BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

lunes, 11 de agosto de 2014

CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS PARA OBTENER UN MILAGRO

CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS PARA OBTENER UN MILAGRO
Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre, y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que ahora se encuentra a la diestra del Todopoderoso, y que un día vendrá a juzgar a este mundo.
¿Cómo puedo conocer la voluntad del Señor?
Romanos 12:2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
La mejor manera de conocer la voluntad de Dios es familiarizarse con la Palabra de Dios, la Biblia.
Esto es así porque todo lo que necesitas saber sobre la voluntad divina está en su palabra.
Pero debemos aprender a escudriñar bien su palabra para que podamos ver a los falsos maestros que desean por medio de sutilezas, mostrarnos una falsa enseñanza.
Si llegamos a conocer verdaderamente la palabra de Dios, y la comprendemos, entonces podemos conocer su voluntad y obtener milagros.
Sal 119:6-9 Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos. (7) A medida que aprendo tus justas ordenanzas, te daré las gracias viviendo como debo hacerlo. (8) Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo! (9) ¿Cómo puede un joven mantenerse puro? Obedeciendo tu palabra.
Salmo 119:105 Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.

Otra forma de conocer la voluntad de Dios es por medio de la oración, momento en que entras en comunión con Él y descubres lo que le agrada.
La Biblia dice: Col 3:15 Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.

Esto significa que la paz de Dios es como un regulador, de manera que cuando violas la voluntad divina, su paz te abandona
Es decir: experimentas una efervescencia interior, e inmediatamente descubres que estás haciendo algo contra su voluntad.

Conocer la Palabra de Dios, y la paz que nace de una íntima relación con Él, es la mejor manera de saber cuál es su voluntad.
Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí.

Sin embargo, también es verdad que Dios nos muestra su voluntad de muchas otras maneras.
Lo hace por medio de consejos consagrados.
Pro 20:18 Con buenos consejos los planes tienen éxito; no entres en guerra sin consejos sabios. (19) El chismoso anda por ahí ventilando secretos, así que no andes con los que hablan de más.

Pro 24:5 Los sabios son más poderosos que los fuertes,* y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes. (6) Así que, no vayas a la guerra sin consejo sabio; la victoria depende de que tengas muchos consejeros.
También podemos discernir la voluntad de Dios en parte por las circunstancias; por medio de la voz interior del Espíritu de Dios que nos habla.

Ante todo esto, debemos comprender que Dios nos revela su voluntad de varias maneras.
Lo importante es estar seguros de que hemos puesto nuestra vida en sus manos y estamos listos a hacer lo que nos pida.
Si nos proponemos cumplir con su voluntad, sabremos cuáles son sus planes.
Por último, las personas que no son capaces de discernir las directrices positivas de Dios, les recomiendo seguir el método «negativo» de orientación.
Estos deben decir: «Padre, por encima de todo quiero hacer tu voluntad. Ayúdame a no salirme de tu plan y propósito para mi vida».
Tal forma de entrega nos garantiza su guía y un milagro de transformación plena en la gloria de Dios.
Pero para esto debemos hacernos la siguiente pregunta.
¿Qué debemos hacer para que ocurra un milagro?
Cuando estamos frente a una gran necesidad, tanto nuestra como de otros, debemos humildemente buscar la voluntad de Dios. Y preguntarle: «Padre, ¿qué te propones hacer en esta situación?»

Jesús dijo: «Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo» (Jn.5.17).
En otras palabras: Escuchó la voz del Padre, y le puso atención.

En cada circunstancia de nuestra vida, debemos agradecerle a Dios por todo, ya que si esta es su voluntad, debemos aceptarla.
Tanto en la oración, como en nuestra vida cotidiana.

Pero para esto debemos conocer la voluntad de Dios en cada situación particular y basar en ella nuestra oración.

Cuando Oramos por un milagro, esto constituye una invitación al Espíritu Santo para que se manifieste.
Si ese es su propósito, Él te lo hará saber.
De esa manera, puedes pedirle el milagro que tú desea que se lleve a cabo.

A menudo es importante utilizar alguna clave para implorar un milagro: es decir La palabra hablada.
Dios nos ha dado autoridad sobre las enfermedades, los demonios, las tormentas y las finanzas.
Mateo 10:1 Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos* y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias.

