BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 19 de marzo de 2016

EFESIOS


EFESIOS

Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo el cordero inmolado que ahora está sentado a la diestra del Todopoderoso.

El  libro  de  Efesios  fue  escrito  por  el  Apóstol Pablo.
En él Pablo revela claramente  la  voluntad de Dios para nosotros en el mismo contexto de fe que el resto de sus epístolas. 
El  libro  de  Efesios  es  la  Palabra  de  Dios  que explica  cómo  aparecieron  los  hijos  de  Dios,  y  qué significa  que  la  Iglesia  de  Dios  y  Su  voluntad  se cumplan  en  la  tierra. 

La  voluntad de Dios es que todos nos convirtamos en Hijos Suyos y recibamos las bendiciones del cielo.
Hoy en día,  los  hijos de Dios que  viven  en  este  mundo  han  sido  santificados  al creer en el Evangelio y ser bautizados en el nombre de Jesús.

El libro de los Efesios es una epístola escrita por Pablo alrededor del año 62-63 d.C.
Cuando Pablo fue encarcelado en una prisión romana, conoció a Epafras y Onésimo  y  escuchó  las  noticias  sobre  la iglesia  de  Coloso.
Col 1:7 Ustedes se enteraron de la Buena Noticia por medio de Epafras, nuestro amado colaborador; él es un fiel servidor de Cristo y nos ayuda en nombre de ustedes.* (8) Nos contó del amor por los demás que el Espíritu Santo les ha dado. (9) Así que, desde que supimos de ustedes, no dejamos de tenerlos presentes en nuestras oraciones. Le pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual.

Col 4:9 También les envío a Onésimo, un fiel y amado hermano, quien es uno de ustedes. Él y Tíquico les contarán todo lo que sucede aquí.

En aquel entonces Pablo escribió muchas cartas y las envió a la Iglesia de Dios en Asia.
Aunque Pablo estaba en la cárcel, su trabajo espiritual siguió desarrollándose de manera  más  intensa,  y  escribió  las  denominadas «epístolas desde la prisión», incluyendo esta carta. 

La  iglesia de Éfeso estaba  muy unida a siervos de  Dios  como  el   Apóstol  Pablo,  Juan,  Marcos, Timoteo,   Priscila   y   Aquilas.  
Timoteo,   el   hijo espiritual de Pablo, se había quedado en la iglesia de Éfeso porque Pablo le había pedido que se quedase a alimentar al rebaño con la Palabra y a destapar a los falsos que se hacían pasar como cristianos.
1Timoteo 1:3 Cuando partí hacia Macedonia, te rogué que te quedaras ahí en Éfeso y que pararas a esas personas cuyas enseñanzas son contrarias a la verdad.

La  iglesia  de  Éfeso  fue  el  lugar  donde  Pablo había predicado tanto a judíos como gentiles desde el principio. 
La relación  entre los  santos de Éfeso y Pablo empezó cuando Pablo pasó por Éfeso y predicó allí el Evangelio durante su segundo viaje misionero.
Hch 18:19 Primero se detuvieron en el puerto de Éfeso, donde Pablo dejó a los demás. Mientras estuvo en Éfeso, fue a la sinagoga para razonar con los judíos.
En aquel entonces, aunque  Pablo  se  fue  de  Éfeso  después  de  predicar durante  poco  tiempo, la obra del Evangelio fue continuada por Priscila y Aquila, quienes se quedaron allí. 

Después Pablo se detuvo en Éfeso durante su tercer viaje y predicó a la iglesia de Éfeso durante tres años. 
Hch 19:1 Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo viajó por las regiones del interior hasta que llegó a Éfeso, en la costa, donde encontró a varios creyentes.*
Pablo  entregó  su  vida  a  este ministerio en la iglesia de Éfeso durante esos tres años,  ya  que  fue  un  ministerio  marcado  por  sus lágrimas y oraciones.
Hch 20:31 ¡Cuidado! Recuerden los tres años que pasé con ustedes —de día y de noche mi constante atención y cuidado —así como mis muchas lágrimas por cada uno de ustedes.
Al final del tercer viaje misionero de Pablo, de vuelta a Jerusalén, Pablo se reunió con los ancianos de la iglesia de Éfeso en Mileto y se despidieron con lágrimas en los ojos.
Hch 20:36 Cuando Pablo terminó de hablar, se arrodilló y oró con ellos. (37) Todos lloraban mientras lo abrazaban y le daban besos de despedida. (38) Estaban tristes principalmente porque les había dicho que nunca más volverían a verlo. Luego lo acompañaron hasta el barco.
Este fue el último encuentro entre Pablo y la iglesia de Éfeso que encontramos en el libro de Hechos de los Apóstoles. 

