano en situaciones difíciles, no podemos desmayar, ni desanimarnos.
Tenemos que perseverar y reclamar la bendición de Dios.
Cuando le somos fiel y obedientes a Dios, lo que estamos haciendo es decirle a Dios “No te dejaré, si no me bendices” y con seguridad recibiremos bendición por nuestra obediencia.

Por eso es muy importante que vivamos como es digno del evangelio

Efesios 4:1-7 Por lo tanto, yo, prisionero por servir al Señor, les suplico que lleven una vida digna del llamado que han recibido de Dios, porque en verdad han sido llamados. Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz. Pues hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, tal como ustedes fueron llamados a una misma esperanza gloriosa para el futuro. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, y un solo Dios y Padre de todos, quien está sobre todos y en todos, y vive por medio de todos.
Efe 4:7 No obstante, él nos ha dado a cada uno de nosotros un don* especial mediante la generosidad de Cristo.
Al recibir a Cristo en el corazón nos da la potestad de ser hijos de Dios.
A la luz de esta verdad Pablo nos está haciendo el llamado a tener vidas dignas.
Necesitamos ser testimonio donde quiera que vayamos para que la gente pueda ver a Cristo resucitado en nuestras vidas.

Ahora, si queremos ser usados por el Señor, vivamos diariamente conforme a su llamado.
Es decir: De una manera que agrade a Dios.

Nuestro Señor dijo que estábamos en el mundo pero que no pertenecíamos al mundo.
El Apóstol Pablo es "un prisionero en el Señor" y nos ruega que vivamos una vida digna del evangelio.

En otras palabras, es un ruego delicado que trata de persuadirnos con amor.
Es decir: Es un llamado a vivir en un nivel acorde con la posición que tenemos en Cristo.

El apóstol Pablo dijo:
Filipenses 1:27-30 Sobre todo, deben vivir como ciudadanos del cielo, comportándose de un modo digno de la Buena Noticia acerca de Cristo. Entonces, sea que vuelva a verlos o solamente tenga noticias de ustedes, sabré que están firmes y unidos en un mismo espíritu y propósito, luchando juntos por la fe, es decir la Buena Noticia. No se dejen intimidar por sus enemigos de ninguna manera. Eso les será por señal a ellos de que serán destruidos, mientras que ustedes serán salvos, aun por Dios mismo. Pues a ustedes se les dio no sólo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él. Estamos juntos en esta lucha. Ustedes han visto mi lucha en el pasado y saben que aún no ha terminado.
Así mismo el apóstol también escribió:
Colosenses 1:9-14 Así que, desde que supimos de ustedes, no dejamos de tenerlos presentes en nuestras oraciones. Le pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual. Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto, irán creciendo a medida que aprendan a conocer a Dios más y más. También pedimos que se fortalezcan con todo el glorioso poder de Dios para que tengan toda la constancia y la paciencia que necesitan. Mi deseo es que estén llenos de alegría* y den siempre gracias al Padre. Él los hizo aptos para que participen de la herencia que pertenece a su pueblo, el cual vive en la luz. Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad* y perdonó nuestros pecados.

Iglesia, Si queremos vivir como verdaderos hijos de Dios, tenemos que hacerlo a la luz de la Palabra de Dios.
Es decir: "con toda humildad y mansedumbre".
En obediencia y fidelidad.
En otras palabras o dicho de otra manera: Con un corazón sin altivez.

Jesús se caracterizó por su humildad, amabilidad, sinceridad y benignidad de carácter.
Recordemos que dijo:
Mateo 11:27-30 »Mi Padre me ha confiado todo. Nadie conoce verdaderamente al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce verdaderamente al Padre excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo». Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».

Hay muchos creyentes en la actualidad que tienen orgullo por su raza, por su lugar de origen, por su posición y apariencia, y en realidad hasta están orgullosos de haber sido salvos por gracia.

Pero a pesar de esto, necesitamos que el Espíritu Santo controle nuestras vidas, creando en nosotros una actitud de humildad y de unidad.
Recordemos que el Señor oró por la unidad diciendo:
Juan 17:21 Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Amada iglesia, Solo el Espíritu de Dios, crea la unidad.
Todos los verdaderos creyentes en Jesús, somos uno en Cristo.

