BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 8 de abril de 2017

LA DEPRESION Y SU SOLUCION

LA DEPRESION Y SU SOLUCION

¿Qué nos enseña la Palabra de Dios sobre la depresión?
Cuando analizamos exegéticamente un texto bíblico, podemos ver que dentro de sus palabras arroja mucha luz, y en especial mucho consuelo, a los que sufren una depresión.

Al ver la biografía de los patriarcas bíblicos, es difícil encontrar en toda la Biblia un solo personaje que no haya atravesado la angostura del valle o la oscuridad del túnel de la depresión.

A unos los encontramos en forma de depresión, tales como: Elías 1R.19:1-18 y Jeremías.20.
Otras veces en forma de duda (Habacuc, Juan el Bautista).
Y otros casi siempre con profundas experiencias de soledad y frustración (David, Pablo).

Al descubrir esta larga lista de personajes bíblicos de la fe pasando por duras pruebas emocionales, nuestros ojos se abren a una conclusión realista: estos hombres y mujeres fueron gigantes en la fe, sí, pero también hombres de carne y hueso.
Es decir hombres sujetos a pasiones y sufrimientos, semejantes a las nuestras.
Santiago 5:17 Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio!

Y ello es así porque Dios, en su soberanía misteriosa, se vale de vasos de barro y no de oro, vasijas frágiles, por cuanto «el poder de Dios se perfecciona en la debilidad.
Dijo el Apóstol Pablo:
2Corintios 12:9-10 Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Dios permite sombras en sus mejores instrumentos para que solo su nombre resplandezca. La depresión se presenta, por tanto, con mucha naturalidad en la Biblia.

Veamos a Moisés.
Y analicemos en detalle una de las crisis más destacadas de Moisés, el hombre escogido por Dios para ser guía del pueblo de Israel.
Este gran hombre de fe, un verdadero modelo de quien se dice que experimentó la depresión con gran intensidad hasta el punto de querer morir.
Cansado de la desobediencia y las quejas constantes del pueblo, abrumado por el peso de la responsabilidad, sintiéndose muy solo y agotado, su espíritu desfallece.
Números 11:11-15 y le dijo al SEÑOR: —¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten misericordia de mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo? ¿Acaso yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que juraste dar a sus antepasados? ¿De dónde se supone que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo: “¡Danos carne para comer!”. ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada! Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!

Este versículo es muy significativo para definir la depresión.
En primer lugar, Qué es lo que le pasaba a Moisés, ya que los síntomas de su depresión son frecuentes.
En una etapa inicial Moisés interpela a Dios y parece que le pide cuentas por su forma de actuar, incluso le reprocha que le llamara a esta tarea.

Abundan los «por qué» que reflejan la protesta y la confusión del gran líder.
Hasta cinco preguntas le formula Moisés a Dios.
Preguntas con un contenido netamente depresivo.
Observemos cómo se siente perjudicado y maltratado.
Esto son los pasos que presentan los sentimientos típicos de la depresión cuando la mente distorsiona los hechos, tal como veremos después, y ve la realidad mucho peor de lo que es.

La forma como se expresó Moisés, indica que este hombre de Dios, necesita vaciar libremente todo lo que hay en su corazón. 
Es como una descarga del peso que le oprime.
Moisés no puede contenerse.
Necesita vaciar el enojo y la frustración contenidos en su corazón.
Las palabras de Moisés, y sobre todo su forma y tono, revelan irritabilidad.
Este es otro síntoma habitual en la depresión.

Es llamativo que Moisés, es considerado «el hombre más humilde de toda la tierra» llegue a este extremo de irritabilidad.
Números 12:3 (Ahora bien, Moisés era muy humilde, más que cualquier otra persona en la tierra).

Sus palabras duras, casi agresivas, contra el pueblo, nos revelan a un hombre cansado, decepcionado, sin fuerzas para seguir adelante.

La descarga de Moisés llega a su máxima intensidad cuando dice:
Números 11:12 ¿Acaso yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que juraste dar a sus antepasados?

Apreciados hermanos, Moisés deja en ese momento el deseo de abandonarlo todo.
Hoy diríamos que le presenta su dimisión a Dios.
Sin embargo en el versículo siguiente la descarga emocional empieza a dar sus frutos y ya es capaz de articular una queja más razonada y concreta: 
Números 11:13 ¿De dónde se supone que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo: “¡Danos carne para comer!”.

Observamos, por tanto, cómo Moisés tiene una gran necesidad de vaciar su corazón, y lo más importante, presentarle a Dios sus cargas.
No podemos, sin embargo, omitir un hecho importante.
Moisés le eleva una queja a Dios, porque este hombre le ha sido fiel y obediente a Dios en todo.
En otras palabras: Moisés siempre le fue obediente a Dios.
Tenga muy en cuenta que Moisés no se queja de o contra Dios, sino a Dios.