Cuando Pablo se presentaba, decía muy a menudo que su apostolado procedía de la voluntad de Dios.
Pablo dijo que para salvarnos del pecado según la voluntad de Dios teníamos que aceptar a Jesucristo en nuestro corazón y ser bautizados en su nombre.
Hch 2:38 Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo.
Pablo  también  dijo  que  su  ministerio  procedía  de  la voluntad  de  Dios  y  se  fundaba  en  Jesucristo, y hoy es exactamente lo que estamos haciendo nosotros como iglesia de Jesucristo.
De esa manera el Apóstol Pablo se dio cuenta de la voluntad de Dios Padre y la obra  de  salvación  perfecta  de  Jesucristo,  y  así  es como empezó a predicar el verdadero Evangelio.

Pablo  explica  la  gran  dispensación  de  Dios  Padre para la humanidad.
Efesios 1:3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.
La frase «Toda la alabanza sea» en Efesios 1, 3), NO es una frase que se utilice para referirse a seres humanos  u  otras  criaturas. 
Dicho de otra manera, solo Dios es digno de ser bendito, porque nos ha dado  Sus bendiciones   espirituales a los seres humanos a través del sacrificio que su Hijo Jesús hizo por nosotros en la cruz.

Cuando conocemos nuestra posición delante de Dios, podemos saber y comprender que los  atributos  humanos  son  siempre  egoístas. 
Pero Dios envió a su Hijo Jesús para que se sacrificara por nosotros, y por eso no  podemos  dejar  de  dar  gracias  a  Dios  Padre  y  a Jesucristo con nuestra fe.

Ahora  debemos  averiguar  qué  significa  « nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales,»  que Dios Padre ha preparado para nosotros. 
«Toda bendición espiritual en los lugares celestiales» no se refiere a bendiciones que todo el mundo  puede  recibir. 

Dios  permite  que  el  sol  brille tanto  sobre  los  buenos  como los  malos,  y  hace  que  llueva  tanto  sobre  los  que  creen  como  los  que  no creen.
Pero estas bendiciones no son «toda bendición espiritual en los lugares celestiales», que son especiales.
Es decir: « bendiciones espirituales en los lugares celestiales,» es una bendición que solo pueden recibir y disfrutar los que  han recibido la remisión de sus pecados al creer en el Evangelio de Jesucristo y se hayan bautizados en su nombre, mientras viven en este mundo.

Para nosotros Jesucristo es el Principio y el Fin, el Alfa y el Omega, el que estuvo muerto y vivo es.
Solo los que creen en el Evangelio verdadero de la palabra de Dios, pueden recibir todas las bendiciones espirituales que pertenecen al Cielo para siempre.

La Iglesia cristiana es la reunión de los fieles que creen en el plan de Dios  y en  Su  voluntad. 
Estos  creyentes  tienen  fe  en  la voluntad de Dios, por medio de Jesús.
La fe de un verdadero cristiano no es solo nuestra, sino que viene de Dios.
Es una fe en el plan de salvación preparado en Jesucristo antes de la fundación del mundo, y  que  por  tanto  nos  la  ha  dado  Dios. 

Así  que  un verdadero cristiano es una persona que, al contrario que los que creen en este  mundo,  ha recibido bendiciones espirituales  que  pertenecen al  Cielo. 
Nuestra  fe  como verdaderos cristianos, es la que está puesta en Jesucristo, quien nos ha librado de los pecados del mundo a través del Evangelio del agua y el Espíritu.

