BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

lunes, 9 de septiembre de 2013

LOS DOS MINISTERIOS DEL PROFETA ELÍAS

Pastor y Administrador Rogers Infante.  Mensaje del domingo 8 de septiembre de 2013
Texto Bíblico 1REYES 17–18
Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, El cordero inmolado que ahora se encuentra a la diestra del Padre.
Iglesia dondequiera que una nación cae en el pecado y la idolatría, Dios envía profetas para llamarlos a que vuelvan a la verdadera fe.
El profeta Elías, no era sólo un «pronosticador»; era también un «proclamador» que anunciaba el juicio de Dios y exponía los pecados del pueblo.

Tal profeta fue Elías tisbita (nativo del pueblo de Tisbi), un hombre «sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Stg 5.17), y sin embargo con gran valor y fe.
Stg 5:17 Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio!

En estos dos capítulos vemos a Elías obedeciendo dos mandamientos del Señor: «Escóndete» y «Muéstrate».
Analicemos los dos Ministerio del Profeta Elías:

En primer lugar vemos:
El Ministerio Privado de Elías: «Escóndete» (1Reyes.17)
Lucas 4.25 nos dice que la sequía duró tres años, pero en 1 Reyes 18.1 hallamos que la competencia en el monte Carmelo se efectúa «en el tercer año».
Sin duda la sequía comenzó seis meses antes de que Elías apareciera de repente en el palacio de Acab para proclamar que la sequía duraría otros tres años.
La falta de lluvia a menudo era un castigo por los pecados del pueblo.
DeuT.11:13-17 »Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, (14) él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. (15) Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer. (16) »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del SEÑOR y sirvas y rindas culto a otros dioses. (17) Si haces eso, el enojo del SEÑOR arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el SEÑOR te da.

Acab y su malvada esposa pagana Jezabel condujeron al pueblo a la adoración de Baal, una religión tan degradante que no nos atrevemos a describirla.
Los tres años adicionales de la sequía fueron una respuesta a la oración de Elías (Stg 5.17).
Después de dar el mensaje, el profeta se retiró tres años del ministerio público y durante este tiempo el Señor en su gracia cuidó de él.
El siervo obediente siempre puede depender del cuidado fiel de su Maestro.
Nótense las tres disciplinas que Elías experimentó:

1. El arroyo seco (vv. 2–7).
Dios le dijo a Elías exactamente a dónde ir y qué hacer.
Prov.3:5-6 Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. (6) Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
Dios retiró de Israel el ministerio de Elías como otro castigo por sus pecados
Sal 74:7-9 Redujeron tu santuario a cenizas; profanaron el lugar que lleva tu nombre. (8) Luego pensaron: «¡Destruyamos todo!». Entonces quemaron por completo todos los lugares de adoración a Dios. (9) Ya no vemos tus señales milagrosas; ya no hay más profetas, y nadie puede decirnos cuándo acabará todo esto.

El Señor le permitió a Elías, beber del arroyo y todos los días le proveía de pan y carne entregados por los cuervos.
El cuervo es la primera ave mencionada en la Biblia (Gn.8.7); era un ave inmunda y sin embargo Dios la usó para ayudar a su siervo.

Observe que mientras el Profeta Elías disfrutaba de pan, agua y carne en el lugar designado por Dios, los cien profetas escondidos en cuevas (18.4) tuvieron que conformarse sólo con pan y agua.
1Reyes.18:4 Cierta vez, cuando Jezabel intentaba matar a todos los profetas del SEÑOR, Abdías escondió a cien de ellos en dos cuevas; metió a cincuenta profetas en cada cueva y les dio comida y agua).
Pero llegó el día cuando el arroyo se secó.
¿Quería esto decir que Elías había pecado o que estaba fuera de la voluntad de Dios? ¡No!
Sencillamente significaba que Dios tenía otro lugar para él y era un recordatorio a Elías de que confiara en el Señor y no en el arroyo.

2. La vasija vacía (vv. 8–16).
La Palabra de Dios siempre guía al siervo de Dios a un tiempo de prueba.
Pero qué extraño mandamiento: «Vete a territorio gentil en donde una viuda te alimentará».
Lucas 4.22–26. Todos hablaban bien de él y estaban asombrados de la gracia con la que salían las palabras de su boca. «¿Cómo puede ser? —preguntaban —. ¿No es éste el hijo de José?». (23) Entonces Jesús les dijo: «Seguramente ustedes me citarán el proverbio que dice: “Médico, cúrate a ti mismo” para decirme: “Haz milagros aquí en tu propio pueblo como los que hiciste en Capernaúm.” (24) Pero les digo la verdad, ningún profeta es aceptado en su propio pueblo. (25) »Sin duda había muchas viudas necesitadas en Israel en el tiempo de Elías, cuando los cielos se cerraron por tres años y medio y un hambre terrible devastó la tierra. (26) Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de ellas. En cambio, lo enviaron a una extranjera, a una viuda de Sarepta en la tierra de Sidón.