Aun en medio de su depresión, le habla a Dios desde una posición de sumisión y lealtad.
No es pecado decirle a Dios cómo nos sentimos, aunque nuestra protesta sea tan enérgica como la de Moisés.
El pecado radica más bien en la amargura de corazón acumulada tras meses o años de silencio.
Silenciar nuestras cargas y dudas es un excelente caldo de cultivo para las crisis de fe.

Otro síntoma típico de la depresión son los pensamientos distorsionados.
La manera de razonar, sentir y percibir la realidad se altera profundamente en el sentido de verlo todo desde una óptica pesimista y sin esperanza.
Estos pensamientos negativos son característicos de la depresión y los vemos con gran claridad en este pasaje.
Moisés, confundido por su visión depresiva, erraba en su valoración de Dios y en la evaluación de su trabajo.
En cuanto a Dios, pensaba que le había abandonado e incluso que quería perjudicarle.
En cuanto a sí mismo, se sentía un fracasado.
La crisis va in crescendo hasta culminar con la idea de muerte:
Números 11:15 Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!
Es un proceso que tiene su lógica.
Las ideas de fracaso, de inutilidad e incluso de culpa injustificada llevan a Moisés a sentirse como en un callejón sin salida en el que sólo la muerte parece una liberación.

Observe primero, Moisés dirigió su hostilidad.
Es decir su queja contra Dios; luego, contra el pueblo, y termina contra sí mismo.
Dicho de otra manera: La tensión se había hecho insoportable.
Moisés había perdido su autoestima, y fue víctima clave en toda depresión.
Una persona en ese estado, conlleva a la pérdida de toda esperanza.

Ante esta situación la única salida que ve este patriarca amigo de Dios, es la muerte.
Puesto que no hay luz por ninguna parte, lo mejor es desaparecer.
Moisés no veía ninguna salida a su túnel.

Algunas personas con depresión grave pueden tener una experiencia similar a la de Moisés en cuanto al deseo de morirse.
No olvidemos, en estos casos, que las ideas de suicidio en la depresión son la consecuencia de una mente que anda enferma, una mente incapaz de pensar nada positivo.

En este punto empezamos a entender que la depresión es, muchas veces, una verdadera enfermedad que afecta a la mente, los sentimientos e incluso la voluntad de física de la persona.

Escuche, la descarga emocional, el abrirle su corazón a Dios sin reservas, le da a Moisés luz en cuanto a su problema.
Es decir: El hombre confundido de la primera etapa está ahora en condiciones de ver su situación con más claridad.
Hasta el punto que él mismo llega a ver la causa de su depresión:
Números 11:14 ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada!

Este punto es muy importante, ya que una vez que identificamos la causa de nuestra depresión, podemos salir de esta.
El contexto anterior Números 11:1-10- nos ayuda a entender la razones de su agotamiento.

Tenga muy presente que las repetidas quejas del pueblo, murmurando sin cesar, habían llegado a agotar la paciencia de Dios mismo.
Números 11:10 Entonces Moisés escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de sus carpas y el SEÑOR se enfureció. Moisés también estaba muy molesto,

Lo que estamos viendo aquí es la tremenda tensión emocional de Moisés que acaba por minar su resistencia física.
En otras palabras: Estamos ante una clara depresión por agotamiento.

Ahí tenemos, deprimido y sin esperanza, al siervo a quien Dios había confiado una misión muy especial.
Su misión consistía en conducir al pueblo por el desierto, un desierto tan literal como metafórico.
La desobediencia del pueblo había agotado la paciencia y la capacidad de resistencia de Moisés hasta llevarle a una depresión profunda.

Pero veamos ahora la respuesta de Dios.
Estando en este punto debemos examinar un aspecto crucial del pasaje que es también clave para un adecuado tratamiento del deprimido.
Nos preguntamos: ¿Cómo actúa Dios en una persona depresiva?
De inmediato veamos la respuesta que Dios le da a Moisés:
Números 11:16-17 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —Reúne delante de mí a setenta hombres que sean reconocidos como ancianos y jefes de Israel. Llévalos al tabernáculo* para que permanezcan junto a ti. Yo descenderé y allí hablaré contigo. Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.
Iglesia, en el momento más necesario, cuando Moisés no puede más y desea la muerte, surge la palabra balsámica del médico supremo.
Y es la misma palabra que Dios nos dice cuando estamos cansados.
Lo triste es que algunos no la escuchan, sino que prefieren escuchar al mundo.

Dios sabía bien la causa del estado de Moisés y la respuesta viene de la manera más adecuada.
En la forma en que Dios actúa en nosotros, siempre veremos una salida.

Dios no censura a Moisés por su depresión ni le trata ásperamente.
Observe que ni una sola palabra de reproche sale de la boca del Señor.
Lo que vemos es que la comprensión sustituye a la reprensión.

Dios se nos presenta como maestro de la simpatía hacia el atribulado.
Lo que menos necesitaba Moisés en aquel momento eran palabras de reproche.
A nosotros, humanamente, nos podría parecer que Moisés merecía algún tipo de corrección.
Pero el «Señor es lento para la ira y grande en misericordia.
Salmos 86:15 Pero tú, oh Señor, eres Dios de compasión y misericordia, lento para enojarse y lleno de amor inagotable y fidelidad.