Es decir: Que somos un solo cuerpo, un solo Espíritu, una misma esperanza, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos.

Ya para terminar déjenme decirles que vivamos como es digno del Señor.
No altivos, ni mucho menos aparentando lo que no somos.
Vivamos en la verdad, porque la verdad nos hace libres.

Gracia y Paz.
Pastor y administrador, Rogers infante H.
Que Dios te bendiga.

COMO PODEMOS SER MOLDEADOS.


COMO PODEMOS SER MOLDEADOS.

Busquemos en la palabra de Dios

2Corintios 3:17-18 Pues el Señor es el Espíritu y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. Y el Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.

Apreciada iglesia, sabía usted que vamos siendo transformados gracias a la acción del Espíritu que hemos recibido.
Todo buen cristiano sabe que Dios es el único que cambia nuestra vida a través de Jesús.
Porque Jesús en nosotros logra que nos parezcamos más a Él.

Si bien la salvación es un proceso instantáneo mediante la fe en Jesucristo.
Ya que al llegar a ser maduros espiritualmente requiere un crecimiento que moldee nuestro carácter, siguiendo el ejemplo de Cristo, hasta llegar a ser semejantes a Él.

Y esto nos costará lágrimas.
Porque Jesús aprovechará cada circunstancia de nuestra vida, para moldearnos el carácter, aunque tengamos dificultades en cada una de ellas.
1Juan 3:2-6 Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga. Pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es. Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro. Todo el que peca viola la ley de Dios, porque todo pecado va en contra de la ley de Dios. Y ustedes saben que Jesús vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay pecado. Todo el que siga viviendo en él no pecará; pero todo el que sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él.

De lo que sí es seguro es que agarrados de su mano aprenderemos una lección valiosísima que reemplazará un comportamiento en la carne por un fruto del Espíritu.

El espíritu de Dios habita en nosotros cuando recibimos a Cristo.
Y se manifiesta aún más, cuando abandonamos las viejas costumbres y tradiciones mundanas.
Solo así Él se puede manifestar en nosotros.
Efesios 4:21-25 Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. Y, en cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo. Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo.
El darnos cuenta día a día qué es lo que somos verdaderamente, es un proceso que hemos recibido de parte del Señor, y que al llevarlo a la práctica se manifiesta lo verdadero.
Por eso debemos alejarnos de toda tradición mundana y costumbres que dañan el cuerpo y el alma, una vez que eliminamos al YO, podemos estar completamente seguros que atrás solo quedara lo viejo.

La clave es que comprendamos lo que ya somos.
Que podamos realmente ver nuestra verdadera identidad.
Porque solo así, podemos permitir que Dios moldee nuestro carácter, si somos obedientes y fieles a sus mandatos.

Aprovechemos entonces cada circunstancia para dejar que el Espíritu que está en nosotros vaya mostrándonos el camino paso a paso.
Y debemos abandonar para siempre toda conducta regresiva y dañina que produce el caminar cuando nos dejamos guiar por nuestra autosuficiencia.

En todo tiempo y en toda ocasión, demos gracias a Dios por cada circunstancia, y aprovechemos el tiempo para que Dios haga su obra en nosotros y seamos moldeados para llegar a ser semejantes a su hijo amado Jesús.

Filipenses 1:6 Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.

Hermanos en Cristo, Él empezó, Él terminará.
Cuando recordemos lo que éramos un tiempo atrás veremos diferencias.
Cada día se manifestará en nosotros el amor, la paz, la paciencia y todo el fruto de su Espíritu, si caminamos en la obediencia y la fidelidad.
Cuando hacemos esto, cada día dependemos más de Él en cada aspecto.

No seremos los seres independientes, que se creían sabios en su propia opinión ni entendidos en su propio entendimiento, sino que reconoceremos al Señor en todo momento, en todo lugar, en todo lo que hacemos.

No es un cambio de religión, es un cambio de pensamiento y corazón, que cortará de fondo toda raíz de pecado, aunque iniciamos como niños iremos creciendo, siendo perfeccionados hasta que se manifieste toda su gloria en nosotros.

Por medio de su Palabra, las circunstancias vividas de la mano de Dios, la oración y la meditación en su Palabra, nos irá moldeando, y no se detendrá hasta ver la obra completa, hasta el día que le veamos cara a cara.