¿Cómo podemos recibir las bendiciones espirituales de nuestro Dios? 
Solo a través de Jesucristo y solo por fe podemos recibir esas bendiciones.
Efe 1:1-7 Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta al pueblo santo de Dios en Éfeso,* fieles seguidores de Cristo Jesús. (2) Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz. (3) Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. (4) Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. (5) Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. (6) De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.* (7) Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.
Solo  hay  un  intercesor entre Dios y nosotros y ese es Jesucristo.
No existe ni existirá otra persona más.
El que diga que hay otro u otra persona que intercede por nosotros, eso es blasfemo.
Porque la palabra de Dios dice bien claro:
1Tim.2:5 Pues hay sólo un Dios y sólo un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús.

Solo en Jesucristo y solo al creer en el Evangelio de Jesús y ser bautizados en su nombre, por medio del agua y el Espíritu podemos recibir las bendiciones espirituales en los lugares celestiales.

Los santos en este mundo son los que, creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, fueron bautizados en el nombre de Jesucristo.
Crucificados  con  Jesucristo  y  enterrados  y resucitados  con  Jesucristo.
Romanos 6:3-8 ¿O acaso olvidaron que, cuando fuimos unidos a Cristo en el bautismo, nos unimos a él en su muerte? (4) Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo. Y, tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva. (5) Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él. (6) Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado. (7) Pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado. (8) Y, dado que morimos con Cristo, sabemos que también viviremos con él.

Por tanto, la vida en Jesucristo no se refiere únicamente a una vida buena éticamente, sino al contrario, a una vida que alaba las bendiciones de salvación recibidas gratuitamente en Cristo.
 
En otras palabras: Son los que, a través de la palabra conocieron a Jesucristo como su Salvador y creyeron en Él, y así han recibido las bendiciones espirituales en los lugares celestiales.

Cuando pensamos en “bendiciones”, lastimosamente pensamos en primer lugar en bendiciones materiales. 
Es decir: Lo primero que nos viene a la mente es la riqueza, las grandes mansiones, el estatus social y el poder.
Sin embargo, las bendiciones de las que se habla en este pasaje no se refieren a las bendiciones de este mundo.   Las bendiciones del mundo son rudimentarias.  
Por supuesto esto no significa que los santos no tengan necesidades materiales en  este  mundo, sino que ningún santo debe tener como  prioridad  conseguir estas ganancias materiales, ni debe tener sed de ellas.

El  Espíritu Santo  nos  hace  pensar  en  los  asuntos  celestiales  en vez de en los asuntos del mundo.
Nuestra fe correcta consiste  en  creer  en  toda  la  Palabra  de  Dios, mediante el Evangelio de la palabra de Cristo,  y en querer vivir una vida que camina con el Señor. 

Recuerden   que   los   que   han   recibido   las bendiciones  espirituales  son  los  que  creen  en  el Hijo de Dios, y se han bautizados en su nombre. 

Así mismo aunque los que creemos en el Evangelio caminamos como peregrinos, nuestra ciudadanía está en  el  Cielo. 
Por lo tanto  nunca  podemos  ni debemos ser  como  este mundo,  ni  mucho menos debemos seguir  sus  ejemplos. 
Aunque  nosotros, los santos  vivimos  en  este  mundo,  debemos entender que no tenemos raíces, NI pertenecemos a este mundo.

Nuestro hogar está en el Reino de los Cielos y sus bendiciones son las bendiciones que pertenecen al Cielo.
Estas bendiciones espirituales son las bendiciones que vienen de establecer una relación correcta con Dios al creer en su Hijo Jesús.

Estas bendiciones salen de la  fe que es fundamental  para los santos que caminan como peregrinos.
Mi mayor deseo es que todos nosotros creamos en el Evangelio, que es la palabra de Dios, y  que  estemos llenos de las bendiciones espirituales que Dios nos ha dado para poder disfrutarlas. 

El plan de Dios para nosotros es tan grande que su amor y su profundidad no se pueden medir.
Cuando pensamos en el amor de Dios, no podemos evitar alabarle por Su gracia. 
La frase «toda bendición espiritual en los lugares  celestiales» implica que esas bendiciones espirituales todavía tenían que llegar al destino humano.

