BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

jueves, 9 de mayo de 2019

La Restauración con amor


La Restauración con amor

Gálatas 6:1-5 Amados hermanos, si otro creyente* está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, sólo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie. Pues cada uno es responsable de su propia conducta.

La palabra restaurar viene del griego katartízo, que es usada en el griego secular para poner un hueso dislocado en su lugar.
En el Nuevo Testamento se usaba para arreglar una red de pescar.
Y en el sentido cristiano, restaurar es traer a una persona al arrepentimiento y a una nueva relación con Cristo.

Cuando hablamos de restauración debemos tener un espíritu de mansedumbre
Debemos tener un espíritu de gratitud y un espíritu de oración.
Especialmente cuando sorprendemos a alguien atrapado en el pecado y queremos ayudarlo en lugar de condenarlo.
Siguiendo así el ejemplo de Cristo.

Cuando juzgamos o señalamos a alguien con nuestro dedo índice por sus errores, no olvidemos que tres de los otros dedos están apuntando hacia nosotros.
Es fácil ver la paja en el ojo de nuestro hermano y no ver la viga que enceguece el nuestro.

No somos quién para hacer juicios sobre los demás, pues Dios es el juez justo y el que conoce verdaderamente los corazones.

Pidamos a Dios ser espirituales y misericordiosos para ayudar al que está caído,
Al que está dominado por algún vicio,
Oprimido por el pecado y esclavizado en las garras del enemigo y con el poder de Dios, liberarlo y restaurarlo.

Una persona espiritual debe estar gobernado por el Espíritu Santo y su conducta debe ser mansa, recta  y amorosa.
No debemos confrontar a nuestros hermanos en la fe, en nuestra carne con una actitud de vanagloria e irritación, pues debemos recordar cuán frágil es la naturaleza humana y nosotros podemos caer en cualquier momento.

Las personas más misericordiosas son las que han pasado por la misma experiencia.
El legalismo sólo trae más carga sobre los demás, por eso Jesús juzgaba a los fariseos por no ser misericordiosos y por poner cargas pesadas a otros que ni ellos mismos podían llevar.

Nuestra oración amorosa es el arma más poderosa para ayudar a nuestros semejantes con sus conflictos y tentaciones.

Recordemos que el amor es el que cubre multitud de faltas y nos hace ver a los demás como a nosotros mismos, menesterosos y necesitados del perdón de Dios.

Debemos apoyar a nuestros hermanos ayudándoles a llevar sus cargas y no soltando la nuestra.
Esto nos mantendrá humildes y nos recordará que cuando estemos en dificultades debemos estar dispuestos a buscar ayuda y dejar que nuestros hermanos nos ayuden.

Entre los cristianos debe haber un compañerismo que nos estimule al amor, la justicia, la responsabilidad y a las buenas obras y que nos impulse a compartir la Palabra.

 

Para eso debemos tener bien claro los consejos que Dios nos da para que podamos enseñarles a los creyentes

1Tesalonisenses 5:16-22 Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues ésta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. No apaguen al Espíritu Santo. No se burlen de las profecías, sino pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno. Aléjense de toda clase de mal.

Una iglesia genuina es una iglesia feliz, que ora y es agradecida.
Por eso el Apóstol Pablo nos da una serie de recomendaciones para nuestro vivir cristiano, que muestre testimonio al mundo de que somos verdaderamente hijos de Dios.
Que estamos apartado de toda tradición del mundo y que nuestro testimonia da fe de nuestras acciones.

En nuestra experiencia de salvación, los cristianos necesitamos expresar gozo, en medio de un mundo carente de felicidad, donde el común denominador es la aflicción.
Debemos regocijarnos en las bendiciones que recibimos y aun en medio de las tribulaciones.

La vida cristiana debe ser una vida de gozo constante.
El gozo va ligado a la oración y al agradecimiento.
Para poder gozarnos siempre debemos orar sin cesar y ser agradecidos en todo.

Estaremos siempre gozosos si aprendemos a descansar en el Señor cualquiera que sea nuestra situación y aun en lo que nos parezca adverso.
Podemos gozarnos más si oramos más.
Un gozo así procede sólo del Espíritu Santo.

