BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 16 de junio de 2018

JUAN 5


JUAN 5

Jesús sana en el día de reposo
Juan 5:1-5 Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos. Dentro de la ciudad, cerca de la Puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda,* que tenía cinco pórticos cubiertos. Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos —estaban tendidos en los pórticos.* Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Ante todo debemos saber que había tres fiestas que requerían la presencia de los judíos varones en Jerusalén.
Estas eran:
(1) la Fiesta de la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura,
(2) la Fiesta de las Semanas (llamada también Pentecostés), y
(3) la Fiesta de los Tabernáculos.

Juan 5:6-9 Cuando Jesús lo vio y supo qué hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud? —Es que no puedo, señor —contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo. Jesús le dijo: —¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso,

Como podemos apreciar había un hombre que tenía 38 años de estar enfermo.
Y lo triste del caso es que este hombre ya se había resignado.
Nadie podía ayudarle.
Había perdido la esperanza de sanarse y no podía hacer nada solo.
Su caso parecía ser definitivo.

Hoy hay muchas personas que se encuentran espiritualmente así.
Pero no importa cuán atrapado nos sentamos en los achaques que padecemos, ya que Dios puede ayudarnos en nuestras necesidades más profundas.

Hoy quiere decirles a ustedes que no permitan que un problema o una causa molesta motiven la pérdida de su esperanza.
Dios puede hacer una obra especial en su favor a pesar de su condición o aun debido a ella.
Recuerden que son muchos los que han tenido un ministerio eficaz entre las personas que sufren porque lograron triunfar sobre sus propios sufrimientos.

Juan 5:10-13 así que los líderes judíos protestaron. Le dijeron al hombre que había sido sanado: —¡No puedes trabajar el día de descanso! ¡La ley no te permite cargar esa camilla! Pero él respondió: —El hombre que me sanó me dijo: “Toma tu camilla y anda”. —¿Quién te dijo semejante cosa? —le exigieron. El hombre no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la multitud.

Según los fariseos, llevar una cama en el día de reposo era trabajo, y por lo tanto era ilegal.
No quebrantaba una Ley del Antiguo Testamento, sino la interpretación que los fariseos daban al mandamiento de Dios:
Éxodo 20:8 »Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo.
Esta era una de las muchas leyes que agregaron a la Ley del Antiguo Testamento.

Pero que es lo que vemos:
A un hombre que hacía treinta y ocho años que no caminaba, pero sanó.
Y a los fariseos les interesaban más sus leyes mezquinas que la vida y la salud de un ser humano.
En nada se diferencian las leyes de hoy en día.

Es fácil obsesionarse uno con las estructuras que fabrica el hombre y olvidarnos de la gente afectada. La pregunta es:
¿Se rige por normas hechas por Dios o por el hombre?
¿Son de ayuda a la gente o son de tropiezo?

Juan 5:14-15 Pero después, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: «Ya estás sano; así que deja de pecar o podría sucederte algo mucho peor». Entonces el hombre fue a ver a los líderes judíos y les dijo que era Jesús quien lo había sanado.
Este hombre había sido lisiado o paralítico, pero ya podía caminar.
Era un milagro sorprendente.
Sin embargo, todavía necesitaba un milagro mayor: el perdón de sus pecados.

Se encontraba muy feliz por la salud recobrada, pero tenía que apartarse de sus pecados y buscar el perdón de Dios para lograr la salud espiritual.
El don más grande que uno puede recibir de Dios es el perdón.

Juan 5:16 Entonces los líderes judíos comenzaron a acosar* a Jesús por haber violado las reglas del día de descanso.
Los líderes judíos presenciaron a la vez un poderoso milagro y una regla quebrantada.
Desecharon el milagro para enfocar la atención en la regla quebrantada, porque para ellos era más importante la regla que el milagro.
Dios está dispuesto a obrar en nuestras vidas, pero es posible que cerremos el paso a sus milagros por limitar nuestras ideas con respecto a su forma de obrar.
Sigamos.