Lucas 10:19 Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. (20) Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo

A veces le pedimos a Dios que actúe, cuando, de hecho, Él nos llama a emplear su autoridad actuando por medio de declaraciones divinamente autorizadas.
Es decir que Debemos declarar esa autoridad en nombre de Jesús:
Podemos ordenar que las finanzas fluyan y se multipliquen en nuestras manos.
Podemos ordenar que la tormenta cese.
Podemos ordenar que un demonio abandone a alguien.
Podemos ordenar que una aflicción nos deje, o que una enfermedad desaparezca.
Podemos ordenar que todo espíritu de ruina salga de nuestra casa y regrese de donde salió.

Las palabras de Jesús fueron: «Cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho» (Mc 11.23).

Pero para esto debemos creer en el Hijo de Dios.
Debemos recibir a Jesucristo en nuestro corazón, como nuestro único salvador.
Debemos romper toda atadura de idolatría, mentiras, brujería, hechicería, calumnia, chismes, ruina, maldad, fornicación, adulterio, avaricia, ira, contiendas, enfermedades, aburrimientos, flojera, etc.

Una vez roto todo esto, debes entrar en la obediencia de Dios.
De esa manera debes creer en tu corazón que ya ha sido hecho, ese milagro.
Con la unción de fe que Dios te da. De esa manera proclámalo.
Pero recuerda, Los milagros nacen de la fe en el poder de Dios, no de un ritual, fórmula o fuerza de la voluntad humana.

Iglesia, Tenemos un Dios de milagros.
La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Por lo tanto, Dios hizo, hace y siempre seguirá haciendo milagros.
Usted y yo podemos vivir seguros de que nuestra vida es producto de un milagro de Dios.

Hay que despertar la esperanza en nuestras vidas.
Hay gente que vive toda su vida sin esperanza; no saben qué les va a traer el mañana, y siempre están temerosos del mañana.
Dios desea que usted viva con esperanza.
Crea que Dios va hacer ese milagro que usted espera.
Yo no sé de dónde vino esa mentalidad de decir, «no, es que yo no merezco nada.
Soy un gusano de Jacob, Dios a mí no me quiere dar nada».

¡Quítese esa mentalidad en el nombre de Jesús!
Empiece a decirse al espejo, «Yo soy hijo de Jehová de los Ejércitos, el Altísimo Dios de los cielos.
Yo tengo toda dádiva y todo don perfecto.
Mi Padre es el dueño de todo el oro, y toda la plata.
Él tiene todas las cosas bajo control.
Yo soy su hijo y voy a recibir de parte de Él todo».

Despierte, sacúdase, vístase de la esperanza que hay en usted y empiece a caminar con ella.
Esos muros que están frente a usted, están siendo derribados.
Si usted solo ve el muro, nunca va a poder ver su milagro.
Deje de ver el muro y empiece a ver al Dios que derrumba muros, el Dios de gloria y de victoria.
Empiece a ver con los ojos de su espíritu.
Empiece a ver a su familia restaurada, a sus hijos graduándose de la universidad y siendo exitosos.
¡Vea los muros derribados!

La Biblia dice en Jeremías 29, «Yo conozco los planes que tengo para ti, dice el Señor».
Dios tiene planes para nosotros.
Dios piensa en nosotros.
¿Sabía usted que Dios está pensando en usted ahora mismo? Lo cree.

Dice la Biblia que Dios tiene pensamientos de paz y no de maldad, para darle un futuro y una esperanza.
Hay una esperanza, una gloria, una victoria, un milagro esperando por usted.
Escuche esto. Tenemos un Dios de milagros. ¿Cuántos creen esto?
Yo dije, Tenemos un Dios de milagros.

Servimos a un Dios de milagros.
La Biblia dice que Dios es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Por lo tanto, si ayer hizo milagros, hoy también está haciendo milagros y siempre seguirá haciendo milagros.
Si usted permite que su fe crezca, usted va a empezar a ver milagros que lo van a sorprender.
¡Te van a sorprender!

Despierta tu esperanza.
Límpiate ese oído, abre tu mente.
Escucha esta palabra de Dios.
Para recibir un milagro, usted y yo necesitamos oír la palabra de Dios.

Dice la Biblia que la fe viene por el oír, por el oír la palabra de Dios.
Por lo tanto, mientras usted más se exponga a escuchar la palabra de Dios, más va a crecer su fe dentro de su corazón.

Es por eso que debemos afianzar nuestra fe, y obedecer la palabra de Dios.
“Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se vé”
Declara la palabra de Dios.
Usted necesita tener una palabra de Dios.

