BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

viernes, 16 de mayo de 2014

Como Escuchar la Voz de Dios

Como Escuchar la Voz de Dios y Permitir que su Poder de lo Alto obre en cada uno de nosotros.

Gracia y paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre, el Todopoderoso, y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo idolatra.

Antes de iniciar este mensaje me gustaría que usted declare conmigo, para sí mismo lo siguiente.
“YO VINE, PARA ALABAR AL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
YO NO HE VENIDO, A SER UN ESPECTADOR, NI MUCHO MENOS A CRITICAR A MI HERMANO.
YO VINE HACER PARTICIPE DE LO QUE DIOS ESTA HACIENDO, EN ESTE MOMENTO, EN MI VIDA.
YO VINE PARA ENTREGAR MI CORAZON, MI MENTE Y MI BOCA, AL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
YO ESTOY AQUÍ, NO POR CASUALIDAD.
YO ESTOY AQUÍ, PORQUE DIOS TIENE UN PROPOSITO EN MI VIDA, Y LAS VENTANAS DE LOS CIELOS SE ABRIRAN EN MI VIDA PARA QUE LA BENDICION SOBREABUNDE EN MI CASA.
YO VINE PORQUE SOY UN HIJO DE DIOS.  ALELUYA.”
Quiero iniciar este mensaje, refiriendo lo siguiente:
Una vez estaba tratando de hablar con mi madre por teléfono, ya que ella vive en otra ciudad.
Y en el momento en que estábamos hablando, nos dimos cuenta de que había algunas interferencias que producían ruido, impidiendo así la comunicación.
Nos dispusimos a identificar las interferencias y corregirlas, hasta que logramos escucharnos perfectamente.
De esa manera pudimos establecer una conversación amena y provechosa de madre a hijo.

Así también, la oración es una comunicación con Dios.
Por medio de la oración, podemos expresar nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades a nuestro Padre celestial.
De la misma manera también podemos escuchar su respuesta.
Pero hay actitudes que nos impiden la comunicación.
¿Qué acciones y actitudes debemos cultivar para evitar que nuestras oraciones tengan impedimento?

Veamos en esta primera parte 5 aspectos muy importantes para el cristiano.
Para Escuchar la voz de Dios debemos:
Disponernos para Orar con fe.
El mayor impedimento a la oración es el creer que Dios no nos escucha.
Algunas personas piensan que Dios sólo escucha a las personas “religiosas” o a los líderes.

Dios escucha a todo el que se acerca a Él con fe y camina en su obediencia.
Si le falta fe, pídasela y Él se la concederá.
Stg 1:6 Pero, cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios. Y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro.  En Hebreos 11 encontramos:
Heb 11:6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.

Para Escuchar la voz de Dios debemos: Cultivar la humildad.
El orgullo nos impide escuchar la voz de Dios.
Jesús narra la historia de dos personajes que fueron al templo a orar.
El fariseo oraba diciendo:
“Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros. . . ayuno
Dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”.

En cambio, el publicano “no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador”.
Dios escuchó y respondió la oración del publicano.
Jesús explicó que el que “se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”
Esta parábola la podemos encontrar en (Lucas 18:9–14).

Nosotros debemos acercarnos al Señor humildemente.
Él ve la sinceridad de nuestro corazón y dará la respuesta perfecta a nuestra oración.

Para Escuchar la voz de Dios debemos: Usar palabras sencillas.
Algunos no se atreven a orar porque no pueden expresar las palabras poéticas o hermosas que usan otras personas.
El Señor escucha y responde la oración que sale del corazón.
Si usted es un verdadero cristiano, exprésele sus pensamientos y sentimientos honestamente.
La palabra de Dios dice: “Clama a mí, y yo te responderé” (Jeremías 33:3).
Jeremías 33:3 pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir. (NTV)

Para Escuchar la voz de Dios debemos: Orar, no importando el tiempo.
Una mentira del enemigo es que si no tenemos suficiente tiempo para dedicarnos a la oración, no debemos orar.
Jesús, nuestro modelo de oración, en algunas ocasiones hizo oraciones largas como la que aparece en Juan 17, y en otros versículos.
En otros momentos hizo oraciones cortas como:
Juan 11:41-42 Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído. (42) Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste»
Pablo nos exhorta a orar sin cesar.
1Ts 5:17 Nunca dejen de orar.
O sea, que debemos aprovechar todo tiempo, corto o largo, para orar.
En otras palabras es mantener una actitud constante de hablar y escuchar al Padre Celestial.