Esta respuesta de Dios constituye una iluminadora advertencia para los que se apresuran a emitir juicios condenatorios o gestos de desaprobación cuando ven a un hermano como caña cascada o vela que humea.
Isaías 42:3 No aplastará a la caña más débil, ni apagará una vela que titila. Les hará justicia a todos los agraviados.

Si queremos parecernos a nuestro Maestro, haremos bien en imitarle.
Deje de estar imitando al mundo, e imite mejor a Dios.
Imítelo con la misericordia, la comprensión y la simpatía, ya que estas tres deben abundar mucho más que el juicio severo, la reprensión o la condenación hacia el que sufre.

Tenga muy en cuenta que Dios siempre nos provee de una salida.
La respuesta de Dios no se limita a comprender a su siervo deprimido, sino que es sumamente práctica.  Y moisés escucho a Dios.

Ese es el punto clave en todo.
Hay creyentes que les gusta ofender, maltratar, calumniar a sus líderes, pero cuando este intenta romper esa franja negativa de estos creyentes, estos no escuchan, sino que se esconden para seguir blasfemando.

Moisés escucho y obedeció.
Y Dios le proporciona la ayuda más asequible para que Moisés pueda salir de la depresión.
El estado emocional de Moisés era muy parecido a una ciudad asediada por el enemigo.
Lo más urgente es encontrar una salida que alivie este cerco.
Pero la persona debe estar dispuesta a escuchar. Moisés lo hizo.
Ahora, observemos que Dios no le da una solución instantánea a Moisés, para que el problema desaparezca de forma mágica. 
No olvidemos que la palabra solución no aparece en la Biblia ni una sola vez.
En cambio sí se nos promete lo que dice 1Corintios 10:13
1Corintios 10:13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.

Dios no cambió a Moisés por otro líder ni siquiera le dio oportunidad para un tiempo de descanso.
El pueblo siguió siendo conflictivo; el peso de la dirección seguía estando allí.
Pero algo muy importante sí cambió.
Dios le dio la salida precisa, le proporcionó los instrumentos adecuados para afrontar la situación
Dios le pidió a Moisés Setenta ancianos del pueblo para que lleven la carga con él.
Hermanos nunca olviden que Dios provee la salida adecuada en el momento adecuado.

Ya para terminar este mensaje, tenga claro que Dios no consideró un pecado la depresión de Moisés.
Si hubiese sido así, Dios le habría apartado de tan estratégica responsabilidad.
Pero no lo hizo.

Lo que hizo Dios fue que le reafirmó en su tarea con una frase luminosa y terapéutica.
Números 11:17…Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también.

Una vez más Dios se nos revela como un exquisito conocedor de la mente humana.
La autoestima de Moisés, tan deteriorada, necesitaba una buena dosis de renovación.
Usted que me escucha hoy, también necesita una buena dosis de renovación en su mente.

La frase “Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también”
Implicaba dos grandes estímulos:
1)- Dios no se había olvidado de Moisés, su espíritu estaba todavía presente en el líder del pueblo.
2)- ¡Dios no podía insuflar un espíritu alicaído y débil en los otros ancianos!

Lo que vemos es que la lógica de Dios se hace aplastante.
Dios le dijo: «Moisés, sigo creyendo y confiando en ti» este es el mensaje claro que Dios le transmite con su decisión.

Moisés estaba en depresión, pero era capaz de entender este mensaje.
El trato amoroso y delicado de Dios surtió efecto.
Moisés pudo salir del valle oscuro de la depresión.
Los acontecimientos posteriores de su vida nos muestran que esta crisis no fue estéril.
Sin duda Moisés pudo aprender valiosas lecciones de esta dolorosa experiencia.
El autor de Hebreos nos revela dos de los grandes secretos de la fe de Moisés:
Hebreos 11:26-27 Consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría. Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible.
Moisés, «Tenía la mirada puesta en el galardón»
¿Dónde tiene usted puesta su mirada?
Moisés, «Se sostuvo como viendo al Invisible»
¿Cómo se sostiene usted?

Muchas personas hoy están temblando porque están obedeciendo a los falsos cristianos.
“Cristianos” fanáticos, ecuménicos, fornicarios, adúlteros, mentirosos, blasfemos, apostatas y quien sabe que otra porquería los invade.
Y usted los ve en las cuatros paredes donde se congregan, alabando y orando.
De mi punto de vista están alabando al diablo y orando a sus demonios.

Y Moisés trato con gente de esa misma calaña.
Pero Moisés, fue fuerte y puso toda su fe en Dios.
¿Dónde tienes usted puesta su fe realmente?
Esta doble expresión de la fe de Moisés es la columna que le permitió salir victorioso con Dios en la hora oscura de su depresión.
Haga usted lo mismo.
Afiáncese en esa columna que se llama Jesús.
Amen.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.

Que Dios bendiga a mi familia y le bendiga a usted.

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