«Sarepta» significa «refinamiento»; y Dios sin duda ponía a su siervo en el horno.
Imagínese los sentimientos de Elías cuando descubrió cuán pobre era la viuda y ella estaba a punto de preparar su última comida.
Pero los mandamientos de Dios nunca son errados; porque cuando la viuda puso a Dios primero (al obedecer los mandamientos de Elías), Dios proveyó para ella, su hijo y su huésped.
Nótese en el versículo 14 que Elías honró al Señor Dios de Israel ante esta mujer gentil.
Todo lo que Dios pide es que le demos lo que tenemos y Él se encargará del resto.
Él puede alimentar a miles con sólo unos pocos panecillos y pescados.

3. El muchacho muerto (vv. 17–24).
El arroyo seco fue la prueba para Elías; la muerte del muchacho fue la prueba para la viuda.
Por lo general, a las grandes bendiciones de Dios le siguen grandes pruebas.
Es desafortunado que la fe de la viuda fallara, como se indica en el versículo 18;
Hoy en día muchos creen en Dios, pero su fe no les alcanza para que sus oraciones tengan efecto.
Sal 119:75 SEÑOR, sé que tus ordenanzas son justas; me disciplinaste porque lo necesitaba.
1Sam.3:18 Entonces Samuel le contó todo a Elí; no le ocultó nada. —Es la voluntad del SEÑOR —respondió Elí—. Que él haga lo que mejor le parezca.
Estas son la manera correcta de reaccionar a la desilusión y las pruebas.

«Dame acá tu hijo» es la respuesta de Elías,
Porque sabía que Dios podía devolver al muchacho la vida.
Este es el primer ejemplo de resurrección en la Biblia.
El profeta llevó el cadáver a su habitación privada (una en el terrado) y allí oró a Dios por la vida del muchacho.
Nótese que agonizaba por el joven e incluso tendió su cuerpo sobre el cadáver.
Qué ejemplo para nosotros hoy, los que procuramos «levantar a los muertos» espirituales.
El milagro produjo un testimonio de fe de parte de la mujer.

En segundom lugar vemos:
El Ministerio Público de Elías: «Muéstrate» (1Reyes.18)
Después de la preparación y la prueba en privado, el profeta ahora está listo para su ministerio público, así que Dios le ordena que vaya a ver al malvado rey Acab (véase 16.33).
Debemos admirar la paciencia de Elías al esperar tres años para predicar un sermón.
Primeros veamos a:


A. Elías y Abdías (1Reyes.18:1–16).
Abdías es un cuadro del creyente que hace componendas, es decir una persona que (Todo lo hace incompleto y aparenta ser lo que no es)  y su vida está en contraste directo con la de Elías, quien servía al Señor públicamente y sin temor.
Abdías servía a Acab (vv. 7–8) y trataba de servir a Jehová en secreto (vv. 3–4).
Muchos quieren hacerles creer a los demás que le sirven a Dios en secreto.

Elías estaba «fuera del campamento» (Heb.13.13);
Abdías estaba dentro del palacio.
Elías conocía la voluntad de Dios;
Abdías no sabía lo que pasaba.
Mientras que Elías se esforzaba por salvar a la nación,
Abdías buscaba pasto para salvar los caballos y las mulas.

Cuando Elías confrontó a Abdías, el atemorizado siervo no confió en el profeta.
Y nótese que Abdías tuvo que «jactarse» de su servicio secreto para impresionar a Elías con su devoción (v. 13).
Es triste, ¡pero tenemos demasiados Abdías en la iglesia en estos días y muy pocos Elías!

B. Elías y Baal (vv. 17–29).
El profeta no tuvo miedo de enfrentarse al rey Acab; ni tampoco tuvo miedo de decir la verdad.
El malo siempre culpa al creyente por sus problemas y los problemas del mundo;
Nunca piensa en culpar sus pecados.
La competencia no era entre Elías y Acab. Era entre Dios y Baal.
La nación estaba «claudicando entre dos caminos» y era tiempo de tomar una decisión, es decir que el pueblo no respondió a pesar de confrontar sus pecados. (v.21).
Éxo 32:26 Así que se paró a la entrada del campamento y gritó: «Todos los que estén de parte del SEÑOR, vengan aquí y únanse a mí». Y todos los levitas se juntaron alrededor de él.

Josué 24:15 Pero si te niegas a servir al SEÑOR, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al SEÑOR.

Mat 12:30 »El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.