Para Escuchar la voz de Dios debemos: Disponernos espiritualmente, asi escucharemos su voz.
Evitemos la costumbre de orar sólo para pedirle a Dios lo que necesitamos.
Si es verdad que tenemos necesidad, y eso Dios lo sabe.
Y debemos pedirle, pero no nos volvamos uno casete de repetición constante.
La oración debe ser para adorar y agradecer al Señor sus bendiciones.
También debemos confesarle nuestros pecados, de esa manera va generando una comunión abierta que cada día nos acerca más a Él.

En esos momentos de adoración, nuestro espíritu se sensibiliza para escuchar la voz de Dios.
Dios siempre responde nuestras oraciones.
Algunas veces nos dice “sí”;
Otras veces dice “no”, Porque sabe que no nos conviene;
Otras veces dice “espera”, hasta que estemos preparados para recibir la respuesta.

¿Qué es lo que le impide a usted hablarle a Dios o escuchar su respuesta?
Dispóngase a quitar ese impedimento para que disfrute la maravillosa bendición de comunicarse con su Señor.
Esos impedimentos pueden ser: odio, ira, rencor, celos, engaño, mentiras, etc.
Esta clase de pecado impide que escuchemos la voz de Dios.

Como segunda medida Permitamos que el Espíritu Santo obre en nosotros
Dice la palabra de Dios:
Gálata 5:22 Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, (23) humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!.
La obra natural del Espíritu Santo en nosotros es concedernos el fruto del Espíritu.
Las cualidades de este fruto son rasgos del carácter de Cristo.
Cuando dejamos que el Señor nos controle, el Espíritu Santo obra en nosotros como resultado de nuestra sumisión.
Este fruto sólo se puede producir con la ayuda del Señor.
No por nuestra propia cuenta.
En Juan 15:4–5 Jesús dice: Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí. (5) »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.
No es cuestión de cuánto, del Espíritu Santo tenemos nosotros,
Sino cuánto de nosotros tienen realmente al Espíritu Santo.
Permanecer en Cristo no sólo significa creer en Él, sino también recibirlo como Salvador y Señor de nuestra vida.
Requiere una relación íntima y una entrega completa.
Ahora nos podemos hacernos esta pregunta:
¿Qué debemos hacer para permitir que el Espíritu reine más poderosamente en nuestra vida?

Veamos tres aspectos muy importantes:
Primeramente Vivir para Dios en obediencia.
Muchos creen en Dios, pero no creen a Dios.
Creer que Dios existe no es suficiente.
Debemos creer que Dios es capaz de transformar nuestras vidas.
Necesitamos depositar en sus manos cada rincón de nuestra vida: Pensamientos, Emociones, Sinceridad, Responsabilidad, Obediencia, Firmeza y Voluntad.
No permitamos que nada ni nadie nos controlen o nos distraigan.

¿Qué debemos hacer para permitir que el Espíritu reine más poderosamente en nuestra vida?
Segundo Vivir en Cristo y seguir sus enseñanzas.
Es colocar a Jesús en el centro de nuestro corazón.
El Apóstol Pablo dijo:
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Cuando nos entregamos a Cristo, Dios nos ve como si hubiéramos muerto con Cristo, porque en realidad nuestros pecados murieron con Él.
Si Jesús es el centro de su vida, nadie más ocupa ese espacio.

¿Qué debemos hacer para permitir que el Espíritu reine más poderosamente en nuestra vida?
Cumpliendo el primer y segundo paso Debemos posteriormente Vivir por el Espíritu.
El fruto del Espíritu no se limita solamente a ganar almas; también se refiere al fortalecimiento espiritual
Efesios 3:16-20 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. (17) Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. (18) Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. (19) Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. (20) Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.

Tal como el amor de Dios es total y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, nuestra entrega a Dios debe ser total.

Para estar llenos del Espíritu Santo, no debemos guardar absolutamente nada en ningún rincón de nuestro ser, es decir no debemos tener ningún secreto para Dios.
En otras palabras debemos arrepentirnos todos los días, por nuestra forma de ser y los pensamientos que llegan a nuestra mente.
De esa forma, podemos dejar que Dios nos gobierne.

Escuche esta historia: Una señora fue detenida por pronunciar palabras ofensivas y amenazar al conductor de un auto que le precedía. ---Unas horas más tarde el oficial que la detuvo le pidió excusas. ---Había notado que ella tenía en su carro varias calcomanías con versículos bíblicos y un pequeño pez, Símbolo del cristianismo, pero al verla en tan mala actitud la detuvo porque pensó que el carro era robado. 
----Cuando usted planta un árbol de manzanas, no espera que produzca peras.
Tampoco Dios espera que produzcamos otro fruto que no sean los rasgos del carácter de Cristo.
Aunque no entendamos cómo obra Dios, sabemos que Él obra.

¿Quiere experimentar el poder del Espíritu Santo?
Sométase, déjelo obrar en tu vida y se sorprenderá de los resultados.

Gracia y paz
Pastor y Administrador, Rogers Infante

Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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