Así que no se desanimen ni por ti mismo, ni por otro hermano que está en este proceso.
Lo que sí es seguro de que los que andamos con Jesús, estamos siendo moldeados hasta alcanzar todo el propósito que Dios ha determinado en cada uno de los que le obedecen y hacen su voluntad.
Hebreos 12:1-2 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.* Debido al gozo* que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.

 

Iglesia, andemos por fe y no por vista.

2Corintios 4:14-18 Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor Jesús,* también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante él mismo junto con ustedes. Todo esto es para beneficio de ustedes. Y, a medida que la gracia de Dios alcance a más y más personas, habrá abundante acción de gracias, y Dios recibirá más y más gloria. Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu* va renovándose cada día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.

Les diré algo, en la historia de Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Elías y de muchos hombres usados por Dios en sus propósitos, hay una característica particular que debemos aprender:
Ellos confiaron en Dios, acerca de cosas que aún no habían sido vistas.

Romanos 8:22-28 Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto. Y los creyentes también gemimos —aunque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura —porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos,* incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo. Pero, si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza). Y el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes,* en armonía con la voluntad de Dios. Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen* para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.

Estos hombres que mencionamos anteriormente y que fueron usados por Dios, Dios les declaró las cosas que habían de suceder, aunque en ese tiempo, todo a su alrededor, es decir lo que podían mirar, dijera lo contrario.

Muchas personas hoy en día, escuchan lo que se avecina de parte de Dios, me refiero al Juicio.
Pero estos muchos se hacen los de la oreja sorda, con el propósito de seguir haciendo lo contrario a la palabra de Dios.
Por eso Dios muchas veces al ver el comportamiento de estos hombres, permite que satanás los toque y es cuando llegan las desgracias a nuestra familia.
Lo triste es que estos muchos, no se arrepienten y continúan en la desobediencia.

En el tiempo de Noé, se burlaban de él, no creyeron en su testimonio para salvación de su vida.
Abraham confió en que recibiría una tierra prometida y una descendencia numerosa, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba, aunque era imposible que a su edad su esposa tuviera un hijo, él confío en esa promesa, y a su tiempo fue hecha realidad.

Todo esto sucedió, porque estos hombres tenían fe, y caminaban en obediencia y fidelidad ante Dios.
Estos hombres de Dios, no estigmatizaron el porqué, sino que simplemente obedecieron y Dios los bendigo en todo tiempo y en todo lugar.

Yo te pregunto: ¿Cómo está tu fe realmente?
Yo te pregunto: ¿Es usted un ser obediente, o simplemente habla por hablar para que otros lo escuchen?
Yo te pregunto: ¿Cómo está tu reputación ante Dios?
Yo te pregunto: ¿Es tu ofrenda mejor que la de Caín, o peor?
Analízate y observa tu caminar diariamente, porque Dios lo está haciendo en este momento con tu vida.

Hebreos 11:1-11 La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver. Por su fe, la gente de antaño gozó de una buena reputación. Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles. Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe. Fue por la fe que Enoc ascendió al cielo sin morir, «desapareció porque Dios se lo llevó»*; porque antes de ser llevado, lo conocían como una persona que agradaba a Dios. De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad. Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe. Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en tiendas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios. Fue por la fe que hasta Sara pudo tener un hijo, a pesar de ser estéril y demasiado anciana. Ella creyó* que Dios cumpliría su promesa.
Apreciados hermanos, Por la fe obedecemos cosas que incluso no vemos, pero que tenemos la certeza que van a llegar y que indefectiblemente se cumplirán.

Ya para terminar solo resta decirles que estas cosas que están escritas en la Palabra de Dios son las que debemos obedecer aunque las circunstancias externas muestren lo contrario, pues son más reales que la vida misma, por eso aguardamos con paciencia, su cumplimiento.

Aprendamos de estos hombres de fe que confiaron en Dios, que no podían mirar la promesa pero a su tiempo la recibieron.
Si confiamos en sus promesas invisibles, en el eterno poder del Señor, seremos usados para impactar a toda nuestra familia, nuestra nación y este mundo.

Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante H.
Gracia y Paz.

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