Elías pidió una situación imposible: que el verdadero Dios contestaría por fuego.
Por supuesto, sabía que a menudo Dios había «contestado por fuego» en años pasados (Lv.9.24; 1Cr.21.26).
Lev 9:24 Un fuego ardiente salió de la presencia del SEÑOR y consumió la ofrenda quemada y la grasa que estaba sobre el altar. Cuando los israelitas lo vieron, gritaron de alegría y se postraron rostro en tierra.

Cuando el siervo de Dios obedece y confía en la Palabra de Dios, no necesita temer el fracaso.
Por supuesto, Baal no podía contestar por fuego porque Baal no existe.

Satanás podía haber enviado fuego para engañar a la gente (Job.1.16; Ap.13.13), pero Dios no lo permitiría.
Elías se burlaba de los profetas de Baal: «El que mora en los cielos se reirá» (Sal 2.4).
Es asombroso hasta qué perversos extremos van los paganos tratando de conseguir que sus falsos dioses contesten sus oraciones.
Mire el Salmo 115.
Cuando llegó el momento del sacrificio de la tarde (las tres de la tarde), era obvio que Baal era un dios falso y no podía contestar.

C. Elías e Israel (vv. 30–46).
Dejar al descubierto la necedad y pecado de la adoración de Baal no fue sino la mitad de la tarea de Elías para ese día.
Era más importante traer a la nación de nuevo a la verdadera adoración a Jehová.
Elías no trataba sólo de reformar al pueblo; quería también avivarlo.

Primero, reparó el altar que el pueblo dejó que se destruyera.
Este es el primer paso para la bendición: Reparar el altar personal de devoción, el altar familiar, el altar del sacrificio y la comunión con Dios.

Al usar doce piedras Elías le recordó a la nación su unidad, porque durante muchos años la nación había estado dividida.
Para hacer imposible que alguien prendiera fuego, Elías hizo vaciar cuatro cántaros de agua tres veces sobre la madera y el sacrificio, lo cual sería doce cántaros de agua.

El profeta hizo una oración poderosa de fe y el fuego de Dios consumió la madera, el sacrificio, el agua y el altar.
Pero Elías todavía tenía trabajo que hacer.
Para empezar, los falsos profetas (850 de ellos, v. 19) tenían que ser degollados; véase Deut.13.1–5.
Deut.13:1-5 * »Supongamos que, en medio de ti, hay profetas o aquellos que tienen sueños sobre el futuro, y te prometen señales o milagros, (2) y resulta que esas señales o milagros se cumplen. Si de pronto ellos dicen: “Ven, rindamos culto a otros dioses” —dioses que hasta entonces no conocías— (3) no los escuches. El SEÑOR tu Dios te está probando para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma. (4) Sirve sólo al SEÑOR tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él. (5) Los falsos profetas o los soñadores que traten de descarriarte serán ejecutados, porque fomentan la rebelión contra el SEÑOR tu Dios, quien te libertó de la esclavitud y te sacó de la tierra de Egipto. Ya que tratan de desviarte del camino que el SEÑOR tu Dios te ordenó que siguieras, tendrás que quitarles la vida. De esa manera, eliminarás la maldad que hay en medio de ti.

No es suficiente que reconozcamos que «Jehová es el Dios» (v. 39); también debemos detestar lo que es malo y eliminarlo de nuestras vidas.
El juicio siempre prepara el camino para la bendición.
Entonces el profeta le dijo al rey que regresara a su casa, porque la lluvia se acercaba.
Baal era el «dios de la lluvia», pero no podía enviar fuego ni hacer llover.

Al emprender el rey su camino, Elías empezó a orar por lluvia de la misma manera en que tres años antes oró por la sequía (Stg 5.17).
Sabía cómo velar y orar (Col 4.2), y sabía cómo persistir en la oración hasta que Dios enviara respuesta.
Dios no envía lluvias de bendición sino hasta que el pecado se ha juzgado.
Antes que pasara mucho tiempo el cielo se oscureció con nubes, el viento empezó a soplar y las lluvias cayeron.
Dios le dio a Elías fuerza sobrehumana para correr delante del rey y su carro hasta Jezreel.

Lo que hacemos con Dios en privado es mucho más importante de lo que hacemos por Dios en público.   ---Nuestra vida oculta nos prepara para nuestra vida pública.
A menos que estemos dispuestos a atravesar tales disciplinas como: El arroyo seco, La vasija vacía y El muchacho muerto, nunca tendremos las victorias del monte Carmelo.

Dice la palabra de Dios:
Job 15:5-6 Tus pecados le dicen a tu boca qué decir, y tus palabras se basan en el astuto engaño. (6) Tu propia boca te condena, no yo; tus propios labios testifican contra ti.
(Is 40.31).«Los que esperan a Jehová tendrá nuevas fuerzas»

Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers Infante.

Min. Inter. Iglesia Cristiana Palabra y amor.

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