En Josué 6:2, Dios le dice al pueblo de Israel,
“Yo les he entregado la ciudad”  y Dios lo dice de tal manera, que parece ser ya un hecho.
Lo único que tenían que hacer los Israelitas era caminar creyendo.
Confiando que la palabra que Dios les había dado era una palabra cierta.

Cuando Dios le habla a usted y le dice, “Yo aumentare tus finanzas, te librare de esa enfermedad, te daré ese trabajo que anhelas, ampliare tu casa, traeré a tus hijos ante mí, te daré esa casa que anhelas, tendrás un mejor trabajo en mi obra, ensanchare esta iglesia y será la mejor, porque me manifestare en ella.”, usted puede caminar con la seguridad de que Dios nunca miente.
Dios nunca miente. Mi Dios no miente Iglesia.
Dice la Biblia que “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta”.
Lo que Él dice, lo cumple.
Lo que El empezó, lo va a terminar.
Lo que El prometió, lo va a cumplir.
Dios es un Dios que constantemente está hablando.

Usted y yo necesitamos entender eso.
Y quizás usted se pregunte, ¿cómo recibo una palabra de Dios?
¿Cómo sé si Dios me está hablando a mí o no? Es muy sencillo.
Usted y yo, muchas veces, lo único que necesitamos hacer es sintonizar el canal correcto para poder escuchar la voz de Dios.

El problema es que muchas veces tenemos nuestro sintonizador en cualquier otro canal.
Y empiezas a escuchar, las opiniones equivocadas de otras personas.
Muchas veces estamos leyendo la opinión del otro.
Muchas veces aprendemos opiniones erradas viendo a otros, o viendo la televisión.

Pero usted y yo muchas veces tenemos que apagar esas otras voces y solamente escuchar la voz del Espíritu Santo. ¿Y cómo lo hacemos?
Sintonizando su palabra.

Cuando usted y yo nos metemos en su palabra, Él nos va a hablar.
Cuando usted y yo apagamos muchas de las otras voces que están hablando, podemos entonces escuchar la voz del Espíritu Santo.

Todo es cuestión de sintonizar el canal correcto, la voz del Espíritu Santo y escuchar atentamente.
Algunos de ustedes, en este mismo momento ya escucharon una voz por parte de Dios.
Algunos ya escucharon una palabra de parte de Dios.
Dios puede hablarle a usted a través de una letra de una canción.
Dios puede hablarte a través de una oración.
Dios siempre está hablando y lo hace de muchas diferentes maneras.

Lo que tenemos que hacer es sintonizar la voz de Dios y una vez que tengamos nuestra palabra, meter esa palabra en nuestro espíritu y que nadie nos la robe.

Debemos creer con toda esperanza que Dios va a cumplir esa palabra.
Dios es el que tiene la última palabra.
Usted necesita una palabra de Dios que pueda agarrar, que pueda meter dentro de su espíritu, que la pueda masticar y digerir.

Usted, para poder recibir un milagro, necesita tener una palabra de Dios.
Por eso, lo felicito al estar aquí compartiendo directamente con nosotros.
El hecho de que usted lo esté haciendo significa que usted tiene hambre de Dios.

Esto es bueno porque la Biblia dice que los que tienen hambre y sed serán saciados.
Si usted tiene ganas de oír, ¡Dios le va a hablar a usted!

Tome la palabra de Dios como parte de su vida diaria.
Agárrese de una promesa.
Busque versículos que hablen acerca de su situación.
Recuerde que Dios ha prometido ser su paz, su proveedor, su consolador, su sanador, su restaurador, su fortaleza, su defensor y mucho más.

Iglesia, ¡Aférrese a esas promesas!
Aferrase en la palabra de Dios y usted tendrá su milagro.
El problema nuestro es que muchas veces comentamos, hablamos u opinamos tanto que la mayoría de esas veces nuestra misma opinión va en contra de lo que habla la palabra de Dios.

Cuando el pueblo de Israel estaba llegando a Jericó, Dios les dijo:
Yo les voy a entregar la ciudad y les voy a pedir que hagan ciertas cosas pero voy a querer que se me queden calladitos, nadie comente nada.

Iglesia ponga su milagro en manos de Dios, no estén hablando.
Dios les dijo: quiero que marchen alrededor de la ciudad, y los puso a marchar pero con la condición de que tenían que hacerlo en silencio.
Y el milagro se dio.

Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.

Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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