Nuestro gozo, oración y agradecimiento no deben fluctuar con nuestro estado de ánimo o por las circunstancias, cumpliendo así con la voluntad de Dios.

Orar sin cesar no implica estar siempre de rodillas.
Es más bien una actitud de oración frecuente, espontánea y sencilla.
En cualquier momento o en cualquier lugar.
Hasta que la oración se vuelva un estilo de vida donde reconocemos nuestra dependencia de Dios.

Otro consejo del Apóstol Pablo es que no debemos apagar el Espíritu.
Cuando le damos cabida a las cosas carnales y descuidamos las espirituales,
Cuando despreciamos la predicación de la Palabra, la interpretación o su aplicación porque es simple y nos dice lo que ya sabemos.
O cuando menospreciemos los dones de aquellos que bajo la inspiración del Espíritu son usados en predicación.
Recordemos que los dones espirituales son para el beneficio de todos y deben ser usados llenos del Espíritu Santo.

Escudriñemos y estudiemos más las Escrituras para poder examinar lo que escuchamos, y así retener lo bueno y desechar lo malo, con la guía del Espíritu y bajo la luz de la Palabra para abstenernos de toda clase de mal.

Por eso hay que Aprender, recibir, escuchar y hacer
Filipenses 4:9 No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes.

Aprendemos con el ejemplo, y el ejemplo más grande que tenemos es Jesús.
Por esto el Apóstol Pablo, luego de ser un hombre diferente gracias a la fe en Cristo, declara:
1Corintios 11:1 Y ustedes deberían imitarme a mí, así como yo imito a Cristo.
También se nos aconseja a ser imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia han alcanzado las promesas
Hebreos 11:1 La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.
Como niños que ven el ejemplo de sus Padres y que aprenden de sus maestros, debemos así mismo con los asuntos de Dios, ser diligentes en formarnos en la sabiduría que nos enseña Cristo.

Ahora, como todo proceso de educación, primero debemos aprender su Palabra.
Luego debemos recibirla con toda expectativa y alegría escuchando atentamente lo que Dios dice, para luego ponerlo en práctica.

Otros así mismo verán que estamos creciendo y seremos dignos de imitar.
Conforme dice la Palabra:
1Tesalonisenses 1:6 Así que recibieron el mensaje con la alegría del Espíritu Santo, a pesar del gran sufrimiento que les trajo. De este modo nos imitaron a nosotros y también al Señor.

Si Cristo mora en nosotros y crece su amor al poner en práctica todas sus enseñanzas, notaremos que otras personas nos querrán imitar.
Entonces como creyentes debemos preguntarnos:
¿Estamos dando ejemplo del amor de Cristo?
¿Estamos siendo formados en la sabiduría bíblica para luego ponerla en práctica?

Seguir los pasos de Cristo es la verdadera manera de dejar huella en esta tierra y en el corazón de muchas personas.
Por esto, debemos seguir estas instrucciones acerca de cómo nos conviene aprender, andar y agradar a Dios.
Para así seguir progresando cada vez más, siendo santificados y preparados para toda buena obra.
1Tesalonisenses 4:1-8 Finalmente, amados hermanos, los alentamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal como les enseñamos. Ustedes ya viven de esta manera, y los animamos a que lo sigan haciendo aún más. Pues recuerdan lo que les enseñamos por la autoridad del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. Como resultado cada uno controlará su propio cuerpo* y vivirá en santidad y honor, no en pasiones sensuales como viven los paganos, que no conocen a Dios ni sus caminos. Nunca hagan daño ni engañen a un hermano cristiano en este asunto, teniendo relaciones sexuales con su esposa,* porque el Señor toma venganza de todos esos pecados, como ya les hemos advertido solemnemente. Dios nos ha llamado a vivir vidas santas, no impuras. Por lo tanto, todo el que se niega a vivir de acuerdo con estas reglas no desobedece enseñanzas humanas sino que rechaza a Dios, quien les da el Espíritu Santo.

Si escuchamos atentamente las instrucciones de Jesús, seremos librados del dolor y la muerte pues cada principio bíblico nos protege y bendice nuestra vida.
No es para amargarnos el rato, sino al contrario, para nuestra beneficio.