Juan 5:17 Pero Jesús respondió: «Mi Padre siempre trabaja, y yo también».
Si Dios detuviese todo tipo de trabajo en el día de reposo, la naturaleza caería en el caos y el pecado se apoderaría del mundo.
Génisis 2:2 dice que Dios descansó el séptimo día, pero esto no puede querer decir que dejó de hacer el bien.
Jesús quería enseñar que cuando se presenta la oportunidad de hacer el bien, no debe pasarse por alto, ni siquiera en el día de reposo.

Veamos estos ejemplos del día de descanso.
Una mujer con un espíritu de enfermedad
Lucas 13:10-17 Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga, vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «Apreciada mujer, ¡estás sanada de tu enfermedad!». Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella al Señor! Pero el líder a cargo de la sinagoga se indignó de que Jesús la sanara en un día de descanso. «Hay seis días en la semana para trabajar —dijo a la multitud —. Vengan esos días para ser sanados, no el día de descanso». Pero el Señor respondió: «¡Hipócritas! Cada uno de ustedes trabaja el día de descanso. ¿Acaso no desatan su buey o su burro y lo sacan del establo el día de descanso y lo llevan a tomar agua? Esta apreciada mujer, una hija de Abraham, estuvo esclavizada por Satanás durante dieciocho años. ¿No es justo que sea liberada, aun en el día de descanso?». Esto avergonzó a sus enemigos, pero toda la gente se alegraba de las cosas maravillosas que él hacía.

Curación de un hombre en el día de reposo
Lucas 14:1-6 Cierto día de descanso, Jesús fue a cenar en la casa de un líder de los fariseos, y la gente lo observaba de cerca. Había allí un hombre que tenía hinchados los brazos y las piernas.* Jesús preguntó a los fariseos y a los expertos de la ley religiosa: «¿Permite o no la ley sanar a la gente el día de descanso?». Como ellos se negaron a contestar, Jesús tocó al hombre enfermo, lo sanó y lo despidió. Después se dirigió a ellos y dijo: «¿Quién de ustedes no trabaja el día de descanso? Si tu hijo* o tu buey cae en un pozo, ¿acaso no corres para sacarlo?».  Una vez más, ellos no pudieron responder.

Jesús es Señor del día de reposo
Marcos 2:23-28 Cierto día de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas de grano para comer. Pero los fariseos le dijeron a Jesús: —Mira, ¿por qué tus discípulos violan la ley al cosechar granos el día de descanso? Jesús les dijo: —¿Acaso no han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios (en el tiempo que Abiatar era sumo sacerdote) y violó la ley al comer los panes sagrados que sólo a los sacerdotes se les permite comer. También les dio una porción a sus compañeros. Después Jesús les dijo: —El día de descanso se hizo para satisfacer las necesidades de la gente, y no para que la gente satisfaga los requisitos del día de descanso.  Así que el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso!
Lo que vemos en estos versículos es que el día de descanso se hizo únicamente para satisfacer las necesidades de la gente y adorar a Dios.

Juan 5:18 Entonces los líderes judíos se esforzaron aún más por encontrar una forma de matarlo. Pues no sólo violaba el día de descanso sino que, además, decía que Dios era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios.
Recordemos que los fariseos también llamaban Padre a Dios, pero se dieron cuenta de que Jesús declaraba tener con Él una relación íntima.
Como respuesta a la declaración de Jesús, a los fariseos les quedaban dos alternativas: creerle o acusarlo de blasfemia.
Pero estos escogieron la segunda alternativa.