Pero en Efesios 1,4, Pablo explica cómo estas bendiciones espirituales se cumplieron en  Jesucristo  a través del método de la «selección de Dios». 
«Toda   bendición   espiritual   en   los   lugares celestiales»  se  puede  conseguir  para  siempre  en Cristo  solo  al  creer  en  la  Verdad  del  Evangelio.
(4) Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos.

Esto significa que la salvación es una bendición que reciben según la decisión justa de Dios los que aceptan Su benevolencia.

Los que fueron escogidos en el amor de Dios no están afectados por las situaciones del mundo.
La expresión «antes de la fundación del mundo» tiene un significado temporal, pero también revela que Dios nos escogió majestuosamente a través de Su Evangelio, por medio de Jesucristo cuando le recibimos y fuimos bautizados en su nombre.

Pablo dice claramente que  la  selección  de Dios  fue  hecha en Cristo.  
Pablo recalca esta frase, en Cristo, y afirma  en repetidas  ocasiones:
Efe 1:6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.* (7) Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. (8) Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. (9) Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. (10) Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. (11) Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios,* porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. (12) El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos —que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios.

Esto nos indica que no nos falta nada para convertirnos en hijos de Dios.
A través de estos pasajes podemos interpretar correctamente la doctrina cristiana.
La Biblia dice que los santos de Dios fueron escogidos según Su gracia en Jesucristo, incluso  antes de que este mundo fuese creado.

Esto indica que la selección de Dios fue hecha según Su justicia, Su misericordia, y el amor por su Hijo Jesús.
¿Qué mérito podríamos haber establecido antes de que el mundo fuese creado?
¿Podría alguien haber establecido algo de mérito por Dios antes de que el mundo hubiera sido creado?
Dios dice que Su selección no tuvo que ver con las obras de la humanidad, sino que Él nos escogió en Jesucristo.
Por eso no debemos jamás negar a Jesucristo, sino recibirlo en nuestro corazón.

El  plan  de  Dios  para  nosotros  es  mucho  más soberano  y  sublime  y  se  consigue  mediante  Su infinito  amor  misericordioso. 
Fue  establecido  antes de  la  creación  y  está  destinado  a  cubrir  el  universo entero  y  todo  lo  que  hay  en  él. 
El  que  Dios  nos escogiese  en  Jesucristo  significa  que, Dios  lo sabía todo sobre nosotros, nos salvó en Jesucristo por Su amor y misericordia.

La Biblia dice que todo el mundo ha pecado y por tanto todo el mundo debe ser condenado y juzgado.
Romanos 5:12 Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.
Romanos 6:23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.

El que Dios escogiese a ciertas personas para ser salvadas no puede considerarse una injusticia para los demás.
Los que no han sido escogidos por Dios son los que se han condenado a sí mismos al renunciar a creer en el  Hijo de Dios, y a seguir los placeres mundanos y la idolatría.

Aunque Dios haya impartido incondicionalmente su amor a la humanidad a través de su palabra para que todos sean salvados, Hoy en día hay personas que conscientemente sigue rechazando este amor misericordioso de Dios.

Dios Padre nos escogió en Su amor misericordioso.
Esta selección de Dios cumple la verdadera salvación para los que creen.
Jesucristo, es decir el Hijo Santo de Dios, nos ha salvado justamente de nuestros pecados a través de Su obra.
Es decir, Jesús ha borrado nuestros pecados y nos ha limpiado cuando fuimos bautizados en su nombre.

En otras palabras, a través del bautismo valioso de Jesucristo y de Su sangre derramada en la Cruz, Dios Padre ha limpiado los pecados de todos los creyentes.

Nuestra salvación está relacionada con Jesucristo.
El  objetivo principal de nuestra salvación es revelar la gloria de Dios. 
Revestirnos de la salvación de Dios y darle gracias es la mayor alabanza que le podemos ofrecer.
Pablo explica muy bien que la gloria de Dios es el principal objetivo por el que Dios nos escogió.
¡Que Dios les bendiga a todos!
Gracia y Paz.
Pastor y administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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