Pero, ¿escuchamos atentamente la Palabra de Dios?
¿Están nuestros oídos atentos a sus enseñanzas?

Jesús decía:
Juan 8:43 ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme!
Jesús se refería a aquellos que no les conviene su mensaje porque prefieren seguir ocultando su pecado.
En la actualidad son muchos los “cristianos” que asisten a la iglesia, para que los vean, pero que en realidad  no toleran el mensaje de Dios, y mucho menos leen la Biblia, ya que estos prefieren seguir en sus pecados.

En un mundo que hace tanto ruido, y que no quiere ni desea escuchar la voz de Dios, debemos nosotros como cristianos, esforzarnos para estar atentos y escuchar su Palabra.
Porque esto hará la diferencia entre la verdad y la mentira.
Entre la vida y la muerte.

Escuchar las instrucciones de Dios y guardarlas en nuestra mente y corazón, así como aplicarlas en cada circunstancia que tengamos, produce una vida plena, llena de certeza y bendición.

Escuchar su Palabra, no se trata de oír como si oyéramos cualquier otro mensaje.
Este mensaje especial merece toda nuestra atención, pues es capaz de cambiar el rumbo de nuestra existencia para bien.

No se trata tampoco de escucharlo y quedarnos quietos, pues este mensaje toca las fibras íntimas de nuestro ser, impulsando nuestro corazón a moverse en la dirección de Dios y de su propósito.

Así como lo hizo la iglesia primitiva, en la actualidad escuchemos atentamente las cosas que dicen quienes nos enseñan la sana doctrina bíblica.

Estemos atentos a rechazar las ideas del mundo que están en contra de los principios de Cristo y mejor escuchemos el mensaje que tiene el poder de resucitar muertos, muertos de espíritu.
Romanos 1:6 Ustedes están incluidos entre los gentiles que fueron llamados a pertenecer a Jesucristo.

 

Iglesia tenga siempre un corazón agradecido en medio de las dificultades.
Job 1:21-22 y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El SEÑOR me dio lo que tenía y el SEÑOR me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del SEÑOR!». A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios.
Se acuerdan de este Siervo Job.
Job lo había perdido todo, noticia tras noticia anunciaba una cosa peor que la otra.
Su corazón estaba conmovido, probablemente con una tristeza profunda por la muerte de sus hijos, pero no ofendió a Dios, ni lo culpó de su desgracia, sólo aceptó su voluntad.

Si recibimos malas noticias o tenemos una dificultad, debemos mejor agradecer, no quejarnos.
Pues poderoso es Dios para hacer que lo era aparentemente para nuestro mal, termine siendo la mayor bendición que recibamos.
Él es el Dios soberano, pero también es un Dios lleno de amor y justicia.

Él cambió las circunstancias malas de Job, en dos bendiciones mayores.
La de conocer y entender a Dios, y la de recibir mucho más de lo que había perdido.

Pero nos hacemos la pregunta:
¿Cómo reaccionamos cuando recibimos o nos sucede algo que no estaba en nuestros planes cuando las cosas no salen como esperábamos?
¿Qué sale de nuestra boca?
¿Qué refleja nuestro corazón?

Ya para terminar Apreciados hermanos,
Escuchen esto: Por muy difíciles que estén las cosas, lo más importante, así como le pasó a Job, es mantener una mejor relación con Dios, íntima y real.

Estas situaciones serán nuestra mayor recompensa en cualquier situación.
Ya que fortalecerá nuestra relación con el Señor, porque en medio de la prueba, cuando no tenemos ningún control, podemos ceder todo a Él y confiamos plenamente que Él hará todo a nuestro favor.

Iglesia, Al final, no se trata de mí.
Se trata de sus propósitos.
Se trata de su amor,
Se trata de Cristo.

Hoy podemos decir como Job
Job 19:25-27 »Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive, y un día por fin estará sobre la tierra. Y después que mi cuerpo se haya descompuesto, ¡todavía en mi cuerpo veré a Dios!* Yo mismo lo veré; así es, lo veré con mis propios ojos. ¡Este pensamiento me llena de asombro!
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.


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