La autoridad del Hijo
Juan 5:19-23 Entonces Jesús explicó: «Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sólo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. De hecho, el Padre le mostrará cómo hacer cosas más trascendentes que el sanar a ese hombre. Entonces ustedes quedarán realmente asombrados. Pues, así como el Padre da vida a los que resucita de los muertos, también el Hijo da vida a quien él quiere. Además, el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado al Hijo autoridad absoluta para juzgar, a fin de que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, por cierto tampoco honra al Padre quien lo envió.
Como resultado de su comunión con Dios, Jesús vivía y hacia la voluntad de su Padre.
Debido a nuestra identificación con Jesús, debemos honrarlo y vivir como El desea que vivamos.
Y la manera en que más podemos honrarlo es haciendo la voluntad de su PADRE, en Obediencia y Fidelidad, lo cual es una pequeñísima minoría quien lo cumple.

Las preguntas "¿Qué haría Jesús?" y "¿Qué desearía Jesús que hiciese?" tal vez nos ayuden a tomar decisiones correctas.

Juan 5:24 »Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida.
La "vida eterna" (vivir para siempre con Dios) comienza cuando uno acepta a Jesucristo como Salvador y caminamos en obediencia y fidelidad ante sus ordenanzas, mandatos y mandamientos.
Todo es un proceso, donde Dios por medio de su Hijo Jesús, nos perfecciona.

En ese momento, se inicia la nueva vida dentro de uno (2Co_5:17).
2Corintios 5:17-18 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.
Es decir: Constituye una obra total.
Todavía uno se enferma y hasta mueren a temprana edad en lo físico y espiritual, pero cuando Cristo vuelva, nuestro cuerpo resucitará para vivir por siempre. (1 Corintios 15).

Juan 5:25 »Y les aseguro que se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado —cuando los muertos oirán mi voz, la voz del Hijo de Dios, y los que escuchen, vivirán.
Al decir que los muertos oirán su voz, Jesús se refería a los espiritualmente muertos que oyen, entienden y lo aceptan.
Los que aceptan a Jesús en sus corazones, tendrán vida eterna.
Pero Jesús, también se refería a los que están físicamente muertos.
Cuando estuvo en la tierra, resucitó a varias personas, y en su Segunda Venida todos los "muertos en Cristo" se levantarán para encontrarse con Él.
1Tesalonisenses 4:15-18 Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto* se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre. Así que anímense unos a otros con estas palabras.

Pero sigamos:
Juan 5:26 El Padre tiene vida en sí mismo y le ha entregado a su Hijo ese mismo poder de dar vida.*
Dios es la fuente y el Creador de la vida, pues no hay vida separados de Él, ni aquí ni en el más allá.
La vida en nosotros es un don que viene de Dios (Deu.30:20; Sal.36:9).
Como Jesús existe eternamente con Dios, el Creador, Él también es "la vida" (Sal.14:6) por la cual podemos vivir para siempre (1Jn.5:11).

Juan 5:27-28 Y le ha dado autoridad para juzgar a todos, porque es el Hijo del Hombre.* ¡No se sorprendan tanto! Ciertamente, ya se acerca el tiempo en que todos los que están en las tumbas oirán la voz del Hijo de Dios
El Antiguo Testamento había mencionado tres señales del Mesías que habría de venir.
En este capítulo, Juan muestra que Jesús ha cumplido las tres señales.
Todo poder y autoridad le son dados por ser el Hijo de Dios.
Los cojos y los enfermos son sanados.
Los muertos son levantados Deu_32:39; 1Sa_2:6.

Juan 5:29 y resucitarán. Los que hicieron el bien resucitarán para gozar de la vida eterna, y los que continuaron en su maldad resucitarán para sufrir el juicio.
Los que se han rebelado contra Cristo también resucitarán, pero para escuchar el veredicto de Dios en su contra y para recibir la sentencia de una eternidad separados de Él.
Hay quienes desean vivir bien sobre la tierra, olvidarse de Dios y luego alcanzar con la muerte el descanso final.
Las palabras de Jesús no dan lugar a que se perciba la muerte como el fin de todo.
Hay un juicio que los incrédulos deberán enfrentar.

Apreciada iglesia, hagamos el bien, sin mirar a quien.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios les bendiga.

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